Diplomacia del Agave: Claudia en la CELAC por: José Ojeda Bustamante - LJA Aguascalientes
26/04/2025

Diplomacia del Agave: Claudia en la CELAC

En la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada el 9 de abril de 2025 en Tegucigalpa, Honduras, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, emergió como una figura pivotal, destilando una diplomacia que, como el agave, combina raíces profundas con una capacidad transformadora. 

Desde una perspectiva descolonial y un liderazgo transformacional, su intervención en la CELAC no solo reafirmó el compromiso de México con la integración regional, sino que también proyectó una visión de resistencia y esperanza para América Latina y el Caribe. 

La CELAC, creada en 2010 como un espacio libre de la influencia de Estados Unidos y Canadá, encarna un esfuerzo descolonial por redefinir las relaciones internacionales desde el Sur Global. Sheinbaum, heredera del proyecto de la Cuarta Transformación, llevó esta premisa a un nuevo nivel al condenar el bloqueo económico contra Cuba y las sanciones a Venezuela, posicionando a México como un defensor de la autodeterminación. 

Al proponer una Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y el Caribe, Sheinbaum desafió el modelo neoliberal que ha fragmentado a la región, promoviendo en su lugar una integración basada en la “prosperidad compartida”. Esta visión descolonial no solo cuestiona la dependencia económica de potencias como Estados Unidos, sino que también reivindica el potencial de la región para ser autosuficiente en alimentación, energía y salud. 

El liderazgo transformacional, definido por James MacGregor Burns como aquel que inspira cambios profundos a través de valores compartidos, encontró en Sheinbaum una expresión poderosa. En su discurso, describió a América Latina y el Caribe como una “comunidad de destino”, un concepto que trasciende la geografía para abrazar una identidad forjada en la resistencia, la cultura y la lucha por la justicia. 

Sheinbaum, como la primera presidenta de México, aportó una dimensión de género a su liderazgo. Su defensa de los migrantes como “héroes y heroínas” frente a la criminalización y el racismo no solo humanizó un tema politizado, sino que también desafió las jerarquías patriarcales y coloniales que desvalorizan a los desplazados. 

Su propuesta de extender proyectos mexicanos como el Tren Interoceánico y el Tren Maya hacia Guatemala, en colaboración con el presidente Bernardo Arévalo, ilustra esta visión transformadora. Más allá de la infraestructura, estos proyectos simbolizan un compromiso con el desarrollo colectivo, conectando comunidades marginadas y fortaleciendo la integración desde abajo. 

La Diplomacia del Agave de Sheinbaum no solo es idealista, sino profundamente pragmática. En un contexto global marcado por la guerra comercial desatada por Estados Unidos y el creciente interés de China y Rusia en la región, México se posiciona como un mediador estratégico. Su reunión bilateral con Lula da Silva para explorar la cooperación farmacéutica y su diálogo con líderes como Luis Arce (Bolivia) y Miguel Díaz-Canel (Cuba) reflejan una habilidad para tejer alianzas sin imponer hegemonía. Este equilibrio entre resistencia y cooperación recuerda al proceso de destilación del agave: un arte que requiere paciencia, precisión y respeto por la materia prima sostenible.

La breve participación de Claudia Sheinbaum en la CELAC -apenas dos horas, tras una decisión de última hora impulsada por Xiomara Castro- destiló una visión que trasciende el protocolo diplomático. Su Diplomacia del Agave, arraigada en el rechazo al hegemonismo y alimentada por un liderazgo que inspira y conecta, reafirma el potencial de la CELAC como un espacio de resistencia y reinvención. Como el agave, que tarda años en madurar, pero produce un licor que perdura, el impacto de Sheinbaum en la región dependerá de la paciencia y el compromiso colectivo para cosechar sus propuestas.


En un mundo de incertidumbres, donde las potencias globales redibujan alianzas y fronteras, la CELAC bajo la influencia de líderes como Sheinbaum puede convertirse en un faro descolonial, guiando a América Latina y el Caribe hacia un horizonte de dignidad y prosperidad compartida. La semilla está plantada; el tiempo dirá cómo florece.

@ojedapepe


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