Bajo presión
Participación
El material para hacer burla de la propaganda de las personas que participan en la elección judicial es inconmensurable, desesperados, candidatas y candidatos le han entrado a todas las tendencias que marcan las redes sociales para poder llamar la atención, desde caricaturizarse como juguetes de figura de acción hasta escenas cómicas que actúan con quien se deja para lograr (eso creen) un momento inolvidable que quedará grabado en la memoria de los electores, lo que sea con tal de quedar en la memoria.
En una de las aristas de esta campaña de la elección judicial, los medios de comunicación han apuntado sus esfuerzos en subrayar el ridículo que cometen los candidatos al elegir la levedad para sus campañas, no hay un solo noticiero, artículo o columnista que no comente la falta de vergüenza de estos candidatos para promocionarse. Tampoco han faltado quienes, con la idea de ser queridos y votables, replican los muchísimos momentos en que los aspirantes, sobre todo los que intuimos son del bloque oficialista, rompen las reglas impuestas por el Instituto Nacional Electoral para hacer campaña.
A través de la transmisión de videos, somos testigos de cómo, por ejemplo, la autodenominada magistrada del pueblo, se enfada porque su equipo no ha calmado a las huestes convocadas para que le griten loas y la aplaudan, por lo que se niega a salir al templete para decirles… nada. Porque la idea es que se transmita que la gente la quiere, la arropa.
Al mismo tiempo, hay sesudas mesas de opinión y entrevistas en las que se cuestiona el proceso y, convocando a especialistas en derecho constitucional, se nos indican las razones por las que no deberíamos ir a votar, desde el raciocinio legal de lo que se está violando hasta la simple ejemplificación del ridículo en el que caen los candidatos para ser visibles.
Incapaces de hallar la forma de convertirse en alternativa, la oposición partidista se aferra a impedir esta elección, arropados en esa bandera emplean cualquier ocasión para demostrar que el capricho de Andrés Manuel López Obrador está condenado al fracaso y exigen a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo que cancele las votaciones; lo que no va a ocurrir, pero suena bien en el intercambio para hacer quedar mal al oficialismo.
La autoridad electoral ha proyectado una participación ciudadana menor al 20% y, desde el gobierno, no hay voluntad para que se incremente la participación de los electores, les basta la fe en el pueblo, ese es el argumento que se emplea, el de la revolución de las conciencias y un pueblo politizado que acudirá a las urnas a ejercer su derecho.
Por si fuera poco, el INE ha prohibido al Poder Ejecutivo y al Legislativo la promoción de la elección judicial y, aunque se ha impugnado esta instrucción, a menos de dos meses de la votación, poco será lo que se pueda hacer para promover la participación ciudadana.
¿Qué me vas a dar?, le dijo un posible elector a una de las candidatas con las que he conversado en el programa Algo que decir de Radio UAA. A eso se resume todo, a lo que una candidata o candidato, imposibilitada para entregar mercancía para posicionarse, le ofrezca a cambio de su voto. ¿Qué me vas a dar?, a eso se ha reducido la participación ciudadana, al intercambio del voto por un mandil, tortillero, bolsa, playera… Cualquier baratija que nos permita sentir que hemos sido considerados, pensar que el aspirante se tomó un poco de tiempo para nosotros, los electores, y nos redujo a un colectivo ansioso de souvenirs y lejano a las ideas y argumentos.
¿Qué me vas a dar?, le preguntaron a una de las candidatas, cuando lo más seguro es que quien la cuestionaba ni siquiera acuda a las urnas el día de la elección, no sólo por la apatía común hacia los procesos electorales, también porque estamos siendo bombardeados desde los medios de comunicación por personas que invitan a la abstención, a no participar de esta farsa, no se incentiva a los ciudadanos.
Estamos frente a una crisis producto del sistema de partidos, esas organizaciones que no cumplen con la educación política a la que están obligadas por ley, si la mayoría de los electores no piensa en participar en la siguiente elección es porque no logra entender la importancia del evento, no sólo por la complejidad del Poder Judicial, los 881 cargos en disputa y los más de 3,400 candidatos, hay que sumar que los partidos nos han acostumbrado a pedir algo a cambio de nuestro voto, décadas de un sistema que no se ha dedicado a fomentar la participación ciudadana y prefiere fomentar a los candidatos mediante la mercadotecnia.
Aquí estamos, no hay más, el 1 de junio tendremos que votar, hemos de aprender solos la importancia de la participación ciudadana, elegir entre los candidatos que tenemos, los de la minifalda y los chicharrones, que son algo más que esa simplificación, que son algo más que la caricatura a la que los hemos condenado ser con nuestra apatía.
Coda. “Estamos cambiando la realidad de los jóvenes dándoles acceso a todos los derechos, y eso lo vamos a seguir haciendo, pero también queremos que haya una narrativa distinta. Esta falsa idea de que entrar a un grupo delictivo es una opción de vida; siempre lo he dicho: ‘no es opción de vida, es opción de muerte’”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum en la presentación del primer concurso binacional de música “México canta por la paz y contra las adicciones”… El problema es creer que se está cambiando la realidad de los jóvenes porque se les entregan becas, el problema es querer cambiar la narrativa mientras el crimen organizado sigue apoderándose de personas y territorio.
@aldan