De misión de una semana a odisea de nueve meses: el accidentado regreso de los astronautas “varados” en la EEI - LJA Aguascalientes
23/03/2025

La NASA y SpaceX han vuelto a hacer lo imposible: traer de vuelta a la Tierra a dos astronautas que, en teoría, solo debían pasar una semana en la Estación Espacial Internacional (EEI), pero terminaron protagonizando una estancia digna de un reality show de resistencia. Butch Wilmore y Suni Williams, los ahora célebres “astronautas varados”, finalmente amerizaron en el Golfo de México, a bordo de la cápsula Crew Dragon de SpaceX, tras nueve meses de incertidumbre, fallos técnicos y debates políticos que los convirtieron en involuntarios protagonistas de la geopolítica espacial.

Del “nos vamos en ocho días” al “¿alguien nos viene a buscar?”

Lo que comenzó en junio de 2024 como una misión de prueba rutinaria de la nueva cápsula Starliner de Boeing terminó en una de las crisis logísticas más comentadas de la NASA. Se suponía que Wilmore y Williams regresarían a la Tierra después de unos días en la EEI. Sin embargo, el sistema de propulsión de la Starliner presentó fallos críticos, incluyendo fugas de helio y propulsores rebeldes que se negaron a funcionar. Mientras Boeing intentaba salvar su nave, la NASA tomó una decisión de contingencia: los astronautas permanecerían en la estación hasta que alguien pudiera traerlos de vuelta.

Este episodio no solo representó un golpe para Boeing—que aún aspira a competir con SpaceX en el transporte de astronautas—sino que además puso a la NASA en el centro de la polémica. El propio Donald Trump no tardó en sumarse a la narrativa, acusando a su predecesor de haber “abandonado” a los astronautas en el espacio. Elon Musk, quien nunca pierde la oportunidad de subirse a una polémica, también aseguró que el regreso de los astronautas se retrasó por razones políticas. La NASA, por su parte, mantuvo un tono más técnico: no estaban varados, solo se estaban tomando un tiempo extra allá arriba.

La espera en la EEI y la política espacial de los “astronautas en pausa”

Durante estos nueve meses, Wilmore y Williams no estuvieron de brazos cruzados. Aprovecharon su prolongada estadía para realizar investigaciones en biotecnología, caminar por el exterior de la estación en trajes espaciales y asegurarse de que todo en la EEI siguiera funcionando. Williams incluso rompió un récord: con más de 62 horas acumuladas en caminatas espaciales, se convirtió en la astronauta mujer con más tiempo fuera de una nave en la historia. Eso sí, entre las tareas diarias de mantenimiento y los experimentos científicos, ambos encontraron tiempo para reflexionar sobre la surrealidad de su situación.

“La verdad es que estábamos preparados para quedarnos más tiempo si era necesario”, declaró Wilmore en una conferencia de prensa desde el espacio, con la calma de quien ha aprendido a flotar en la incertidumbre. Pero claro, nueve meses sin gravedad, sin la posibilidad de sentir el viento en la cara ni sacar a pasear a los perros—algo que Williams extrañó especialmente—tampoco son lo ideal.

El “secuestro técnico” de los astronautas llegó a su fin cuando SpaceX lanzó la misión Crew-10 el 16 de marzo de 2025, con cuatro astronautas de reemplazo para la EEI. Con la nueva tripulación a bordo, Wilmore y Williams pudieron finalmente abordar la Crew Dragon “Freedom” y emprender su tan esperado regreso a casa.

De vuelta a la Tierra: un descenso milimétrico y una bocanada de aire fresco

El proceso de regreso fue todo menos improvisado. A la 1:05 de la madrugada del 18 de marzo (hora del Este), la cápsula se desacopló de la EEI y comenzó su descenso cuidadosamente coreografiado. A las 17:11, se encendieron los motores para iniciar la reentrada a la atmósfera terrestre. Finalmente, a las 17:57, el amerizaje se llevó a cabo sin inconvenientes frente a la costa de Florida.

El éxito de la operación fue atribuido a la meticulosa planificación de SpaceX y la NASA, así como a la precisión de los cálculos de descenso. La cápsula desplegó sus paracaídas en el momento justo y amerizó suavemente en el mar, donde un equipo de rescate ya los esperaba.

Después de 286 días en el espacio, Wilmore y Williams volvieron a respirar aire fresco. “Ha sido una montaña rusa para nuestras familias, probablemente más que para nosotros”, reconoció Williams, poniendo en perspectiva la espera de nueve meses que vivieron sus seres queridos en la Tierra.


Lecciones aprendidas: de la resiliencia espacial a la importancia de un plan B (y C, y D…)

El regreso de estos astronautas no solo marca el cierre de una de las misiones más accidentadas de los últimos años, sino que también deja varias lecciones para el futuro. Por un lado, reafirma la importancia de contar con planes de contingencia realistas en misiones espaciales. Por otro, pone en duda la viabilidad del Starliner de Boeing como competidor serio frente a SpaceX.

Mientras la NASA sigue adelante con sus misiones de exploración y desarrollo tecnológico, la historia de Wilmore y Williams servirá como recordatorio de que, en el espacio, incluso los planes más cuidadosamente diseñados pueden cambiar en cuestión de segundos. Y también de que, a veces, la diferencia entre estar “varado” y simplemente “esperando transporte” es solo una cuestión de semántica.

Vía Tercera Vía


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