- Los programas sociales, como Becas Benito Juárez y pensiones para adultos mayores, han fortalecido la confianza ciudadana en el Gobierno Federal
- Ruiz considera la organización y la universalidad de los apoyos como pilares del éxito de la Cuarta Transformación
“Soy hijo de obreros, vengo del pueblo”, con esta frase, Aldo Emanuel Ruiz Sánchez, delegado estatal de Programas en Aguascalientes, resume su origen y su camino para convertirse en un rostro clave de la Cuarta Transformación en el estado. A los 30 años asumió el cargo, enfrentándose no solo a los retos de su juventud, sino también al escepticismo de una clase política acostumbrada a los privilegios.
“Cuando llegué, me cuestionaban todo: ¿de dónde salió?, ¿de quién es hijo?, ¿qué le podemos sacar?”, recuerda Ruiz. Su llegada coincidió con un cambio estructural: la consolidación de 72 delegaciones federales en solo 20, una medida que, en sus propias palabras, buscaba acabar con el derroche, las grandes burocracias y los intereses particulares.
“Había delegados que ganaban fortunas y ni siquiera se aparecían. Era un aparato burocrático inmenso y poco eficiente”, explica. Para Ruiz, el nuevo modelo, aunque más compacto, ha permitido fortalecer programas esenciales como las Becas Benito Juárez, Jóvenes Construyendo el Futuro y la pensión para adultos mayores.
La transformación no ha sido fácil. Ruiz admite que romper con las viejas prácticas, como el uso clientelar de programas como Prospera, ha sido uno de los mayores desafíos: “Antes, los líderes de partido decidían quién sí y quién no recibía apoyos. Ahora, los criterios son claros y universales. Eso le ha dado al Gobierno Federal una legitimidad social enorme”, comenta.
El delegado señala que la implementación de los programas sociales ha traído satisfacción personal: “Recuerdo llevarle la tarjeta de pensión a mi abuela. Ella siempre admiró al ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador por implementar este tipo de apoyos. Poder ser parte de ese momento fue increíble.”
Sin embargo, también ha enfrentado dificultades, incluyendo resistencias internas: “La ambición y el egoísmo son retos constantes, incluso dentro de nuestro movimiento. Pero la organización, una de las enseñanzas más importantes de la Cuarta Transformación, ha sido clave para superar estos obstáculos”.
Aldo Ruiz compara la estrategia social de la Cuarta Transformación con las políticas implementadas en Francia tras la Segunda Guerra Mundial: “Ambos procesos se centraron en identificar las necesidades reales, atacar las causas de la pobreza y combatir la miseria. Aquí, el cambio ha sido rápido, pero profundo”, asegura.
El delegado también destaca que la gente ahora asocia los programas sociales con el gobierno federal y, en particular, con el expresidente López Obrador: “Él se ha ganado un lugar como símbolo de esperanza. No somos un movimiento de culto a la personalidad, pero es innegable la huella que ha dejado”, afirma.
Para Aldo Ruiz, la buena organización ha sido la clave del éxito de Morena: “En 2018 aprendimos que sin organización no hay triunfo, por mucha simpatía que se tenga. Esa es una lección que Andrés Manuel nos enseñó, es decir, recorrer pueblo por pueblo, quiosco por quiosco y plaza por plaza”.
Al preguntarle sobre el futuro, Aldo Ruiz asegura que su mayor reto es garantizar que los programas sociales cumplan sus metas: “El compromiso es grande, pero también es una oportunidad única. Donde me diga la presidenta que debo estar, ahí estaré”, concluye con determinación.