Bajo presión
Politiquería
Desde hace décadas escuchamos la misma cantaleta, que no se debe de politizar cualquier asunto, porque en ese momento toda posibilidad de arreglo o solución se pierde en discusiones inútiles; pero eso jamás ha sido politizar los asuntos públicos, es la forma más baja de atención: politiquería; una forma pública de actuar basada en el oportunismo, la demagogía y la búsqueda del beneficio personal, quizá la diferencia mayor entre estos dos términos, mientras que la política debe buscar beneficios para el colectivo y formas sanas de convivencia, el politiquero aborda cualquier problema para manipular los hechos y protagonizar un asunto para beneficio propio.
Entre las muchas características deleznables de la politiquería, además del intento por manipular las emociones, destaca la estrategia que se sigue para conseguir la atención, priorizar el escándalo, ataques y descalificaciones antes que el debate de ideas.
Cuando lo más importante es encontrar solución al problema de las desapariciones en México, los actores políticos concentran la atención no en las víctimas o las propuestas para disminuir este crimen, pierden el tiempo empleando el dolor como herramientas para atacar al gobierno o posicionarse como oposición.
Ante los miles de desaparecidos, es absolutamente irrelevante si la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo considera que el descubrimiento realizado por una organización de buscadores puede ser su talón de Aquiles.
Ante las promesas del gobierno federal de fortalecer la Comisión Nacional de Búsqueda, la Comisión de Atención a las Víctimas y de convertir en prioridad las desapariciones, es un insulto que la clase política se concentre en repartir responsabilidades y señalar culpables, siempre del otro partido.
Ante el horror que viven las víctimas, que el Poder Legislativo se niegue a discutir la investigación del Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, da cuenta de la nula calidad moral que tienen los representantes populares, de todos los partidos, porque el jueves, el oficialismo terminó abruptamente la sesión del Senado, cuando los legisladores de Morena y sus aliados abandonaron el recinto para romper el quórum. En la Cámara Alta se repitió la misma actitud que tienen los vocingleros del régimen, escandalizados por la supuesta campaña en contra del gobierno de Claudia Sheinbaum, antes que explicar cómo se impulsarán las medidas para fortalecer las comisiones antes mencionadas o apoyar a los grupos de buscadores.
No todo es culpa del morenaje y sus parásitos, la misma actitud tuvieron los senadores del PRI y el PAN, cuando subían a tribuna para inculpar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y machacar con todas las omisiones de la pasada administración, cómo se cruzó de brazos ante el crecimiento del crimen organizado; el PAN intentó obligar a la presidenta Sheinbaum Pardo para que solicite ante la ONU y la OEA la formación de un “grupo de investigación interdisciplinario e independiente”, para obtener asistencia técnica en derechos humanos en apoyo a la investigación que se realice en el rancho en Teuchitlán, Jalisco; cuando lo que urge es tomarle la palabra al gobierno federal y consolidar los mecanismos propuestos para mejorar los protocolos y procedimientos para encontrar a los desaparecidos, pero lo que realmente les interesa es sacar raja del asunto acusando al régimen de ser “cómplices de los campos de exterminio y de los criminales”.
El PRI, encabezado por Alejandro Moreno Cárdenas, no se quedó atrás y propuso la creación de una comisión de seguimiento para exhibir tanto al gobierno federal (Morena) como al de Jalisco (Movimiento Ciudadano) que actuaron de manera cómplice ante el caso de los desaparecidos; el dirigente priísta, sin vergüenza alguna, antes que ser empático con las víctimas, ve en este caso la oportunidad de dirigir sus ataques a sus contrincantes políticos, vociferando desde la nula representación que tiene el partido tricolor en este momento.
Ninguna de las medidas propuestas por el prianismo busca una solución al problema, únicamente “buscan sacar provecho con fines partidistas electorales”, como comentó el senador de Movimiento Ciudadano, Luis Donaldo Colosio Riojas.
La bochornosa sesión en el Senado es un reflejo de la politiquería que hacen los voceros del oficialismo y del peronismo en los distintos programas de análisis y opinión en los que participan, quien los atiende no puede sacar ninguna conclusión sobre la forma mejor de atender esta problemática, pues lo que ofrecen son peleas, discusiones, intercambio de insultos y, en tándem, cuando los del partido naranja intentan concentrar la discusión en lo que se podría hacer, aprovechar para responsabilizar al gobierno estatal que encabezó Enrique Alfaro; como si el encarcelamiento del exgobernador pudiera cambiar algo ante el horror del hallazgo.
El optimismo es imposible ante la negligencia criminal del oficialismo y el peronismo, ajenos al dolor, aprovechándose de las víctimas, para promocionarse ante el electorado.
Coda. Una politiquería más, el rumbo que toma la solicitud de quitar el fuero al exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, para que enfrente la ley ante las acusaciones de violación; en nombre del respeto al debido proceso, ya se le otorgó impunidad al futbolista purificado por López Obrador. Odienlo más.
@aldan