De las novelas que leí en el año, las que menciono a continuación son las que considero como las diez mejores. En la columna que publico los domingos en Animal Político aparecieron reseñas de todas estas.
Las y los autores son diez: Han Kang; Damon Galgut; Abraham Verghese; Antonio Estrada Muñoz; Anaïs Nin; Hugo Hiriart; Alma Delia Murillo; Carmen Boullosa; Rafel Pérez Gay y Silvia Molina.
– La vegetariana (Ediciones Rata, España, 2017) de la coreana Han Kang (Corea del Sur, 1970), Premio Nobel de Literatura 2024, cuenta la historia de Yeonghye, que un día decide hacerse vegetariana y su vida y la de su familia se ve profundamente afectada. El suyo es un acto subversivo y está decidida a hacer lo que ella piensa y llevar las cosas hasta donde tengan que llegar. Esa decisión, de manera no prevista, la lleva a una transformación de todas sus relaciones, también la que tiene consigo misma. Ahora es otra.
– La promesa (Libros del Asteroide, 2022) es una novela del sudafricano Damon Galgut (Pretoria, 1963), que publica en su país en 2021 y con ella gana el Premio Booker. A lo largo de cuatro décadas, se cuenta la historia de los Stewart, una familia afrikáner que vive en una granja de su propiedad en las afueras de Pretoria, en Sudáfrica. La familia está constituida por Manie, el padre, Raquel, la madre, y sus hijos Anton, Astrid y Amor. En 1986 muere Raquel tras una larga enfermedad, pero antes de fallecer, promete a Salomé, una mujer negra que lleva muchos años como trabajadora doméstica, que le va a dar en propiedad la casa en la que vive dentro de la granja.
– Hijos del ancho mundo (Editorial Salamandra, España, 2010) es una novela del escritor etíope Abraham Verghese (Adis Abeba, 1955) que cuenta la historia de personajes entrañables que se desarrollan en torno al Hospital Missing en Adis Abeba, la capital de Etiopía. Estamos en la década de 1940 y la religiosa católica Mary Joseph Praise, enfermera en el hospital, muere al dar a luz a los gemelos Marion y Shiva Stone. El padre, que es un médico inglés, presencia el desenlace y huye sin poder enfrentar los hechos. Nadie sabe a dónde va y se pierde el contacto con él.
– Rescoldo (Editorial Jus, México, 2011) es una obra de Antonio Estrada Muñoz (Durango, 1927-Ciudad de México, 1968), de la que Juan Rulfo dijo que era “una de las cinco mejores novelas mexicanas del siglo XX”. Cuando en 1961 se publica la primera edición pasa desapercibida por el tema, la Guerra Cristera, y porque nadie conocía a su autor. Entre los críticos literarios hay consenso de que se trata de una gran novela entre otras cosas por su estilo lacónico, que es especialmente expresivo. Es una obra de corte autobiográfico, donde el autor es hijo del protagonista, Florencio Estrada, un dirigente de la “segunda cristiada” en el Durango de 1934-1936.
– Collages (Ediciones Cal y Arena, México, 2011) de Anaïs Nin (Francia, 1903-Estado Unidos, 1977) es su última obra de ficción, un texto que transporta a un mundo muy particular como el que ella creaba. Collages es un ir y venir constante entre la realidad y la ficción en múltiples transiciones y cambios de escenarios geográficos que pasan por México, Estados Unidos, Austria, Holanda, Francia y Marruecos. El hilo conductor es Renata que se relaciona con múltiples personajes y vive situaciones de lo más distintas y al tiempo diversas, pero siempre desde la actividad artística.
– El agua grande (Tusquets Ediciones, México, 2002) de Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942) dice en Letras Libres (19.06.17) que la novela “fue escrita en el año 2000, cuando trabajaba en Nueva York. La fui redactando a partir de notas manuscritas que llevaba de México. Por diferentes razones, al principio de mi estancia en Nueva York pasaba mucho tiempo solo. Los fines de semana nada más usaba la voz para pedir mi comida a los meseros”.
– La cabeza de mi padre (Alfaguara, México, 2023) de Alma Delia Murillo (Ciudad Nezahualcóyotl, 1977) escribe que es una novela con claros rasgos autobiográficos. Los críticos ubican este tipo de novelas, como ahora hay muchas, en el género que Doubrovski define como “la autoficción que no es autobiografía sino una ficción sobre eventos y hechos estrictamente reales”. La autora cuenta la historia de una familia donde un día el padre desaparece y la madre tiene que hacer frente a la situación y ella sola sacar a sus hijos adelante.
– Cuando me volví mortal (Cal y Arena, México, 2019) es un relato de corte autobiográfico de la escritora Carmen Bullosa (Ciudad de México, 1954). El recuerdo del gran terremoto de 1957, cuando se cae el Ángel de la Independencia, en el entonces Distrito Federal, ella solo tiene tres años, y el hecho despierta en la autora una serie de sensaciones y reflexiones. A partir de ese momento Bullosa, que estudió lengua y literatura hispánicas en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Nacional Autónoma de México, descubre su vocación de escritora.
– El cerebro de mi hermano (Editorial Seix Barral, México, 2021) es un texto de Rafael Pérez Gay donde relata la forma en como una enfermedad neurodegenerativa ataca el cerebro de José María Pérez Gay (1944-2013) su hermano mayor. En esta novela de carácter autobiográfico el autor aborda la vida de su hermano, pero también la de él. En una prosa fresca, directa y profunda cuenta como la enfermedad transforma sus vidas. El autor con gran respeto, pero sin evitar la dureza de la situación, narra cómo su hermano va perdiendo la conciencia y su capacidad de hablar, de leer y de escribir.
– El amor que me juraste (Ediciones Cal y Arena, México, 2016) de la escritora mexicana Silvia Molina (Ciudad de México, 1946) en 2001 fue nominada en la Shortlist del International Impact Dublin Literary Award, por su traducción al inglés The Love You Promised Me, y en 1998 obtuvo el Premio Internacional Sor Juana Inés de la Cruz que otorga la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. En la historia que se cuenta, Marcela, toma distancia del término de una relación amorosa y para ello viaja al lugar del origen de su familia, quiere conocer su pasado, que siempre ha permanecido como algo borroso e impreciso.
@RubenAguilar