Cátedra
Poesías líricas
El día fue gris…
grises eran las hojas y las nubes
igual que los gigantes lamidos por el humo.
La sombra era gris…
de loza…
Solo una luz apareció en mi cuerpo
apenas sí visible…
era muy tímida y muy tenue
y parecía… un color de rosa.
Se acercaba hacia mí
con los pasos de un sueño no turbado,
mientras el gallo eterno
se levantaba tan difícilmente
por la espesura gris…
Y llegó.
Y al mirarme con sus manos frías
sentí el inerme bostezo de sus ojos
¡y se perdió en lo gris…!
Su mano fría contagió mi mano
y la luz se quedó en color de rosa.
Y por no haberse convertido en roja
la dejé que se hundiera
en la triste neblina de aquél día.
Y sin amor,
inexorablemente
desde los ojos me invadió lo gris…
– o 0 o –
Por la unidad en la diversidad
Aguascalientes, México, América Latina