- Delincuencia y drogadicción, los mayores problemas a los que se enfrentan; no cuentan con recursos para cambiarse de domicilio
- Lorena Martínez prometió ayudarles con casas en las que pagarían una renta de 300 pesos mensuales, situación que nunca ocurrió
Son 25 familias -casi un centenar de personas- las que habitan en la antigua Línea de Fuego, y aproximadamente 30 niños son criados en lo que hace años fue un punto comercial y ahora pareciera ser un complejo de locales abandonados.
“Son locales, en realidad no se puede vivir aquí, o sea casa habitación no son”; la señora Rosa Margarita Martínez González, quien calificó como deplorable la situación, lleva diez años ocupando un pequeño cuarto que le fue prestado por sus familiares.
Con las manos empolvadas de recoger objetos de las calles, comentó que no cuenta con un trabajo que le permita mantenerse, “mi marido aquí no se encuentra, se encuentra en Durango, se fue porque no le gustó el lugar”.
La calle del Antiguo Camino a San Ignacio que separa a la Línea de Fuego del fraccionamiento Colinas del Río, divide también la atención y calidad de servicios, “yo puse el baño, y ahí yo hago cocina y cuarto”, mencionó Estela Calzada Esparza de 50 años.
“Yo tengo 31 años viviendo aquí, 31 años, desde que empezaron, porque todos no estaban fincados cuando yo llegué”, la señora Estela Calzada ha pasado más de la mitad de su vida en los locales, cambió de domicilio dentro de la Línea de Fuego y crió a sus ocho hijos dentro de un local por el que paga 300 pesos mensuales.
Cuestionada sobre amenazas de desalojo, aseveró sería una acción atroz para las personas que en su mayoría reciben salarios mínimos en servicios de limpieza, albañilería y otros más subsisten como pepenadores, “¿a dónde vamos a ir?, ¿a pagar una renta de 3 mil 4 mil pesos?, no tenemos”, agregó que también existe un gran número de personas que están como aviadores.
Si bien han recibido promesas de presidentes municipales, como en el caso de Lorena Martínez quien dentro de las pláticas proponía el traslado de los habitantes a un fraccionamiento donde pagaran la misma cuota mensual, ninguna se ha cumplido.
“Lorena vino y mandó de vivienda y de Sedesol, y nos hicieron y metimos papeles y todo, hasta estuvieron aquí los señores de Infonavit y Vivienda y nos pidieron papeles, no pasó nada”, argumentó que no pretendían recibir como donación la casa, a pesar de ello no volvieron a recibir respuesta de las autoridades.
Coincidió la señora Juana Cruz Martínez Zacarías, de 52 años, “como nos dijo, 300 cada mes; sí claro, pagarla, luego si yo no pago mis hijos podrían apoyar a pagarla, pero la pagaríamos. No era dado, nunca pedimos nada dado”.
Al obtener esa negativa por parte de la pasada administración, señaló que ya no tienen interés de acercarse al actual presidente municipal Antonio Martín del Campo, pues dejaron de creer en los apoyos por parte del gobierno, “no quieren invertirle dinero bueno al malo, eso es lo que dicen, así de fácil”.
La señora Juana Martínez mencionó que además de las condiciones de vivienda, la delincuencia y drogadicción son los mayores problemas a los que se tienen que enfrentar diariamente, “no tengo la forma de vivir en otro lugar”, finalmente expresó que, aunque se encuentra resignada a su actual situación, aún mantiene la esperanza de vivir en otro lugar.
Foto: Roberto Guerra