- Dafne Viramontes, presidenta del Colegio de Economistas de Aguascalientes, ofreció un análisis sobre el panorama laboral y el impacto de la migración en la economía mexicana, destacando las tendencias actuales y los retos que se enfrentan en 2025.
En noviembre de 2024, México registró 22,643,638 empleos formales, lo que representa un incremento de apenas 1% respecto al año anterior. En Aguascalientes, el crecimiento fue aún menor, situándose en 0.7%.
“El empleo está creciendo por debajo de la tasa de crecimiento poblacional, lo que significa que no se están generando suficientes nuevas oportunidades económicas. Esto refleja un mercado laboral más cerrado, donde los empleos se mantienen, pero no crecen de manera significativa”, explicó Viramontes.
A nivel nacional, algunas entidades federativas, como Tabasco y Campeche, han experimentado caídas drásticas en el empleo formal, del 12%, principalmente debido a la reducción de inversión pública en proyectos de infraestructura. Por otro lado, estados como Guerrero, Hidalgo y el Estado de México muestran crecimiento impulsado en parte por inversiones gubernamentales.
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La disminución del gasto público ha afectado tanto al empleo en instituciones gubernamentales como a sectores dependientes de la inversión estatal. Viramontes señaló que el recorte presupuestal ha llevado a la eliminación de empleos temporales y contrataciones eventuales, lo que agrava la situación laboral en estados como Aguascalientes.
“El gobierno es un empleador clave, y cuando no cuenta con presupuesto suficiente, el impacto en el mercado laboral es significativo”, destacó.
La migración es otro factor que está moldeando el panorama laboral en México. Por un lado, las deportaciones masivas desde Estados Unidos podrían incrementar la presión sobre el mercado laboral mexicano, llevando a un aumento de la informalidad ante la falta de generación de empleos formales.
“Si las deportaciones se incrementan, muchas personas buscarán alternativas en la economía informal, lo que podría exacerbar los niveles de desigualdad y precarización laboral”, comentó Viramontes.
Además, México enfrenta el desafío de recibir migrantes de otros países, muchos de los cuales no tienen intención de quedarse en el país, pero se ven obligados a permanecer debido a las restricciones fronterizas. Este fenómeno ha generado focos de desigualdad y presión en mercados laborales locales, especialmente en ciudades fronterizas como Tijuana.
“Estas poblaciones en tránsito suelen vivir en condiciones precarias, lo que genera problemas sociales adicionales, como la falta de acceso a vivienda digna y un aumento en la vulnerabilidad social”, explicó.
Con un mercado laboral desacelerado, una posible reducción de remesas debido a políticas migratorias estrictas, y un entorno global incierto, las perspectivas laborales para 2025 son desafiantes.
Viramontes instó a los gobiernos federal y estatal a implementar políticas públicas que fomenten la creación de empleo formal y mitiguen los efectos adversos de la migración. “Es fundamental atraer inversión y fortalecer las condiciones económicas para que tanto los mexicanos como los migrantes tengan acceso a oportunidades laborales dignas”, concluyó.