El vuelo 4819 de Delta Airlines, operado por Endeavor Air, protagonizó un dramático accidente al aterrizar en el Aeropuerto Internacional Pearson de Toronto el pasado lunes. La aeronave, un CRJ-900 con 80 personas a bordo, se volcó en la pista tras un intento fallido de aterrizaje en medio de condiciones climáticas adversas. A pesar de lo aparatoso del incidente, no se reportaron víctimas fatales, aunque al menos 18 personas resultaron heridas, tres de ellas en estado crítico.
Un aterrizaje que terminó en caos
El avión había partido de Minneapolis-Saint Paul y, al aproximarse a Toronto, enfrentó fuertes vientos y nevadas. Según testigos, el aterrizaje fue extremadamente brusco. “Cuando tocamos el suelo, estábamos de costado y luego boca abajo, colgando como murciélagos”, describió el pasajero Pete Koukov, quien logró desabrocharse el cinturón y salir del avión por su cuenta.
Imágenes del lugar muestran el fuselaje volcado sobre la pista nevada, con humo saliendo de sus partes mientras equipos de emergencia intentaban sofocar un incendio. Testigos mencionaron haber visto una “gran bola de fuego” al momento del impacto.
Heridos y respuesta de emergencia
Los servicios de emergencia actuaron con rapidez. La ambulancia aérea Ornge trasladó a un menor de edad a un hospital infantil en estado crítico pero estable, mientras que dos adultos con lesiones graves fueron llevados a centros de traumatología en helicóptero. Otros 15 pasajeros sufrieron heridas moderadas y leves, pero todos fueron atendidos en hospitales locales.
Inicialmente, Delta informó que 18 personas habían resultado heridas, pero posteriormente las autoridades canadienses ajustaron la cifra a 15, señalando que otras tres personas fueron ingresadas como acompañantes.
Las condiciones climáticas bajo escrutinio
Las investigaciones preliminares apuntan a las condiciones meteorológicas como un posible factor determinante en el accidente. En el momento del siniestro, el aeropuerto experimentaba ráfagas de viento de hasta 65 km/h (40 mph) y temperaturas bajo cero. Sin embargo, expertos en aviación advierten que los aviones y sus tripulaciones están preparados para operar en climas adversos. “Es raro ver un avión volcarse de esta manera, incluso con viento fuerte”, señaló John Cox, director ejecutivo de Safety Operating Systems.
Otro dato relevante es que la torre de control advirtió a la tripulación de posibles turbulencias causadas por otra aeronave momentos antes del aterrizaje. No está claro si esto influyó en el accidente, pero es un elemento clave en la investigación.
Investigación en marcha
El gobierno de Canadá, en colaboración con la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, ha iniciado una investigación para esclarecer lo ocurrido. La ministra de Transporte canadiense, Anita Anand, aseguró que se está dando seguimiento cercano a este “grave incidente”.
Las grabadoras de voz y datos del vuelo ya están siendo analizadas por expertos. Una de las incógnitas a resolver es por qué el avión perdió un ala, lo que podría haber contribuido a que se volcara. Según Cox, esto será clave para comprender la mecánica del siniestro.
Un mes negro para la aviación en Norteamérica
El accidente de Delta Airlines en Toronto se suma a una serie de siniestros ocurridos en Norteamérica en el último mes. El 29 de enero, un avión de American Airlines y un helicóptero militar colisionaron cerca de Washington, dejando 67 muertos. Dos días después, un avión de transporte médico se estrelló en Filadelfia, causando la muerte de seis personas. Además, un accidente aéreo en Alaska cobró la vida de 10 personas recientemente.
Si bien en este caso no hubo víctimas fatales, el incidente reaviva el debate sobre la seguridad aérea en situaciones meteorológicas extremas y la capacidad de respuesta de las aerolíneas y aeropuertos ante emergencias.
Repercusiones y normalización del aeropuerto
El Aeropuerto Pearson, el más transitado de Canadá, suspendió sus operaciones tras el accidente, lo que llevó a la cancelación de más de 230 vuelos. A pesar de la rápida respuesta de los servicios de emergencia, dos pistas permanecerán cerradas por varios días, afectando la programación de vuelos y la logística aeroportuaria.
Por su parte, Delta Airlines ha reiterado su compromiso con la seguridad de sus pasajeros y tripulación, asegurando que cooperará plenamente con la investigación. “Nuestra principal prioridad es cuidar de los afectados”, afirmó la aerolínea en un comunicado.
El accidente del vuelo 4819 de Delta Airlines en Toronto dejó más preguntas que respuestas. Aunque las condiciones climáticas adversas parecen haber sido un factor, aún no se descarta la posibilidad de fallas mecánicas o errores humanos. La investigación en curso será determinante para esclarecer las causas y evitar que hechos similares ocurran en el futuro. Mientras tanto, la comunidad aeronáutica y los pasajeros siguen en vilo, esperando respuestas sobre este inusual y alarmante incidente.