Bajo presión
Borrachos y cantineros
Tras la declaración de Donald Trump y la imposición de aranceles a 185 países, sólo hay una coincidencia en la discusión pública, el gobierno de los Estados Unidos cambió el modelo de comercio internacional. Estamos ante una nueva era que va a modificar el concepto de globalización, ya que mientras la información, cada vez más, expande los canales con que relaciona a los países, la imposición de aranceles por parte de la economía que mueve al mundo, obligará al resto de los países a modificar sus modelos económicos para adaptarse a esta nueva realidad.
Otra coincidencia mayoritaria es que Donald Trump está loco (por decirlo en términos económicos), no ha habido análisis del comportamiento de los mercados y las bolsas del mundo en que al menos un especialista no señale que es una locura el tiro al pie que se está dando a la economía estadounidense, o en el que se subraye que los economistas que apoyan las medidas trumpistas no son economistas serios y no están viendo la forma en que estos cobros afectarán el mercado interno de los Estados Unidos. Ya lo veremos…
En México, manteniendo lo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum entiende como “respeto”, no se ha ha hecho alusión alguna, en términos personales o políticos, del discurso de Donald Trump y el comentario sobre la imposición de aranceles se concentró en señalar que ambas economías están muy relacionadas y que la reacción del gobierno mexicano ha sido la adecuada. De ahí no se va a sacar a la presidenta, y está bien, hasta ahora, esa estrategia ha funcionado y, como desde Palacio Nacional se comentó, se recibió menos daño que otras economías.
La presidenta Sheinbaum se mantuvo en que su Plan México ha sido la respuesta idónea ante la política estadounidense y presentó 18 puntos que refuerzan esa estrategia.
En el Museo Nacional de Antropología, Sheinbaum encabezó la estrategia “Plan México, fortaleciendo la economía y el bienestar”, ante políticos, gobernadores empresarios, representantes de trabajadores y de pueblos indígenas:
1.- Aumentar la soberanía alimentaria.
2.- Aumentar la soberanía eléctrica.
3.- Acelerar los proyectos de obra pública para 2025.
4.- Acelerar la construcción de vivienda y créditos.
5.- Fortalecer y ampliar la fabricación de bienes de consumo que generan empleos; textil, calzado, muebles, ropa, juguetes, así como acero y aluminio.
6.- Fortalecer y ampliar la fabricación nacional para el mercado interno de vehículos, robusteciendo innovación, investigación y desarrollo, así como eficiencia energética.
7.- Programa de Producción Nacional Farmacéutica y Equipo Médico.
8.- Aumentar la Producción de Industria Petroquímica y Fertilizantes a través de proyectos mixtos.
9.- Aumentar el contenido nacional de compras públicas a través de la nueva Ley de Adquisiciones.
10.- Aumentar la venta de productos nacionales en tiendas de autoservicio y departamentales, a través de acuerdos voluntarios.
11.- Portafolio de Inversiones y Ventanilla Digital Nacional de Inversiones.
12.- Publicación de la licitación de 15 polos de bienestar en distintos estados.
13.- Aumentar la creación de al menos 100 mil empleos a partir de bolsas de trabajo y ferias.
14.- Programa de facilidades de la Banca de Desarrollo y Banca comercial para micro y pequeñas empresas.
15.- Mayor inversión para investigación científica y tecnológica, y simplificación de tiempo para registro de patentes.
16.- Renovar permanentemente el Paquete Contra la Inflación y la Carestía de la Canasta Básica (PACIC).
17.- Mantener el aumento al salario mínimo hasta llegar a 2.5 canastas básicas.
18.- Garantizar y ampliar los programas de Bienestar.
Nada nuevo bajo el sol y, es obligatorio escribirlo, ninguna medida desesperada para intentar disolver la incertidumbre de la que todos hablan.
¿Dónde estabáis?, ¿dónde estabáis en los malos tiempos? se preguntaba el grupo La Unión en una canción con el mismo nombre, frase que se ha vuelto caballito de batalla en la política mexicana, desde que Andrés Manuel López Obrador asumió el poder e hizo del rencor el eje principal de su propaganda.
Ante el cuestionamiento de sus adversarios, López Obrador asestaba la pregunta sobre dónde estaba el crítico cuando ocurrió algo que el expresidente consideraba un acto de corrupción y por qué no había dicho nada. El morenaje se aprendió ese caminito y así desestimó cualquier mensaje que fuera en contra de la Cuarta Transformación.
Ahora que un gobierno heredero del lopezobradorismo está en el poder, una oposición disminuida, lerda y miope, se ha comprado la idea de que la política efectiva se hace a partir de tocar las emociones del electorado, las fibras sensibles de los posibles votantes, ante las propuestas gubernamentales, no hay propuesta que no se relacione con la obtención del voto.
Los opositores que comentan de manera adversa el plan de Claudia Sheinbaum, antes que proponer, destacan los puntos flacos del proyecto, como la fe ciega en los programas de bienestar o la conceptualización oportunista de “soberanía”, y tienen razón, lo terrible es que se intente capitalizar los señalamientos para conseguir el voto y quejarse, una y otra vez, de la mayoría que tiene el oficialismo.
Más de algún comentarista de las ruinas del prianismo solo ha salido a proponer medidas populistas como que se bajen los impuestos y que se otorguen exenciones a los empresarios, con la idea de que si el gobierno apoya estas mociones, el PAN, el PRI, la oposición las apoyará porque están para cuidar al pueblo…
No terminamos de entender la relación entre el descontento social y el fenómeno López Obrador, se sigue pensando que una figura como la del expresidente se puede construir con base en las emociones y que para regresar al poder la única vía es la de la demagogia.
Ante la ausencia de propuestas, bien vale recordarle a la oposición que ya fue gobierno, que no es lo mismo ser borracho que cantinero, que todas esas ideotas para detonar el desarrollo del mercado interno no las pusieron en marcha cuando gobernaron, por algo será. La sentencia aplica también para las ideotas de los tetratransformistas, que ya tuvieron seis años para hacer lo que juran por la morenita que mañana harán.
Coda. No sólo en el PAN se cuecen habas, en Morena ya tienen su Quique Galo: Arturo Ávila adelantándose al 2027 y difundiendo encuestas en las que lo presentan como el mejor candidato de ese partido para gobernador de Aguascalientes. Es tal la urgencia de postularse que difunde estudios de Massive Caller, empresa a la que Ávila Anaya no se cansó de denostar. Por ese afán, más de una vez exhiben al vocinglero morenita en las mesas en que participa, recordándole que, en Aguascalientes, a todas las que ha ido, todas las ha perdido.
@aldan