- Su compromiso con el comercio justo y la educación del consumidor ha posicionado a Frégo como referente en la escena cafetera
- Patricia Rodríguez y su socio Rodrigo fusionan diseño arquitectónico y calidad en cada una de las sucursales
- Frégo se destaca por su café de especialidad certificado y trabajado directamente con productores de Veracruz
En el corazón de la escena cafetera de México, Patricia Rodríguez, barista y cofundadora de Frégo, comparte los secretos que han llevado a su negocio a destacarse durante 10 años. Desde su compromiso con la calidad hasta su estrecha relación con los productores, esta marca no ofrece solo un café más: brinda una experiencia que enaltece el esfuerzo y dedicación detrás de cada taza.
“Ser barista implica mucho más que preparar café”, afirma Patricia, mientras describe su labor como un puente entre los productores y el consumidor final: “Vamos cada año a visitar las fincas en Veracruz, donde trabajamos directamente con los productores para asegurarnos de que el café sea de calidad y que las personas que lo cultivan reciban un trato justo”, detalla.
El enfoque de Frégo en el café de especialidad, cuyo estándar comienza con un puntaje de 85 sobre 100, ha sido fundamental en su identidad. Cada grano pasa por una rigurosa evaluación a cargo de un catador grado Q, un experto que asegura que solo los mejores granos lleguen al cliente. Este esfuerzo ha rendido frutos, ya que la marca se ha consolidado como un referente en el sector.
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Además de la calidad del café, Frégo destaca por su imagen única. Patricia revela que su socio y pareja, Rodrigo, arquitecto de formación, es el responsable del diseño de cada espacio: “Él es la cabeza detrás del diseño, los colores y la estética de cada una de nuestras sucursales”, comenta.
Sin embargo, el camino no ha estado exento de retos. Patricia confiesa que uno de los mayores desafíos ha sido encontrar personal comprometido: “Es complicado transmitir la pasión por el café al equipo, pero cuando lo logramos, los resultados son increíbles. Incluso hay quienes han aprendido con nosotros y después han abierto sus propios negocios, lo cual nos llena de orgullo y satisfacción”, comparte emocionada.
Otro desafío ha sido la administración. Aunque Patricia estudió la Licenciatura en Administración de Empresas, asegura que la experiencia real del día a día, la ha formado más que las aulas: “Sales de la universidad y te enfrentas a un mundo completamente diferente. Aprendes a administrar sobre la marcha y las exigencias cotidianas”, menciona entre risas.
En cuanto a la competencia, Patricia reconoce que grandes cadenas como Starbucks han tenido un efecto positivo en la cultura de este tipo de bebida: “Han acercado a muchas personas al mundo del café, y poco a poco esos consumidores se interesan más por conocer la calidad y los procesos detrás de una buena taza”, explica.
Finalmente, Patricia ofrece consejos para identificar un buen café: preguntar al barista por el origen específico del grano, evitar granos sobre tostados que sean oscuros y aceitosos, y asegurarse de que las máquinas estén limpias: “La limpieza de las máquinas es crucial, porque impacta directamente en la calidad del café que tomas”, enfatiza.
Patricia y Frégo han demostrado que un café bien preparado es el resultado de pasión, compromiso y trabajo en equipo. A través de cada taza, celebran la dedicación de productores, tostadores y baristas. Así, queda demostrado que la excelencia en el café de especialidad es posible cuando hay un propósito claro.