Desdén por: Adrián Valencia  - LJA Aguascalientes
03/12/2024

Desdén 

La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido firme en su desdén por la oposición. De manera reiterada ha fustigado al nuevo presidente nacional del PAN, Jorge Romero, a quien no baja de “líder del cártel Inmobiliario”, mote que ha querido imponerle, como una etiqueta, pese a que no existen carpetas de investigación en contra del exfuncionario de la Alcaldía Benito Juárez. Sin embargo y más allá de la antipatía por todo lo que huela a partidos de oposición, la titular del Ejecutivo confirma que, como en el sexenio anterior, desde la Presidencia se mantendrá una campaña de desprestigio para erradicar toda posibilidad de alternancia política en el país.

El que Sheinbaum ataque desde la Mañanera 2.0 a Jorge Romero es grave, pues lo hace sin pruebas de sus afirmaciones, como lo hacía en el pasado López Obrador con todo aquel que le resultaba incómodo. Si hacemos memoria, el tabasqueño, lo mismo “barrió” con periodistas, activistas, empresarios y líderes de partido; que con expresidentes, magistrados, gobernadores y todo aquel que le generaba ruido. Consciente del poder de esa caja de resonancia comunicativa que era la conferencia matutina, AMLO usaba esa “plaza pública” para atacar la reputación de aquellos que consideraba sus adversarios. 

Al adoptar una actitud de esa naturaleza, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México confirma también que continuará con la polarización emprendida por su antecesor. No hay espacio para el diálogo, pues a cada mano extendida hay una “cachetada” de desprecio, soberbia e infamia. La oposición, me parece, se equivoca cuando piensa que la presidenta los sumará en sus decisiones de gobierno, como sí ocurrió en el pasado con jefes del Ejecutivo como Peña Nieto y Calderón. Para Morena no hay más: o se está a favor de la transformación o se está en contra. Esa es la diatriba que han sostenido los últimos dieciocho años.

El Congreso es el mejor ejemplo de la falta de interlocución, contraste y debate parlamentario. Los legisladores de Morena y sus aliados actúan con la misma arrogancia de la presidenta, conscientes de sus mayorías en el Senado y la Cámara de Diputados. Soledad Loaeza, la reconocida historiadora y escritora mexicana, decía que las democracias mueren cuando el diálogo abierto, franco y respetuoso en diferentes corrientes políticas se termina. Hoy lo que vemos, por el contrario, es la construcción de un régimen totalitario que busca erradicar a los partidos de oposición. 

Y mientras la presidenta Sheinbaum destina tiempo y energía para arremeter contra el presidente nacional del PAN, el país tiene frente a sí frentes abiertos que requieren de la participación de todos los sectores. Tan solo este fin de semana se registraron más de treinta asesinatos en diferentes partes del territorio nacional, en los cuales, como sabemos, se viven guerras encargadas entre grupos de la delincuencia organizada. Por si fuera poco, la llegada de Trump a la Casa Blanca el próximo año, anticipa retos importantes en la relación bilateral. Cuando menos, la migración, la seguridad pública y los acuerdos comerciales, tendrán un peso determinante en esta nueva era. 

Bien harían el PAN y el resto de los partidos políticos de oposición en replantear su lugar y su narrativa frente a un gobierno que, literalmente, los aborrece y que no dará espacio para que el electorado distinga entre un proyecto de gobierno alterno a lo que hoy representa la llamada Cuarta Transformación. Se necesita más que buenos deseos para ganarse el aplauso del público.


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