La tecnología avanza a pasos agigantados, y ahora, hasta la deportación tiene su propia app. El gobierno de Donald Trump ha lanzado CBP Home, la última joya en su estrategia migratoria. Esta aplicación, que reemplaza la extinta CBP One de la administración Biden, no se centra en facilitar citas para solicitantes de asilo, sino en ofrecer a los inmigrantes en situación irregular la posibilidad de autodeportarse con un par de clics.
El mensaje del gobierno es claro: si estás en Estados Unidos sin papeles, la mejor opción es marcharte por tu cuenta, porque si no, “te encontraremos, te deportaremos y no volverás jamás”, como advirtió la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Por si el mensaje no era lo suficientemente persuasivo, la aplicación viene acompañada de una campaña de 200 millones de dólares con el lema “Stay Out and Leave Now” (“Quédese afuera y váyase ya”). ¿Innovador? Tal vez. ¿Humanitario? Cuestionable.
De la Asistencia al Exilio Digital
Hasta hace poco, CBP One había permitido a más de un millón de migrantes en México programar citas en los puertos de entrada de EE.UU. para solicitar asilo. Pero esa era una historia que no encajaba con la narrativa de la administración Trump. Apenas minutos después de que el republicano asumiera el cargo en enero, la aplicación fue desactivada y en su lugar surgió CBP Home, con un enfoque radicalmente distinto.
La nueva aplicación permite a los inmigrantes en situación irregular notificar al gobierno su “intención de salida”, un proceso voluntario que, en teoría, evitaría sanciones más severas en caso de una deportación forzada. En la práctica, esto se traduce en que quienes opten por la autodeportación deben proporcionar su información biográfica, tomarse una foto y responder preguntas como si tienen dinero suficiente para costear su viaje de regreso.
A primera vista, la propuesta podría parecer una forma pragmática de manejar la inmigración. Sin embargo, expertos en leyes migratorias han advertido que este tipo de registros pueden servir para recopilar datos biométricos de inmigrantes y construir bases de datos que, a futuro, podrían ser utilizadas para reforzar operativos de detención y expulsión. Como dice la abogada de inmigración Elizabeth Uribe: “Lo único que puede obligar a alguien a ‘autodeportarse’ es el miedo”.
Un Problema de Recursos
La app también llega en un contexto donde el propio gobierno de Trump ha reconocido que no tiene los recursos para realizar deportaciones masivas en el corto plazo. El zar de la frontera, Tom Homan, ha admitido en reuniones privadas con congresistas republicanos que la infraestructura para una gran operación de expulsión aún no está lista. Así que, en lugar de desplegar un aparato masivo de detenciones, la administración parece estar apostando por el exilio voluntario digital.
Pero no es solo la falta de recursos lo que complica la situación. La iniciativa también enfrenta dudas sobre su efectividad. No está claro qué ocurre exactamente con los inmigrantes que se registran en CBP Home. ¿Se les facilita algún proceso para salir del país? ¿Se les supervisa? ¿O simplemente ingresan a una lista que más tarde puede ser usada en su contra? Hasta ahora, el Departamento de Seguridad Nacional no ha dado detalles sobre estos aspectos.
Deportaciones a la Carta
El lanzamiento de CBP Home se inscribe en una serie de medidas más amplias que buscan restringir la vida de los inmigrantes indocumentados en EE.UU. Entre ellas, destaca la prohibición de que los indocumentados viajen en vuelos nacionales con identificaciones emitidas por CBP One. Ahora, solo podrán abordar aviones si es para regresar a su país de origen.Además, a partir del 11 de abril entrará en vigor un registro obligatorio para inmigrantes en situación irregular, que exigirá a quienes lleven más de 30 días en el país proporcionar sus huellas dactilares y dirección. ¿El objetivo? Según el gobierno, reforzar la aplicación de la ley. Según críticos, generar una base de datos de posibles objetivos de deportación.
CBP Home no es solo una aplicación: es el reflejo de una política migratoria que se basa más en la disuasión que en soluciones estructurales. La pregunta es si los inmigrantes confiarán en un gobierno que, en cada oportunidad, ha demostrado que su prioridad no es facilitarles la vida, sino hacerla lo suficientemente difícil como para que prefieran marcharse.
Quizá la gran ironía de esta historia es que, en un país donde la tecnología es símbolo de progreso, ahora también es la herramienta preferida para invitarte amablemente a la puerta de salida.