¿Se extinguieron los pingüinos o se están extinguiendo?
- Los pingüinos de la especie pinguinus impennis se extinguieron en 1844 debido a la caza humana y la destrucción de su hábitat
- A pesar de compartir características físicas similares, los pingüinos y los spheniscidae (pájaros bobos) tienen linajes evolutivos diferentes
- Los spheniscidae enfrentan una grave amenaza de extinción debido al cambio climático, la pérdida de su hábitat y las enfermedades causadas por el turismo
Los pingüinos de la especie pinguinus impennis, también conocida como alca gigante, están extintos desde 1844, fecha en la que se tiene el último registro comprobado de su existencia, según la taxonomía, la ciencia encargada de ordenar, jerarquizar y sistematizar los nombres de los animales y vegetales. Estos pingüinos pertenecían al grupo de aves no voladoras del reino animal, filo chordata, clase aves, orden charadriiformes y familia alcidae.
Consideradas aves acuáticas, se encontraban en el Atlántico Norte, distribuidos entre los territorios de Florida, Groenlandia, las Islas Británicas, Islandia, Europa occidental, Marruecos, España, el Mediterráneo y el Adriático, aunque también podían hallarse dispersos por los océanos.
Estaban adaptados para vivir en mar abierto y solían nadar en aguas tropicales, pero al momento de anidar, permanecían en tierra. Se cree que inicialmente usaban sus alas para “sobrevolar” las costas en busca de alimento, pero más tarde comenzaron a adentrarse en el mar abierto, utilizando sus alas para nadar y sumergirse. Su altura alcanzaba hasta 1.6 metros, su cuerpo era grande y robusto, cubierto con plumaje negro en la espalda y cabeza, y blanco en el pecho. Sus patas eran amplias y oscuras, y su pico robusto les ayudaba a cazar bajo el agua. Se distinguían por dos manchas blancas cerca de los ojos, llamadas “pen gwyn” (cabeza blanca), y su esperanza de vida oscilaba entre 20 y 25 años.
Aunque al anidar permanecían en tierra, su incapacidad para volar y su escasa habilidad para caminar los volvieron vulnerables. Estos factores facilitaron su caza por parte de los seres humanos, que buscaban sus plumas, pieles, carne y huesos, los cuales eran exhibidos en museos. Además, sus huevos, que solo ponían uno al año, eran recolectados debido a su alto valor. Con el tiempo, el hábitat de los pingüinos se fue deteriorando. Para el siglo XVI, ya habían desaparecido de Europa, y para 1800 solo habitaban en Islandia. El 3 de junio de 1844, en las Islas Eldey, Islandia, se dio caza a los últimos ejemplares (una pareja), lo que marcó la pérdida definitiva de esta especie.
La confusión terminológica surgió cuando los europeos empezaron a navegar por el hemisferio sur y encontraron aves pequeñas, similares en aspecto a Pinguinus impennis. Estas aves fueron llamadas “pájaro bobo” por su torpeza para caminar y su incapacidad para volar, pero los británicos consideraron que este nombre no era adecuado debido a su aparente similitud con los pingüinos y comenzaron a llamarlos “pingüinos”.
Ambas especies comparten características físicas similares y son un ejemplo de convergencia evolutiva. A pesar de haberse desarrollado en tiempos y lugares distintos, ambas utilizan sus alas como impulso para nadar: sin embargo, esto no debe confundirse con un linaje común, ya que aunque presentan características similares, no provienen de la misma línea evolutiva.
Los pingüinos pertenecen al orden charadriiformes y tienen el nombre científico pinguinus impennis, mientras que los “pájaros bobos” pertenecen al orden aequornithes y se clasifican en la familia spheniscidae, con el nombre científico spheniscidae. Los pingüinos habitaban principalmente aguas tropicales, mientras que los “pájaros bobos” viven en la Antártida helada. Sus linajes son completamente distintos, aunque sus características físicas y comportamientos puedan ser semejantes, debido a un factor de adaptación y no de linaje evolutivo.
La “convergencia evolutiva” ocurre cuando dos especies desarrollan características similares debido a la adaptación a circunstancias semejantes. En este caso, ambas especies tienen alas natatorias, que les permiten nadar con destreza.
Al igual que los pingüinos, los spheniscidae también se desenvuelven en tierra, aunque los pingüinos pasaban la mayor parte del tiempo en el mar abierto. Los spheniscidae no lo hacen, ya que, aunque son nadadores expertos, pasan mucho tiempo fuera del agua. Sus movimientos en tierra son torpes, pero han aprendido a deslizarse sobre el hielo, lo que les permite protegerse mejor de los depredadores al formar montículos con sus cuerpos.
Lamentablemente, la historia se repite para estas dos especies: una ya extinta debido a la acción humana, y la otra, los spheniscidae, en grave peligro de extinción también debido al hombre. La extinción de los spheniscidae parece inminente debido a la pérdida de su hábitat, enfermedades e infecciones causadas por turistas y el cambio climático, que amenazan su supervivencia.