Enfermería militar en México: Historia, formación y vocación - LJA Aguascalientes
20/03/2025

Orígenes 

La enfermería ha sido una profesión en constante evolución, con una historia marcada por el sacrificio y la entrega. En México, su desarrollo estuvo ligado a los conflictos armados, particularmente a la Revolución Mexicana (1910-1920), cuando las mujeres encontraron en la enfermería una oportunidad para demostrar su audacia y compromiso social.

Durante la Revolución, la atención de los heridos en el campo de batalla fue fundamental, ya que muchas mujeres, sin formación profesional, se integraron como voluntarias en organizaciones como la Cruz Roja Mexicana y la Cruz Blanca Neutral, dirigida por Elena Arizmendi Mejía. Estas instituciones no solo auxiliaban a los combatientes, sino también a la población civil afectada por epidemias como la gripe española y el tifo.

Las enfermeras revolucionarias no se limitaron a la atención médica, sino que desempeñaron un papel crucial en el desarrollo del movimiento armado. Algunas, como Adela Vázquez Schiaffino y Dina Querido Sámano, obtuvieron grados militares y participaron activamente en las filas del Ejército Libertador del Sur. Otras, como Leonor Villegas de Magnón, fundaron instituciones como la Cruz Blanca Constitucionalista, que improvisó hospitales de sangre en plena batalla.

Formalización de la enfermería militar

Tras la Revolución, la enfermería militar se institucionalizó. El 21 de marzo de 1938, se creó por decreto presidencial la “Escuela para Enfermeras del Ejército” en el Hospital Militar General de la Ciudad de México. Esta escuela marcó el inicio de la profesionalización de la enfermería dentro de las Fuerzas Armadas.

En 1944, la escuela fue reubicada en el Hospital Central Militar y dos años después cambió su nombre a “Escuela Militar de Enfermeras y Parteras”. Su plan de estudios incorporó especialidades como enfermería instrumentista y administración hospitalaria. En 1963, adoptó su actual denominación de “Escuela Militar de Enfermería”, modernizándose con el tiempo para adaptarse a los avances tecnológicos y médicos.

En 2007, el nivel de estudios se elevó a licenciatura con una duración de cuatro años. Una de las reformas más importantes ocurrió en 2017, cuando la institución permitió el ingreso de hombres, consolidándose como un referente en la formación de enfermeros militares.

El rol de las enfermeras y enfermeros militares hoy

Actualmente, la Escuela Militar de Enfermería forma profesionales altamente capacitados que trabajan en hospitales de segundo y tercer nivel dentro del sistema de salud del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos. Se desempeñan en roles directivos, administrativos, técnicos y operativos.

El papel de la enfermería militar es crucial en misiones humanitarias y de emergencia. Las enfermeras han estado en la primera línea de respuesta en desastres naturales bajo el Plan DN-III-E, así como en la crisis sanitaria por COVID-19.

La teniente coronel Karina Martínez lo resume así: “Somos la columna vertebral de los hospitales. Abarcamos desde la promoción de la salud, la prevención de enfermedades, la atención integral de los pacientes y su rehabilitación”.


Día a día de un enfermero militar

Los enfermeros y enfermeras militares trabajan en hospitales, clínicas y unidades de emergencia. Su labor abarca desde la atención de heridos en combate hasta la rehabilitación de pacientes con diversas afecciones. Algunos de sus principales roles incluyen:

  • Atención en quirófanos y unidades de terapia intensiva.
  • Aplicación de tratamientos y administración de medicamentos.
  • Apoyo en partos y cuidados neonatales.
  • Intervención en desastres naturales y situaciones de emergencia.
  • Participación en programas de prevención de enfermedades.

Además, forman parte del equipo de sanidad militar que es desplegado en operaciones tanto en territorio nacional como en misiones internacionales.

Formación y oportunidades en la enfermería militar

Estudiar en la Escuela Militar de Enfermería es una opción atractiva, ya que la SEDENA otorga becas que cubren estudios, alojamiento, alimentación y vestimenta. Además, los estudiantes reciben un apoyo económico y atención médica tanto para ellos como para sus familias.

Para ingresar, se requiere ser ciudadano mexicano, contar con bachillerato con promedio mínimo de 7.0, tener entre 18 y 22 años, aprobar exámenes médicos y de capacidad física, y cumplir con los requisitos de documentación estipulados en la convocatoria de admisión.

Al egresar, los enfermeros militares obtienen el grado de subteniente de sanidad y un salario inicial bruto de $23,310.77 MXN (neto: $19,254.97 MXN). Con el tiempo, pueden ascender a rangos superiores como teniente, capitán, mayor o incluso coronel, con salarios que superan los $100,000 MXN.

Desde sus orígenes en la Revolución Mexicana hasta su consolidación en el siglo XXI, la enfermería militar en México ha sido una profesión de entrega, vocación y valentía. Las enfermeras y enfermeros militares no solo han sido testigos de la historia, sino que han salvado innumerables vidas en los momentos más críticos de la nación. Su compromiso y profesionalismo continúan siendo un pilar fundamental del sistema de salud de las Fuerzas Armadas.

Vía Guardianes


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