Bajo presión
Cola
Cuando los perros sienten miedo o vergüenza bajan la cola y la colocan entre las patas, con este gesto muestran sumisión y reconocen su derrota o estar en una posición inferior, de ahí la expresión que para señalar que alguien merece ser reprendido o ha fracasado se indique que está con la cola entre las patas; como también se indica coloquialmente, hasta entre esos animales hay razas, para señalar las diferencias que los distinguen; los perros de Morena, empeñados en señalar que no son iguales a sus adversarios, ladran cada que pueden que son distintos, y es cierto, son peores. Tras la vomitiva escena en que diputadas de Morena cedieron la tribuna para que un envalentonado Cuauhtémoc Blanco agradeciera que el oficialismo lo encubriera, tras las reacciones a la defensa del exgobernador de Morelos y la reacción generalizada de que se cometió una traición, los vocingleros del régimen intentan inundar el espacio de discusión pública aclarando que siempre han estado del lado de las víctimas y calificando de ignorantes a todos quienes se atrevan a insinuar lo contrario.
Los vocingleros del oficialismo, sin la vergüenza con que los perros ocultan la cola entre las patas, por el contrario, embravecidos por la soberbia, no dudan en descalificar a quien sea explicando que quienes acusan de traición no entienden qué es lo que se votó en la Cámara de Diputados, insisten en que es un tema estrictamente jurídico y no tiene nada que ver con la defensa de Cuauhtémoc Blanco, por el contrario, envueltos en la bandera de un feminismo hipócrita se dan golpes de pecho y, con la misma hombría con el que exgobernador de Morelos aseguró que no tenía miedo, señalan que siempre han estado con las víctimas, que siempre van a apoyar a las mujeres.
Ladran descalificadores porque ya cuentan con la venia de Claudia Sheinbaum Pardo, a quien no le perdonaron la pregunta en la conferencia matutina, donde la presidenta torció el feminista “Yo te creo” al aprovechar la ocasión para establecer que el tetratransformismo te cree siempre y cuando estés del lado correcto de la historia, es decir, de su lado.
Sobre lo votado por los diputados, Sheinbaum Pardo dijo no conocer las pruebas y que era una decisión del Congreso, “siempre vamos a apoyar a las mujeres, eso no está en duda, pero siempre tiene que haber pruebas suficientes para un caso como este”, es decir, que la presidenta condiciona ese apoyo a las víctimas dependiendo de quién las acuse, y como en este caso la petición de desafuero fue interpuesta por un “encubridor de feminicidios, con muchos casos de corrupción, fue desaforado por la Cámara de Diputados y por el Congreso local, entonces, solamente para que se ponga en contexto”.
¿Qué es el contexto para el morenaje? La oportunidad de meter ruido a la conversación para distraer la atención, desviar la mirada del hecho central.
“Yo te creo” no significa que se tenga que sentenciar a un acusado, es el acompañamiento que se otorga a una víctima cuando se decide a denunciar; la fe que se deposita en quien acude a la autoridad sin importar que sea “seis meses después”, como acusó Cuauhtémoc Blanco sorbiendo mocos desde tribuna; el acompañamiento a la agredida para enfrentar las murallas burocráticas y llamar la atención de las autoridades para iniciar una investigación.
La apuesta del oficialismo es la invisibilización de las víctimas incómodas, en el caso del exfutbolista, la denuncia la presentó la víctima, ¿qué contexto hace falta cuando una agredida se atreve (por qué esa es la palabra, atreverse, vencer el miedo) a acudir a la autoridad; lo mismo ocurre cuando se les escupe a las madres buscadoras que no llamen campo de exterminio al Rancho Izaguirre hasta tener las pruebas científicas en la mano, se desvía la mirada del dolor ajeno, ese que no sirve para los propósitos laudatorios del régimen.
Lo menos importante sobre la votación en la Cámara de Diputados es la culpabilidad de Cuauhtémoc Blanco, eso lo tendrán que probar las autoridades. Lo menos importante es la ruptura del movimiento, como le preguntaron a la presidenta, ya quedó claro que el oficialismo es un grupo de oportunistas que sólo sabe vivir a la sombra de los liderazgos, a los que busca complacer con su sumisión. Lo relevante es que el morenaje y el oficialismo ya estableció que el apoyo a las víctimas, el acompañamiento a las mujeres, está condicionado a la subordinación de los intereses de las cabezas de grupo; que en defensa de un purificado por Andrés Manuel López Obrador se puede tergiversar cualquier discurso y manipular los hechos.
En este momento en que se llenan el hocico nombrando a las víctimas, no hay un solo morenita que pueda responder en qué momento se presentará el valiente Cuauhtémoc Blanco ante la Fiscalía, ni uno solo que se atreva a señalar que el exgobernador de Morelos revictimiza a quien presuntamente intentó violar, tampoco quien públicamente desmienta al diputado por las mentiras que ha dicho a la prensa; en cambio, al tiempo que acusan de una campaña mediática en su contra, ladran que la Cámara de Diputados exhortó al presunto agresor a permitir que el proceso judicial siga sin interferencias… Efectivamente, no está solo, no está solo.
Coda. En un comunicado, el vocero morenita, Arturo Ávila, afirma que el “compromiso de Morena con la justicia y la lucha contra la violencia de género”, aseguró que no se encubrirá a nadie y que su partido “siempre ha sido un partido feminista desde sus orígenes”, diversos grupos de mujeres organizadas están convocando a una marcha el próximo sábado en favor de la víctima, seguramente lo veremos ahí y no abrazando a Cuahtémoc Blanco, a menos que eso de estar “del lado de las víctimas” sea, como en otras ocasiones, una hablada.
@aldan