Este 2024 ha sido un año de contrastes climáticos. Aún no había finalizado el invierno y ya teníamos en el mes de febrero en nuestra entidad temperaturas sofocantes de hasta 32° C, como se muestra en la gráfica inferior.
Estadística del clima en Aguascalientes en el mes de febrero 2024
Fuente: Accuweather Aguascalientes [en línea], consultado el 11 de septiembre 2024 en : https://www.accuweather.com/es/mx/aguascalientes/241700/february-weather/241700
La temperatura siguió incrementándose durante marzo, abril y mayo, hasta alcanzar los 40°C en el mes de junio, algo inaudito para los que habitamos en Aguascalientes, pero real, como se muestra en la gráfica.
Estadística del clima en Aguascalientes en el mes de junio 2024
Fuente: Accuweather Aguascalientes [en línea], consultado el 11 de septiembre 2024 en : https://www.accuweather.com/es/mx/aguascalientes/241700/june-weather/241700
Esta alarmante situación, encendió la conciencia de muchas personas frente a la amenaza de que el calor no disminuía, y no se veía para cuando llegarían las precipitaciones pluviales a nuestro estado, por lo que convocaron a la ciudadanía a romper banquetas para plantar árboles y que el follaje de estos contribuyera a dar sombra y a atraer las lluvias. Ahora sí notaban el valor de estos y su importancia para minimizar las islas de calor presentes en varias colonias de la ciudad en las que la ausencia de vegetación es bastante notoria. Podríamos señalar que estos actos mostraron la transición de algunas personas del escepticismo al catastrofismo, en otras palabras, de dejar de creer que el cambio climático no existe y que no es necesario hacer nada, a la toma de conciencia de que es urgente llevar a cabo prácticas extraordinarias para luchar contra esta amenaza. En realidad, esta actitud fue la de los menos, ya que una considerable parte de la población prefirió ir a comprar dispositivos de aire acondicionado pensando en su bienestar y comodidad, más que en el impacto que estos aparatos representan para el medio ambiente al ser generadores de calor en los sitios en los que se instalan e importantes consumidores de energía eléctrica, misma que implica aumentar la quema de combustibles fósiles para producirse, contribuyendo al incremento de la temperatura de nuestro planeta.
A finales de junio de este 2024 la situación cambió porque, gracias a la tormenta tropical Alberto y fenómenos afines, las lluvias comenzaron a llegar al país y nuestro estado no fue la excepción. El inconveniente de esto es que se dio un giro de 180 grados en el escenario local, pasando de un asfixiante calor a torrenciales lluvias que, como ya es costumbre, han provocado desquiciamiento en la ciudad debido a inundaciones en avenidas y colonias del centro y la periferia, incluso en el municipio de Pabellón y recientemente en el Llano. Estos acontecimientos pueden hacer que los afectados directos se pasen del lado escéptico al catastrofista al ver que los pronósticos previsto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) se están presentado en sus vidas y son cada vez más evidentes a nivel mundial.
Por si no ha quedado claro, en el tema del cambio climático, se considera catastrofistas a los que ven este evento planetario como el comienzo del fin del mundo o por lo menos de nuestra especie; en tanto que se considera escépticos a aquellos que no creen que este esté ocurriendo y menos que es de origen antropogénico, sino que se trata de un ciclo más del planeta del que no hay que preocuparse. Y moderados a los que prefieren confiar en los datos científicos comprobados o por comprobar. La caracterización que estoy empleando no es de mi autoría sino del Doctor e investigador peruano Teófilo Altamirano Rua, presentada en su libro Refugiados ambientales. Cambio climático y migración forzada, publicado en el 2014 (el cual tuve la fortuna de encontrar en la pasada feria del libro realizada en el marco de la 29ª Feria Universitaria de la UAA y que prometo comentar el contenido propiamente de esta obra en próximas entregas) en el que señala que “los primeros tienen una vocación nacionalista, políticamente de izquierda; mientras que los segundos, más conservadores, capitalistas, monetaristas son de derecha y creen en el desarrollo tecnológico como motor de la modernización” (p. 20).
Para el Dr. Altamirano merecen un lugar aparte el grupo de los que denomina eco-business, que son los que promueven y venden productos de última generación que funcionan para reducir o frenar los impactos negativos que puede ocasionar el cambio climático (paneles solares, turbinas eólicas, luminarias públicas ahorradoras, etc.) quienes en el discurso están del lado de los catastrofistas creando y generando miedo, pero en la práctica son del bando de los conservadores ya que son estos quienes pueden popularizar sus mentiras y pagar sus inventos.
¿En qué grupo se ubica usted y en qué grupo ubica a los tomadores de decisiones en su municipio, en el estado y en el país?