“México es el país con mayor diversidad de serpientes y víboras en el mundo; muchas de estas especies son endémicas”, explica Jesús Sigala Rodríguez, biólogo que ha trabajado en prestigiosas instituciones como la Universidad Estatal de Arizona, la Universidad de Cornell y la Universidad Autónoma de Zacatecas. Actualmente, es jefe del Departamento de Biología en la UAA.
La biología es una pasión que late en su familia, pues diez de sus miembros han elegido esta carrera. Sigala decidió estudiar biología para encontrar respuestas a los enigmas del mundo natural. Su interés abarca la evolución y la ecología, pero su verdadera pasión es el estudio y conservación de las serpientes, particularmente de la familia Viperidae, comúnmente conocidas como víboras.
Lamentablemente, debido a la desinformación, muchas personas las matan indiscriminadamente. Desde sus años en la preparatoria, Jesús Sigala Rodríguez mostró un gran interés por las víboras, y con el tiempo, al investigarlas, observarlas en su hábitat y cuidarlas en cautiverio, desarrolló una profunda admiración por ellas.
Hoy en día, coordina el Grupo de Especialistas en Víboras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que le ha permitido colaborar con científicos de todo el mundo. Recientemente, participó en un simposio sobre conservación de víboras en Bolivia y Malasia.
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Uno de sus proyectos más recientes es la conservación de la serpiente de cascabel de nariz afilada del norte de México y el sur de Estados Unidos (Crotalus willardi obscurus). En los años noventa, Jesús Sigala Rodríguez se unió como colaborador a un proyecto dirigido por Andrew T. Holycross, de la Universidad Estatal de Arizona, que abordaba los problemas de conservación de esta especie.
Actualmente, solo existen tres poblaciones de Crotalus willardi obscurus: una entre Sonora y Chihuahua, otra en Nuevo México, y la última en Arizona. La población mexicana es la más saludable, mientras que las de Estados Unidos enfrentan una inminente extinción. En 2022, se propuso un proyecto al Fish and Wildlife Service para extraer ejemplares de la población mexicana y establecer tres colonias de reproducción en cautiverio en zoológicos de California (Los Ángeles Zoo), Texas (San Antonio Zoo) y Arizona (Arizona Sonora Desert Museum).
El proyecto, liderado por Andrew T. Holycross y Tony Daly-Crews, fue financiado por The Rattlesnake Conservancy. En julio pasado, casi cincuenta personas de diversas instituciones participaron en la colecta de 42 ejemplares, que fueron exportados a Estados Unidos: 30 para los zoológicos y 12 para ser liberados en Arizona con el fin de reforzar la población local.
Este esfuerzo binacional tiene como objetivo salvar a esta especie de la extinción: “La colaboración científica entre países, independientemente de la raza, nacionalidad o política, es clave para la conservación de especies en tiempos de crisis”, afirmó Sigala, “acciones concretas como esta permitirán que la especie se recupere en Arizona”.
Finalmente, Jesús Sigala Rodríguez hizo un llamado a la sociedad para respetar la vida silvestre. “Las víboras no son seres malvados; si respetamos su espacio, no habrá accidentes. Debemos informarnos y valorar la biodiversidad que tenemos en México. La mitad de las serpientes de nuestro país son endémicas, y tenemos la responsabilidad de conservar esta increíble riqueza biológica”, concluyó.