Entre la producción literaria de Salvador Gallardo Dávalos se encuentran las obras El huerto de las tentaciones (1917-1920), El pentagrama eléctrico (1925), Frente a frente (1934), La Feria de San Marcos (primer premio en los Juegos Florales de Aguascalientes de 1938), Cantos a San Luis Potosí (primer premio en los Juegos Florales de San Luis Potosí de 1942), 9 sonetos de amor (1949), Canciones bajo la lluvia (décimas premiadas en los Juegos Florales de Irapuato, Guanajuato, de 1950), Tríptico, Ave, Rosa y Mujer (sonetos que obtuvieron la Flor Natural en los Juegos Florales “Ramón López Velarde” de Zacatecas de 1952), Laberinto de quimeras (1966), Guía de caminantes, sobretiro de Cuadernos Americanos (1971) y La cartilla extraviada (1978).
Antología inconclusa fue publicada en agosto de 1981 por la Casa de la Cultura de Aguascalientes. Cuenta con un texto introductorio, “La plena vigencia de Gallardo Dávalos”, de Alejandro Sandoval. Asimismo, posee una dedicatoria “a María Teresa con todo mi cariño”, su esposa, y “a Víctor Sandoval con mi reconocimiento y mi amistad”. Como el título señala, el libro es una antología -inconclusa- de los poemas del autor.
Los primeros textos poéticos de Gallardo Dávalos son de influencia modernista, aunque él se situaba entre los postmodernistas. Alejandro Sandoval menciona que hay en ellos “imágenes que recuerdan contundentemente a Rubén Darío”. Esta etapa del autor la denomina “de preparación” y a ella pertenece el poemario El huerto de las tentaciones.
Después viene la etapa más conocida del escritor, su participación en el movimiento estridentista. Esta vanguardia mexicana inició en 1921 con el lanzamiento del manifiesto “Actual N°1” por el poeta veracruzano Manuel Maples Arce. A él está dedicado el apartado de El pentagrama eléctrico que aparece en Antología inconclusa: “a Manual Maples Arce que con el estridentismo removió el pantano académico modernista”. Gallardo Dávalos había conocido a Germán List Arzubide en Puebla, éste contó que conocerlo lo motivó a romper con las viejas formas literarias:
Posteriormente un muchacho recién recibido de médico (Salvador Gallardo), pero muy aficionado a la cuestión literaria, al ver la revista que hacíamos dijo que eso era una revista de provincia, que ya habían pasado muchas cosas en el mundo y que mejor había que hacer revistas que tuvieran una nueva visión del mundo. Me convenció de que desbaratáramos la revista Vincit e hiciéramos una nueva revista que tuvo por título Ser (1922). Retomaron así, cuenta don Germán, una nueva forma literaria que estaba surgiendo en el mundo, particularmente en España: el ultraísmo; sin embargo, afirma, “lo importante era romper con las viejas formas literarias” (Margarita Tomé. “Germán List Arzubide: la intensa aventura estridentista”. Periódico de Poesía Nueva Época 17:7).
List Arzubide se uniría después al estridentismo de Maples Arce, igual que Gallardo Dávalos. “Muera el cura Hidalgo, Chopin a la silla eléctrica, viva el mole de guajolote”, gritaba el primer manifiesto. Esta vanguardia tuvo en la poesía a Maples Arce, List Arzubide, Gallardo Dávalos y Luis Quintanilla. En la narrativa, a Arqueles Vela. Los dibujos e ilustraciones de Jean Charlot, Ramón Alva de la Canal, Leopoldo Méndez y Fermín Revueltas. Las esculturas de Germán Cueto y las fotografías de Tina Modotti y Edward Weston.
Los estridentistas se reunían en el “Café de Nadie” a discutir obras y posiciones estéticas, también ahí realizaron la primera exposición del movimiento (12 de abril de 1924) en donde se leyeron poemas de Salvador Gallardo Dávalos. De igual forma, publicaban en las páginas de sus revistas Irradiador (1923) y Horizonte (1926-1927). Maples Arce definía al estridentismo como “la única expresión intelectual de la Revolución” Mexicana. Ester Hernández Palacios señala: “Si el posmodernismo -con González Martínez- había colocado al búho en el lugar del cisne modernista, los estridentes dan un salto cualitativo al imponer el pájaro mecánico -el aeroplano- como símbolo o emblema de su estética” (Ester Hernández Palacios. “La poesía estridentista: un intento de barrer el pasado”. Periódico de Poesía).
En la poesía, los estridentistas centran sus esfuerzos en la transformación de la imagen. Alejandro Sandoval destaca que el estridentismo “recogió muchas de las experiencias vanguardistas y basó su poesía en imágenes recreativas, frecuentemente dobles, en las que se suprimía toda descripción, y formación lógica y gramatical de las palabras, frases y oraciones”. De esta forma, “en cada imagen se pretendía dar lo esencial de cada cosa, para que el lector fuera también partícipe del acto artístico”.
En 1925 Salvador Gallardo Dávalos publicó El pentagrama eléctrico, obra clave del estridentismo. En ese entonces, los estridentistas se establecieron en Xalapa (Estridentópolis), bajo la protección del gobernador Heriberto Jara. Tras ser éste depuesto de su cargo, por el gobierno federal, el movimiento se disolvió en 1927.
Gallardo Dávalos continuó con sus actividades literarias. Lideró el grupo Asociación Cultural Aguascalentense y su revista ACA. También fue fundador de la revista de “cultura y combate” Paralelo. Publicó obras de poesía, ensayo y teatro. La Antología inconclusa permanecería inconclusa, pues el autor falleció dos meses después de su publicación. Al siguiente año, en 1982, el Instituto Cultural de Aguascalientes instituyó el Premio Nacional de Literatura Joven Salvador Gallardo Dávalos. El hijo adoptivo de Aguascalientes dejó un legado en la poesía nacional y en la cultura local. Su hijo Salvador Gallardo Topete siguió su camino en las letras, así como su nieto Salvador Gallardo Cabrera.