Al sur de México, el estado de Chiapas ha evitado durante mucho tiempo la crisis criminal que abunda en el país. Chiapas se ha convertido en un símbolo de resistencia y de derechos indígenas desde la llegada de los zapatistas, pero en los últimos años se ha enfrentado a una nueva guerra contra el narcotráfico. Crimen organizado y grupos armados se sitúan en esta zona, y la presencia del cártel Chamula no es un caso nuevo. Te contamos más sobre el primer y único cártel indígena en México.
¿Qué es el Cártel Chamula?
La presencia del narcotráfico en Chiapas tiene sus antecedentes con la aparición del Cártel de Sinaloa, aunque se suele recordar con menos violencia, ya que solía operar sin oposición. Por otro lado, hay un historial de violencia entre los ganaderos, campesinos y la población fluida que tiene paso por esta región, así como residentes de Guatemala, siendo Chiapas un lugar fronterizo. Pero luego llegaron Los Zetas, y estos llegaron para quedarse en las sombras.
Fue en 2021 que el gobierno federal reconoció por primera vez la existencia de un grupo armado dirigido por y para indígenas habitantes de la región, denominado como ‘Cártel Chamula’, quien según al ex subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, señaló a este grupo de ser responsable del asesinato del Fiscal de Justicia Indígena de Los Altos de Chiapas, Gregorio Pérez Gómez. En el momento de su asesinato, el servidor público se encontraba a cargo de investigaciones sobre los hechos violentos sucedidos en el municipio de Pantelhó.
Y en efecto, ha surgido una mafia en expansión entre el pueblo chamula que ejerce un poder considerable en la gran ciudad de San Cristóbal de las Casas y en la región central del estado, señala el periodista Ioan Grillo en la segunda parte de su serie de tres partes sobre el estado de Chiapas. Dicho grupo surgió del hambre de Los Zetas por encontrar nuevos reclutas. El periodista Óscar Balderas de Milenio, ha seguido de cerca este grupo, y evidencia que con la expulsión de los tzotziles, -población indígena que se encuentra al noroeste y suroeste de la ciudad de San Cristóbal- de sus comunidades de origen (debido a que se convirtieron al cristianismo evangélico), encontraron refugio en el grupo criminal de Los Zetas.
¿Cómo opera este cártel?
El crecimiento de este cártel ha impulsado la violencia de Chiapas, apropiándose de los espacios que conforman el día a día de los habitantes. En primera instancia, el control del comercio informal ha sido una de las actividades que más ganancias les da. ¿Cómo lo hacen? Liderando los mercados callejeros ubicados desde el centro hasta el norte, pidiendo una cuota semanal a los puestos.
Por otro lado, se ha denunciado que este grupo está a cargo del tráfico de personas, específicamente migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, y por supuesto, la venta de drogas.
Pero lo que destaca es su participación en la producción de pornografía de mujeres indígenas y niñas, denominado como ‘etnoporno’.
La explotación de comunidades indígenas, mujeres, niñas y el ‘etnoporno’
El término de ‘etnoporno’ no es nada nuevo, pues la activista y abogada chiapaneca, Martha Figueroa, junto con otros investigadores, lleva casi una década siguiendo este caso de cerca. Respecto a esta modalidad, se refiere a la producción y distribución de contenido pornográfico de mujeres indígenas, principalmente menores de edad. Por supuesto, sin su consentimiento.
De acuerdo al periodista Óscar Balderas, el método para la creación y venta de este tipo de videos va de esta manera: buscan a mujeres tzotziles vulnerables y necesitadas (desde los 13 años hasta adultas mayores), les ofrecen drogas a cambio de ser grabadas y las explotan sexualmente para distribuir este contenido en puestos de películas, encontrados visiblemente en diversos mercados de la región. Se expone también que para “salir” del negocio, se debe entregar a otra víctima, ya sea una vecina, una amiga o un familiar. Estos videos están disponibles a la venta en formato de USB o discos, pero también se distribuyen por internet.
La monopolización y monetización del etnoporno, más que buscar generar ganancias económicas para el cártel, les abre la puerta a tener completo control social y territorial, por encima de otros negocios.
Chiapas, una región de México desplazada por la violencia
Llama la atención la llegada y posicionamiento del cártel Chamula, porque es el primer cártel de México encabezado por indígenas, que todavía conservan tradiciones elaboradas, que hablan la lengua tzotzil y que representan gran parte de la cultura chiapaneca, pero que se han convertido en otro componente de la cultura del narcotráfico en el país.
La creciente violencia en la región ha puesto a las comunidades locales en una posición de extrema vulnerabilidad, donde muchas personas no ven otra alternativa más que unirse a los grupos del crimen organizado para garantizar su supervivencia. En esta misma línea, la respuesta de las autoridades no es suficiente para brindarles esperanza, ya que lejos de abordar acciones para contrarrestar los casos de violencia y los grupos criminales, tienden a minimizar la problemática, lo que deja al estado de Chiapas en una preocupante situación de abandono y desprotección frente al avance del crimen organizado.