Mucho se ha hablado sobre la escasa lectura, esa fascinante idea de que la gente solo quiere ver videos y que las redes sociales nos han consumido por completo. Por supuesto, no podemos olvidar la reciente “crisis” en Estados Unidos, esa que surgió tras el intento de eliminar TikTok, un asunto enteramente político y de lucha ideológica entre las dos principales potencias económicas del mundo: Estados Unidos y China. Curiosamente, el ciudadano promedio de Estados Unidos no parece particularmente preocupado por la desaparición de la plataforma; de hecho, le es indiferente. Sin embargo, aquellos que sí se verían afectados, como influencers, artistas y empresas, son los que realmente han encendido las alarmas.

En este periódico, decidimos apostar por lo que parece ser un acto de valentía: leer. Así, de manera simple y sin complicaciones. Lo hicimos porque creemos que debemos abrir espacio a nuevos talentos, porque necesitamos ver más allá y, por supuesto, mejorar en lo que podemos. En este primer número, nos atrevimos a abordar un tema tan complejo y necesario como lo es la salud mental, algo que muchos de nosotros seguimos posponiendo, como si tuviéramos tiempo infinito para hacerlo.

Como bien señaló nuestra especialista, la psicóloga María Mora, estamos tan acelerados que hemos olvidado el arte de estar en paz. Es alarmante que la salud mental, un tema de vital importancia, aún no se haya considerado una verdadera prioridad de salud pública, y mucho menos algo que podamos abordar de manera colectiva. Por eso, apostamos por generar contenidos de valor, algo que no deberíamos subestimar, pero que en un mundo tan digitalizado y plagado de información superficial, parece ser la excepción y no la regla.

En un panorama mediático donde muchos prefieren copiar y pegar información ajena solo para ganar visibilidad en el algoritmo, surge la pregunta: ¿por qué no podemos generar contenido de valor? Eso fue lo que buscamos en Magnífica: crear algo auténtico, que no se limite a seguir la corriente, sino que marque la diferencia.

Persiguiendo la nota

Una de las tareas más complicadas que enfrentamos los medios es la búsqueda de información. Por un lado, la política ya no es lo que era: antes, bastaba con organizar un evento para reunir a varias personalidades del ámbito público y político y cuestionarlas sobre los temas más candentes del momento. Ahora, la situación ha cambiado drásticamente. Muchos de los medios de comunicación nos encontramos en una constante persecución de eventos, porque la puerta ya no se abre de par en par para todos. Así ha sido decidido, y es el panorama que nos ha tocado vivir: un solo contenido, una sola voz, dispersa en varios pseudomedios, todos bajo el mismo paraguas de la oligarquía mediática. Es todo tan homogéneo, tan… conveniente.

Sin embargo, seguimos buscando información, y esto, a pesar de las circunstancias, nos ha abierto las puertas a un mundo más prometedor. Porque, como bien sabemos, los políticos ya no son los únicos actores importantes; hay otros actores, mucho más relevantes en muchos casos. Estamos tan acostumbrados a que la agenda venga dictada por los de arriba que hasta creemos que no hay otra forma de hacer las cosas. Pero en este espacio, estamos convencidos de que la verdadera agenda proviene desde la sociedad civil, de la ciudadanía de a pie, de la vox populi. Ellos, y solo ellos, son los verdaderos actores de la vida cotidiana, quienes realmente se ven favorecidos o perjudicados por las decisiones tomadas en todos los niveles de gobierno.

Autonomía de los pueblos originarios

Este fin de semana, se presentó el libro Autonomía de los Pueblos Originarios en el vestíbulo del Congreso, un evento cuyo tema, curiosamente, coincide con la reciente decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de declarar este año como el “Año de la Mujer Indígena”. Una coincidencia muy conveniente, por supuesto, que llegó en un momento oportuno. En esta coyuntura tan perfecta, el diputado Fernando Alférez aprovechó para presentar un ensayo de Juan Carlos Reyes Torres. Por primera vez en mucho tiempo, personas de diversas etnias indígenas se dieron cita para hacer saber que su lucha por defender sus derechos fundamentales sigue más vigente que nunca.

Es, sin duda, un paso positivo que se empiece a dar voz a estas comunidades, pero también resulta interesante que, en estos eventos, no se contemple la presencia de traductores oficiales. No solo para aquellos que hablan lenguas indígenas, sino también para las personas que no dominan ninguna lengua originaria. Esto haría el diálogo más ameno y, sobre todo, más efectivo. Después de todo, no basta con que se pronuncie un discurso; lo que realmente importa es que todos se sientan integrados y partícipes de los actos, no solo espectadores de una función de una sola voz. Pero claro, esa es una sugerencia que podría ser demasiado práctica.

Ni estas elecciones se salvan de la inequidad

Así como la inequidad es una constante en las contiendas electorales, lo mismo parece ocurrir en la elección de la reina y las princesas de la Feria Nacional de San Marcos para su edición 2025. Tras la cancelación de un evento en un centro comercial al norte de la ciudad, los padres de familia de las participantes se reunieron en un restaurante de la misma zona para ser atendidos por un funcionario del Patronato y expresar sus inconformidades; sin embargo, según nos informan, la reunión no fue precisamente placentera. El funcionario, con un tono tan prepotente como poco amable, después de escuchar las quejas, se limitó a sentenciar de forma tajante y despectiva: “Si quieren participar, bien, y si no, pues no. Fin del asunto”.

Tal vez, antes de seguir buscando candidatas para reinas y princesas, lo primero que debería hacer el Patronato es contratar empleados con un poco más de tacto y, sobre todo, con una dosis mínima de humanidad. Así, podrían encontrar soluciones adecuadas a las presuntas inconformidades, en lugar de simplemente añadir combustible a un fuego ya encendido. Claro, eso sería un enfoque razonable, pero quizá no es lo que se busca.

Se buscan jueces y magistrados

Cierra el plazo para la entrega de documentación de las personas interesadas en participar en el proceso de elección del Poder Judicial local. A la espera de un dato oficial sobre la participación, se calcula que al menos un poco más de 300 personas se han registrado por cada Comité de Evaluación de cada Poder. Lo que les espera ahora a los integrantes de estos Comités es una ardua labor, pues deberán revisar quiénes pasan el primer filtro para continuar con el proceso de designación.

Eso sí, no es difícil adivinar que una buena cantidad de funcionarios públicos se registró en los Comités del Ejecutivo y del Legislativo. Lo curioso será ver qué caras aparecen en este proceso, aunque con calma les proporcionaremos una lista de aquellos que buscan convertirse en jueces o magistrados locales; no obstante, lo que podemos adelantar con seguridad es que habrá una notable presencia de funcionarios, exfuncionarios e incluso exrepresentantes populares, todos ellos haciendo su luchita para asegurarse un cargo que les aliviane la vida. Porque, claro, ¿quién no querría ser parte de ese club exclusivo?