Bajo presión
DANA
El acrónimo de la expresión depresión aislada en niveles altos, DANA, fue elegida por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) como la palabra del 2024 para ser incorporada al Diccionario de la Lengua Española, le ganó a las otras candidatas propuestas: alucinación, fango, gordofobia, inquiokupa, mena, micropiso, narcolancha, pellet, reduflación, turistificación y woke.
La FundéuRAE justificó la elección de esta voz sobre las otras 11 palabras por la presencia de RADA en los medios de comunicación para explicar el fenómeno atmosférico que provocó el desastre de inundaciones al este y en el sur de la península ibérica a finales de octubre; las palabras que resultaron ganadoras en años anteriores fueron: escrache (2013), selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017), microplástico (2018), los emojis (2019), confinamiento (2020), vacuna (2021), inteligencia artificial (2022) y polarización (2023). Evidentemente, la decisión de la Fundación está afectada por una visión regionalista, si bien señala que este fenómeno ha provocado otras catástrofes climáticas en Perú, Europa central, Estados Unidos y Brasil, resulta difícil creer que DANA tuvo la misma presencia en los medios de comunicación americanos en que se habla español o que se usó tanto como las palabras ganadoras de años anteriores.
La inclusión de DANA en el Diccionario de la RAE no es irrelevante sólo un hecho anecdótico, una de esas noticias que adquieren relevancia por el cierre del año, un dato curioso que no modifica el habla cotidiana, la lengua no está en los diccionarios, la construyen día a día las comunidades; el lenguaje es algo vivo y los diccionarios sólo una referencia de cómo hablamos en determinado momento de nuestra historia, una fotografía del momento.
Llama la atención que la FundéuRAE haya elegido DANA por la presencia masiva de la palabra en los medios de comunicación, revela los niveles a los que estamos expuestos a la influencia de los medios para construir una visión propia del mundo y poder expresarla, compartirla. De acuerdo a la RAE, el español cuenta con más de 100 mil palabras, de las que una persona con nivel de educación básico sólo usa en promedio unas 300, alguien con educación superior alrededor de 500 y los escritores o periodistas usan aproximadamente unas 3 mil palabras al día, menos del 3% del universo existente.
Estudios recientes alertan, con exageración, sobre la tendencia entre los jóvenes a inventar nuevas palabras y frases para comunicarse entre ellos, a lo que suman que su vocabulario se reduce a menos de 250 palabras, este “empobrecimiento” del lenguaje lo relacionan con el uso de las nuevas tecnologías y la falta de innovación en los sistemas pedagógicos para preservar y enriquecer nuestra lengua; lo que regularmente se evade es señalar la responsabilidad de quienes trabajan en los medios de comunicación para con las audiencias.
Si periodistas, comentaristas, locutores y redactores se encuentran en el porcentaje de personas que mayor vocabulario emplean, ¿por qué empobrecen su lenguaje al momento de difundir sus ideas en los medios de comunicación? Vislumbro dos razones con un mismo origen: aumentar audiencias antes que formar públicos y la preferencia por simplificar los hechos antes que glosarios, ambos hechos le deben mucho a la polarización.
Si los más jóvenes ahora se informan a través de las redes, los medios de comunicación buscamos difundir nuestro contenido a través de ellas, abandonamos la capacidad de análisis y resumen por un lenguaje supuestamente más cercano a la gente, lo que se traduce en tratar como idiotas a los lectores, provocamos el mismo daño que cuando se balbucea ante un bebé para señalar a un perro, tenemos su atención, no generamos conocimiento; en esta carrera por las audiencias se confunde información con distracción, se deja a un lado la creatividad requerida para transformar un hecho noticioso en algo que atraiga la atención y se deja en algo entretenido.
No por nada la FundéuRAE reconoció en el 2023 como palabra del año Polarización, es un fenómeno social, cultural y político que afecta nuestra capacidad de aprendizaje, al orientar en sólo dos direcciones contrapuestas, los extremos anulan los matices indispensables para comprender un hecho. Con un pie ya en el 2025, todo indica que la tendencia de simplificar y polarizar se mantendrá en todos los ámbitos, no hay espacio para el optimismo de quienes deberían encabezar la resistencia.
Central
En las fiestas navideñas que organizan las dependencias de gobierno aparecen cientos de reporteros, un cálculo a ojo de buen cubero da como resultado que en Aguascalientes el periodismo es un cuerpo robusto que cuenta con unos 400 medios de comunicación, albricias.
Por las mismas fiestas, se entiende que los diputados utilicen a la coordinación de comunicación social del Congresito para difundir sus propios comunicados en donde comparten sus alegres visitas a las comunidades para repartir migajas con espíritu navideño.
Ayer, Alejandra Peña Curiel entregó al secretario general del Congresito, Rogelio Ramírez, la documentación que la avala como diputada suplente, en un comunicado, la morenita señaló que “ya no existen motivos para desconocer a quién llamar para tomar licencia, a pesar de que en la sesión del pasado 11 de diciembre se me nombró por mi nombre y se solicitó se me convocara, están en franco desacato del reglamento interno del Congreso de Aguascalientes, confío en que se me llamará en la siguiente sesión”.
Además de legislar y el cumplimiento estricto de la ley, entre las obligaciones de los diputados está responder por sus actos y omisiones, hasta el momento no ha habido comunicación alguna sobre la decisión del Congresito para impedir a Alejandra Peña rendir protesta, eso es servilismo. Los periodistas tienen como primera obligación informar, lo que se difunde en la prensa sobre la violación de los derechos políticos-electorales de la morenita ha sido casi nulo o está manchado por el rumor, la interpretaciones malévolas o los cuestionamiento de sus méritos, ni una sola exigencia a los diputados que les organizan fiestas, eso es colusión.
Coda. De Octavio Paz, Las palabras: Dales la vuelta, /cógelas del rabo (chillen, putas), /azótalas, /dales azúcar en la boca a las rejegas, /ínflalas, globos, pínchalas, /sórbeles sangre y tuétanos, /sécalas,
cápalas, /písalas, gallo galante, /tuérceles el gaznate, cocinero, /desplúmalas, /destrípalas, toro, /buey, arrástralas, /hazlas, poeta, /haz que se traguen todas sus palabras.
@aldan