Mientras la selección mexicana de fútbol se prepara para la próxima Copa Mundial de la FIFA 2026, hay muchos sentimientos encontrados entre aficionados y analistas. Si bien “El Tri” históricamente ha sido un fuerte competidor en campeonatos mundiales, sus actuaciones recientes generan dudas sobre su capacidad de llegar lejos.
No obstante, el hecho de ser organizador puede cambiar esos sentimientos y aumentar las expectativas acerca de la selección mexicana en el próximo mundial del 2026.
Analicemos algunos aspectos claves sobre ello.
Expectativas actuales
Las expectativas de que México se meta al menos en los cuartos de final del Mundial del 2026 se basan en lo competitivo que ha sido el equipo en muchos mundiales y la ventaja de jugar en casa. En efecto, México se ha clasificado de manera constante para el Mundial desde 1994, pero no ha avanzado más allá de los octavos de final desde 1986. Este contexto histórico amplifica la presión sobre el equipo para que tenga un buen desempeño, especialmente porque el torneo también es organizado por el país y ya se está debatiendo para que el primer partido se lleve a cabo en México.
Sin embargo, las actuaciones recientes no inspiran confianza. Después de una decepcionante eliminación en la fase de grupos de la Copa América de 2023, donde México anotó solo un gol en tres partidos, muchos aficionados y casas de apuestas online están preocupados por las capacidades ofensivas del equipo y su dirección general. Las dificultades del equipo han llevado a una disminución de las expectativas, y algunos analistas sugieren que las aspiraciones de llegar lejos pueden ser demasiado optimistas.
Jugadores clave
Para lograr su objetivo de llegar lejos, México necesitará actuaciones destacadas de varios jugadores clave:
Santiago Giménez
Este formidable delantero ha emergido como una estrella potencial después de una prolífica temporada en Europa con el Feyenoord, donde anotó 26 goles. Su olfato de gol será crucial para México, especialmente por las recientes dificultades que ha tenido el equipo frente al arco.
Edson Álvarez
Como uno de los mejores mediocampistas de la región, Álvarez deberá desempeñar un papel fundamental tanto en la estabilidad defensiva como en la transición del balón al ataque. Por ende, su experiencia y conjunto de habilidades serán vitales para controlar el mediocampo contra oponentes fuertes.
Luis Malagón
Con el veterano portero Guillermo Ochoa, probablemente fuera de la escena, el desempeño de Malagón estará bajo escrutinio. Su capacidad de concentración en situaciones de alta presión será fundamental para mantener la solidez defensiva de México.
La tarea de la dirección técnica
Para meter a México, al menos en cuadros de final, Jaime Lozano deberá:
Construir un equipo cohesionado
Con una mezcla de veteranos y jóvenes talentos, Lozano debe fomentar un sentido de unidad y cohesión dentro del equipo. Esto implica integrar a nuevos jugadores y asegurarse de que los experimentados brinden orientación y estabilidad.
Flexibilidad táctica
Lozano necesita desarrollar un enfoque táctico que pueda adaptarse a diferentes oponentes. Esto puede implicar variar las formaciones y estrategias a medida que se vayan detectando fortalezas y debilidades del contrario.
Mejorar el rendimiento ofensivo
Dadas las recientes dificultades de México para anotar, Lozano debe encontrar formas de liberar el potencial ofensivo de sus jugadores. Esto incluye crear un sistema que maximice las fortalezas de jugadores como Giménez y utilizar los extremos como Julián Quiñones y Uriel Antuna.
Gestionar las expectativas
Por último, Lozano debe satisfacer las expectativas tanto de fanáticos como de medios de comunicación. Esto implica infundir confianza en sus jugadores y al mismo tiempo prepararlos para las presiones de competir en su propio suelo.