Han pasado 21 años desde el lanzamiento del videojuego de fútbol más influyente a nivel mundial. La edición de 1994 fue la primera creada en el contexto del Mundial de Estados Unidos, marcando el inicio de la globalización del deporte, ya que el fútbol no era tan popular entre los estadounidenses antes de esa Copa del Mundo. Este título fue conocido como FIFA International Soccer 1994.
¿Cuál fue la portada del segundo FIFA?
Cabe destacar que el FIFA 94 se lanzó para las consolas de Súper Nintendo y Game Boy a diferencia del FIFA 93 que solo se podía jugar para SEGA Megadrive. La portada del FIFA 94 fue la misma del FIFA 93 con David Platt y Piotr Świerczewsk en su versión europea pero tuvo una diferente para el resto del mundo con Ruud Gullit como protagonista.
¿Cómo era la jugabilidad del FIFA 94?
La jugabilidad del FIFA 94 fue igual a la del FIFA 93: A nivel de gráficos contaba con cámara isométrica, los futbolistas estaban pixelados Pero empezaban a ser diferenciables entre sí y contaba unas animaciones que incluían acciones como rematar de chilena, de cabeza, o barrerse, además se podía celebrar, eso no es todo, se criticó bastante la velocidad del juego y la velocidad de respuesta a los comandos que da el jugador.
¿Qué ocurría con las licencias y derechos de los equipos del FIFA 94?
No se podían los nombres reales de los futbolistas pues Electronic Arts aunque contaba con la licencia del FIFA, no tenía autorización para ponerlos sino hasta el FIFA 96. Esta edición contaba con países de Europa como Alemania, España, Francia, Inglaterra e Italia, también Selecciones de la Conmebol como Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia; México, Estados Unidos y Canadá de la Concacaf. Otras más de África, Asia y Oceanía.
Todo un clásico. Huir del árbitro para que no te muestre tarjeta amarilla en FIFA 94. pic.twitter.com/8jjlVFDCIJ
— JoyasGames (@JoyasGames) May 20, 2019
¿Quién narraba el FIFA 94?
Es curioso ya que en 1993 y 1994 Ron Barr se encargó de narrar los partidos del FIFA solo que únicamente se podía leer lo que decía y no se escuchaba la voz del locutor. Tampoco en las anotaciones había un ruido que proyectara la celebración de los jugadores o del público en general.