La famosa Iglesia Católica se pronunció, una vez más, en contra de la despenalización del aborto en Ciudad de México (qué sorpresa). Solo que esta vez se fueron directamente contra las legislaciones a favor de este derecho, en consecuencia a la nueva propuesta legislativa para despenalizar de manera total el aborto. Esto pone al gobierno de CDMX bajo la lupa, mientras que la tensión entre lxs conservadores y lxs defensores de derechos reproductivos vuelve a estar en el centro del escenario político y social.
¿Cuáles son los argumentos de la Iglesia Católica?
Contexto: a inicios del mes de octubre, se presentó una nueva iniciativa que busca la despenalización total del aborto en CDMX, pues la interrupción del embarazo es legal en la capital del país, pero solo hasta las 12 semanas. Todavía se encuentra en discusión en el Congreso Local, pero se espera su próxima aprobación. En respuesta a esto, fue a través del medio de comunicación católico Desde la Fé, que el sector conservador expuso que “las legislaciones en materia de aborto se han realizado usando estadísticas falsas”. Bueno, ellxs hablaron… ahora nos toca a nosotrxs responder.
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“Creemos que la mujer embarazada con alguna vulnerabilidad no requiere un aborto para resolver su vulnerabilidad; requiere de una atención integral y un apoyo que actualmente no tiene o deja mucho que desear.”
Si por “vulnerabilidad” se están refieriendo a los riesgos que el embarazo puede representar para salud de una mujer, entonces sí existe una posibilidad que se llegue a considerar el aborto. Sin embargo, no es la única alternativa, ni mucho menos una solución que se promueva de manera generalizada por las instituciones de salud o los colectivos sociales que abogan por los derechos reproductivos. De hecho, no todas las instituciones de salud garantizan un adecuado acceso al aborto, -y esto es principalmente por motivos ideológicos-, ni siquiera cuentan con las herramientas necesarias para facilitar este procedimiento, mucho menos van a tener la intención de imponerlo como la única salida.
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“Se justifica el aborto bajo la premisa de que debe ser una decisión de la mujer, pero ¿cuál es la base de la decisión que está tomando la mujer embarazada en estado vulnerable si desde las leyes prácticamente se le quiere orillar a que su decisión debe ser realizarse un aborto?”
Aquí tocan un punto importantísimo que me gustaría retomar: la afirmación de que “desde las leyes prácticamente se le quiere orillar a que su decisión debe ser realizarse un aborto”. Pero las leyes no son el único factor que hace que las personas se planteen abortar. Los embarazos no deseados y los abortos son experiencias que comparten personas de todo el mundo, por lo que uno de cada cuatro embarazos termina en aborto cada año. Los abortos suceden todo el tiempo, y podríamos abordar todas y cada una de las razones por las cuáles una persona decide abortar, pero queremos hacerlo simple: todes tenemos derecho a la autonomía reproductiva. Yo les preguntaría a lxs religiosxs, ¿por qué cuándo se habla de legalizar el aborto se trata de imponer, pero cuando se obliga a una persona a continuar con su embarazo no estamos hablando de una violación de sus derechos humanos?
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“Según un estudio del Diario de Psicólogos y Cirujanos Americanos de los Estados Unidos, el 58% de las mujeres que abortaron lo hicieron para hacer feliz a alguien más; mientras que el 28% lo hicieron para no perder a su pareja. Según este estudio, los abortos en los Estados Unidos se realizan no por libertad de la mujer; todo lo contrario, se hacen como una nueva forma de sometimiento…”
Generalizar a partir de un único estudio con datos difícil de verificar, -además situado en Estados Unidos, una realidad ajena a la que vivimos en México- puede llevar a conclusiones simplistas y, sobre todo, erróneas. El gobierno debe responder porque la gente sigue necesitando servicios de aborto y accediendo de manera habitual a ellos. Además, este tipo de argumentaciones tiende a culpabilizar, revictimizar y desestimar a las mujeres por sus decisiones, en lugar de reconocer las barreras que enfrentan. Por otro lado, las suposiciones de este estudio podrían perfectamente invertirse. Según diversos informes, aproximadamente el 25% de las mujeres que quedan embarazadas no planearon un embarazo. En México se estima que el 55% del total de embarazos no fueron planeados. En muchos casos, esas mujeres no pudieron negarse a mantener relaciones sexuales, sumándole que tampoco tuvieron acceso adecuado a métodos anticonceptivos, lo cuál impidió prevenir el embarazo en primer lugar. En este contexto, muchas mujeres continúan con embarazos no deseados no por elección, sino por cumplir con la presión social que sufren al estar inmersas en contextos familiares o religiosos conservadores, además de no contar con los recursos económicos o sociales para acceder a un aborto seguro.
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“La unidad de análisis estadísticos STAKES, de Finlandia, documentó que una mujer que aborta voluntariamente tiene cuatro veces más posibilidades de morir en el transcurso de un año después al suceso que una mujer que llega al parto.”
El aborto es una experiencia cotidiana, y como cualquier otro procedimiento médico, cuando lo practica un proveedor de servicios de la salud capacitado y con las debidas condiciones de salubridad, el aborto se convierte en uno de los procedimientos médicos que menos riesgos presenta, incluso menor a lo que implica un parto. Los riesgos que puede implicar un aborto son comunes en los países donde el acceso al aborto está limitado o prohibido por completo. Se estima que las personas que han abortado viven una vida común y corriente sin consecuencias en su cuerpo, su bienestar emocional y su salud.
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“Con la propuesta que se quiere analizar en el Congreso local, en lugar de resolver las necesidades reales de atención en materia de salud, se generará un mercado de abortos.”
Esta propuesta es el resultado de muchos años de lucha por parte de lxs defensores de derechos reproductivos: aproximadamente el 56% de personas alrededor del mundo están de acuerdo que el aborto debería de ser legal, así como la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado a los estados dejar atrás los modelos de plazos y causales y eliminar por completo el aborto voluntario de los códigos penales, entonces ¿dónde están las necesidades reales que no se están atendiendo? El acceso al aborto es una necesidad real y actual. Más que generar un “mercado”, la legalización del aborto permite que el Estado cumpla con su deber de garantizar el acceso a servicios de salud pública, además de representar un acto de justicia social.
Es importante no subestimar las demandas de los grupos religiosos
Como bien menciona la colectiva Morras Help Morras –red feminista dedicada a la difusión de aborto seguro en casa– en su podcast Morras vs Fundamentalismos, aunque estos grupos manejan una agenda contraria a los derechos humanos, es una realidad que se han especializado en el tema. Ya no se limitan a difundir su ideología en las iglesias, sino que ahora están llevando este discurso al ámbito político. Es importante no subestimarlos. Si no analizamos a fondo, y no cuestionamos cómo operan, no vamos a poder crear estrategias que resulten efectivas para enfrentarlos.
Mientras que en México existen 15 entidades federativas donde el aborto ha sido despenalizado, siendo Michoacán el estado más reciente en entrar a esta lista, aún queda una largo camino para garantizar que sea seguro, libre y gratuito en todo el país. Esta iniciativa empieza en Ciudad de México, pero se pretende extender hacia el resto de la república. Y como bien mencionó diputada local de Morena, Yuriri Ayala Zuñiga: “debemos romper con la falsedad de que despenalizar el aborto fomenta su práctica. Lo que se promueve es el derecho a decidir libremente. Las mujeres no interrumpen sus embarazos por capricho, sino por circunstancias difíciles que no deben ser juzgadas ni mucho menos criminalizadas”
Hoy en el @Congreso_CdMex, presenté una iniciativa resultado del trabajo de cientos de mujeres, para eliminar del Código Penal el delito de aborto y que ninguna mujer juzgada por ejercer su libertad reproductiva. El aborto es un derecho, no un delito. https://t.co/rnpWumFINp
— Yuriri Ayala (@yuriri_ayala) October 10, 2024