Lo volvieron a hacer. Cuando las cosas se ponen tensas, Morena prefiere cerrar la puerta y apagar la luz antes que enfrentarse a la realidad. Este jueves, la bancada oficialista en el Senado aplicó la de “no hay quórum” para evitar que se discutiera el caso del Rancho Izaguirre. ¿Casualidad? Para nada.
Todo iba en marcha cuando el panista Marko Cortés propuso que el gobierno de Sheinbaum solicitara a la Organización de los Estados Americanos (OEA) y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que enviaran un equipo especial para investigar el tema.
¿Qué hizo Morena? En lugar de debatir como corresponde, ordenó a sus senadores que salieran del Pleno. Y así, sin el número suficiente de legisladores, la sesión se dio por terminada. ¿Te suena a sabotaje? Porque a la oposición sí.
Morena abandona sesión tras propuesta sobre el presunto campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco
Desde la tribuna Cortés advirtió que el coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, estaba pidiendo a sus legisladores abandonar la sala: “Antes de que se salgan los compañeros, porque veo que Adán Augusto está pidiendo que se salgan, voy a pedir que esta votación sea de urgente y obvia resolución, porque las familias de México, particularmente los desaparecidos, no pueden esperar más”.
Las reacciones no tardaron en llegar. Ricardo Anaya, también del PAN, no se anduvo con rodeos y lanzó un golpe directo: “Salieron corriendo como cobardes para no enfrentar el problema que tiene desangrado al país”.
Y es que no es la primera vez que Morena usa una estrategia así. Cuando un tema no les conviene, en lugar de defender sus posturas, prefieren bloquear el debate. ¿Miedo a lo que pueda salir a la luz? ¿O simplemente ya ni se molestan en disimular su desprecio por la transparencia?
Según Cortés, este intento de censura no servirá de nada, ya que el reglamento del Senado obliga a que el punto de acuerdo se retome en la siguiente sesión. Es decir, Morena solo está pateando el problema para después. “No quisieron debatir porque saben que su vínculo con el crimen organizado los deja muy mal parados”, afirmó el senador.
Por su parte, el senador priista Manuel Añorve acusó a Morena de sabotear el debate y obstaculizar la investigación sobre el Rancho Izaguirre en Teuchitlán. Pero no había mucho que hacer: con la salida masiva de los legisladores morenistas, PT y PVEM, se perdió el quórum necesario para continuar la sesión.
Acto seguido, la presidenta en funciones del Senado, la morenista Imelda Castro, vaya que se dio prisa por verificar la asistencia, y una vez confirmada la falta de legisladores y dio por terminada la sesión.
El caso que Morena no quiere tocar (y prefiere ignorar)
La propuesta del PAN es clara: permitir la entrada de expertos internacionales que analicen los restos humanos encontrados en el Rancho Izaguirre. Pero para Morena, hablar de desaparecidos y violencia es abrir una caja de Pandora, por ello prefieren minimizar el problema, como Noroña que según él lo de Teuchitlán es obra de una “campaña contra la 4T”.
El senador Marko Cortés no dudó en recalcar la gravedad del problema: “México es el país con más homicidios y desaparecidos en el mundo sin estar en guerra. Este será el talón de Aquiles de Sheinbaum”.
Y es que, más allá de los discursos oficiales, la realidad es que el país está atravesando una de sus peores crisis de seguridad. Los hallazgos en el Rancho Izaguirre no son un caso aislado, sino una muestra más de lo que ocurre todos los días en distintas partes del país.
¿Qué sigue ahora?
El reglamento del Senado es claro: en la sesión del martes, este será el primer tema a tratar. Morena podrá intentar otra estrategia para evitar la discusión, pero el tema ya está sobre la mesa y no va a desaparecer solo porque ellos cierren la sesión.
Lo preocupante es que, mientras los senadores morenistas juegan a la política, en el país siguen apareciendo fosas, la violencia sigue escalando y las familias siguen esperando respuestas. ¿Hasta cuándo podrán seguir huyendo?