- Aarón Cuéllar Casillas, litigante y académico en Aguascalientes, explicó los efectos de la reciente reforma a la Ley del INFONAVIT que entró en vigor en febrero de este año, señalando que esta modificación representa una carga fiscal adicional para los empleadores, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas.
De acuerdo con el especialista, uno de los puntos más preocupantes de la reforma se encuentra en el artículo 29, segundo párrafo, donde se establece que, ante ausencias laborales del trabajador, la obligación de pagar el crédito de vivienda ya no recaerá sobre el empleado, sino sobre el patrón.
“Anteriormente, la carga exclusiva para el crédito a la vivienda era del trabajador. ¿Cuándo se generaba esta obligatoriedad? Cuando había ausencias laborales, donde precisamente el trabajador tenía esta obligación de pago al crédito a la vivienda, aún y cuando tuviera una ausencia o una suspensión laborales. Con la reforma, precisamente ahora a quien le recae esta obligación es al empleador, al patrón”, explicó Cuéllar Casillas.
El experto detalló que esto incluye casos como las incapacidades médicas. “Qué pasa cuando un trabajador se incapacita por una enfermedad entra este subsidio que tiene por parte del IMSS hacia su salario. El patrón se deslinda un poquito de este salario, sigue aportando las aportaciones fiscales normales. Antes de la reforma, el trabajador tenía que pagar su crédito INFONAVIT con ese subsidio. Con la reforma, esta obligación se le pasa al empleador”, precisó.
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Esto, advirtió, representa un nuevo pasivo fiscal que puede derivar en multas y consecuencias legales. “Si incumple el patrón en ese pago ya no recae la responsabilidad sobre el trabajador, sino sobre el patrón, y con ello le genera un crédito fiscal, una multa, un recargo, una opinión negativa derivada de un incumplimiento de una obligación. Este es el gran riesgo que tiene o que genera esta reforma en contra del empleador, que lejos de ayudar al desarrollo económico le genera una carga más en sus pasivos laborales y fiscales”, dijo.
En el caso de las MiPymes, el impacto puede ser aún más severo. “Las pequeñas y medianas empresas viven precisamente de esta fuerza humana laboral que implica el trabajador. Entre menos pasivos laborales tengan, más pueden generar. Si un trabajador no me genera, me afecta a mi desarrollo empresarial. Y si además me obligan a cubrir un crédito que no contraté y no generé, pues imagínese la carga que va a tener el patrón”, explicó.
Finalmente, Cuéllar Casillas concluyó que esta reforma podría provocar un desincentivo económico para los empresarios, al tener que destinar recursos que podrían usarse para mejorar condiciones laborales o procesos productivos, al pago de un crédito que no contrataron. “Ese dinero que yo podría haber destinado al mejoramiento de la producción, de líneas de trabajo, o de una mejor prestación salarial, se lo tengo que pasar a un instituto para el pago de un crédito que yo no contraté”, puntualizó.