De 1995 a 2004 en la licenciatura de Ciencia Política y Administración Pública, de la Universidad de Iberoamericana, Campus Santa Fe, Ciudad de México, impartí la materia Sistema Político Mexicano.
En los dos semestres de los años de 1994 al 2000 el curso tuvo una misma estructura, y a partir de la alternancia en la presidencia de la República, con el triunfo del panista Vicente Fox (2000-2006), otra de 2001 a 2004.
En el segundo semestre de ese último año dejé de dar clases cuando fui nombrado coordinador de Comunicación Social de la presidencia de la República y luego portavoz del gobierno. Regresé a la academia en 2007.
El presidente López Obrador ha restaurado el sistema político que crea el PRI después de la fase armada de la Revolución Mexicana. Tiene los mismos diez elementos con los que estructuraba el curso.
La primera parte del curso era la historia de la construcción del sistema político a partir de la presidencia del general sonorense Álvaro Obregón Salido (1880-1928), que en sus rasgos fundamentales termina de tomar forma en la presidencia del general michoacano Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970).
En la presidencia del primer civil, el veracruzano Miguel Alemán Valdés (1903-1983), se añadieron algunos nuevos elementos, de la misma manera que en los siguientes gobiernos, pero todos marginales. Ninguno estableció componentes centrales al modelo que se construye entre 1920 a 1940.
Después de hacer un recorrido por la historia, me adentraba en la explicación de los diez elementos que integraban el Sistema Político Mexicano, el pasado lunes publiqué un artículo en Animal Político y otros periódicos donde los explicaba de manera sintética.
Esto porque ahora están de regreso en el restaurado sistema impuesto por López Obrador. Los componentes: partido hegemónico; presidencialismo autoritario; mayoría en las cámaras; no distinción de poderes; república central; control del partido; corporativismo; clientelismo; paternalismo; control de los medios.
De 2001 a 2004, en mi clase de Sistema Político Mexicano, veía con las y los alumnos cómo empezaban a desaparecer los elementos constitutivos del sistema presidencialista autoritario y empezaban a surgir los propios de la democracia, aunque todavía de manera incipiente. A partir de 2000 y hasta 2018 se caminó en esa dirección.
A la llegada del presidente López Obrador inició el camino del regreso al sistema del presidencialismo autoritario donde se formó y militó por 14 años. En la elección del 2 de junio pasado del 100% de los que votaron, el 54%, la mayoría, decidió que continuara este proyecto restaurador.
Las clases del Sistema Político Mexicano que impartí de 1994 a 2000 las podría dar ahora con los mismos componentes de entonces y al tiempo explicar cómo lo que se había ganado en los años de la democracia se viene a tierra.
Hay, con todo, cambios significativos que habrá que estudiar. López Obrador es todavía más autoritario y reclama un culto permanente a su personalidad, como lo hizo Luis Echeverría Álvarez (1970-1976). Solo escucha a quienes están con él y le rinden pleitesía. Piensa que el mundo gira en torno a su persona.
En estos seis años de gobierno su narcisismo enfermizo, que ha sido componente del sistema, se mezcla con la política y crean un cóctel permanentemente explosivo, que se expresa en una verborrea agresiva que insulta y descalifica. Solo le quedan días de micrófono matutino. ¿Con qué lo va a suplir?
@RubenAguilar