Estimado lector de LJA.MX, posiblemente conoces el lema de la Universidad Autónoma de Aguascalientes: Se lumen proferre (proyectarse en luz). El creador de este dicho fue Desiderio Macías Silva, uno de los poetas más representativos de nuestro estado. La biblioteca central de la máxima casa de estudios lleva su nombre, así como el premio universitario de poesía. La revista de la licenciatura de Letras, Pirocromo, fue nombrada en referencia a uno de sus versos. Recientemente, en el marco del aniversario de la Autonomía Universitaria, la institución entregó por primera vez las distinciones “Se Lumen Proferre”, un reconocimiento a quienes han dado sentido de pertenencia e identidad a la UAA. Evidentemente, el creador del lema universitario fue uno de los galardonados.
Desiderio Macías Silva nació el 31 de marzo de 1922 en Asientos, Aguascalientes. Estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México. Formó parte del grupo Paralelo, sucesor de la Asociación Cultural Aguascalentense, caracterizado por su lucha en contra del centralismo cultural y sus grupos de poder. En 1967 ganó los Juegos Florales de la Feria Nacional de San Marcos por su poema “Aires para cantar en las cosechas”. Fue el último ganador de este histórico premio, ya que en 1968, por obra de Víctor Sandoval, se transformó en el Premio de Poesía Aguascalientes y pronto alcanzaría el rango del premio nacional de poesía por excelencia. En 1972, Macías Silva fue nuevamente laureado por su obra Ascuario.
Cuando pensamos en la poesía de Desiderio, hay una palabra que viene de inmediato a la mente: luz. La luz está presente no sólo en el lema de su creación, sino también en su obra poética. “Honda en la luz”, “Un fotón es el mínimo de luz” y “No tuve más que la luz” son algunos de los poemas que conforman Ascuario, el último de ellos resulta particularmente esclarecedor de su quehacer literario: “No tuve / más que luz / para vestirte // No tengo más que este potro / de azogues carmesíes / y estas seis alas de música // Pero aquí / se quebró / una taza de soles / ¡y qué saltar / ardiendo / las letras / de estas páginas”. Otro elemento esencial en el poemario es el fuego, el título ya lo indica, pues ascua es un pedazo de cualquier materia sólida y combustible que por la acción del fuego se pone incandescente y sin llama. La luz y el fuego en el centro de la poesía. Así lo expresa en el poema “Quizá”: “Quizá / no digo nada / pero arde / el tintero / y el papel / y la pluma // Arde / la subsintaxis / las / subespecies / arden // Y es por eso que escribo”.
El poeta de la luz publicó varios libros, entre ellos A canto y cal (1968), Jaspe y Sardónix (1981), Relámpagos la sangre (1987), Pentagrazul (1989) y Apocatástasis (1992). En 2015, la Universidad Autónoma de Aguascalientes publicó Poesía reunida de Desiderio Macías Silva, con texto introductorio de Salvador Gallardo Topete. Además, es el autor de Introducción al estudio de las etimologías griegas y latinas. Pues el aguascalentense era un estudioso de las lenguas antiguas, temas con los que impartió cátedra.
Desiderio Macías Silva murió el 10 de febrero de 1995, con motivo de su muerte Salvador Gallardo Topete escribió: “(…) era un ser desorbitado en búsqueda de la luz, de su luz tan anhelada en todos sus poemas. Ésta es una de sus constantes: el hombre nuevo, el hombre luz, refulgente en medio de un mosaico policromo de adorados minerales, que en la mente del niño pastor y minero de Asientos habían formado el Universo”. Gracias, Desiderio, por tanta luz.