Sí, la Historia los refuta | Opciones y decisiones por Francisco Javier Chávez Santillán - LJA Aguascalientes
21/11/2024

La escena política mexicana, en la fase post-electoral que aún está por concluir, se comprende mejor desde la configuración de gráficos y flujos diagramáticos que representan cómo se distinguen, asocian o dispersan los espacios demográficos en el territorio nacional; que la mera suma o resta matemática o estadística de los diversos conjuntos de población, en razón de cómo votaron o cómo se sitúan en la organización social. Esto quiere decir que la matemática pura electoral es, en efecto, una abstracción mental llevada al más alto nivel simbólico. 

Para ejemplificarlo, aunque suene ridículo, los adherentes o leales a la candidata triunfante del oficialismo Dra. Claudia Sheinbaum, no son “el 59% de los votantes”… ¿Qué disparate es éste? Como tampoco los “leales” a la candidata del bloque opositor Xóchitl Gálvez suman el 27% de los sufragantes, ¿de qué ente amorfo se trata? En la realidad, habremos de referirnos a personas y grupos sociales ‘situados en la Historia’, a los que sólo comprendemos si los referimos apropiadamente a un espacio geofísico determinado, identificados a una cultura específica o subalterna, y unidos en torno a símbolos culturales, valores, principios éticos y bioéticos, animados por emociones y pasiones visibles y por tanto observables; y también como portadores de emblemas y banderas que unifican su visión del mundo. En síntesis, la esfera de la cultura explica y da razón del ser humano asociado a la esfera política, pero ésta no lo explica con la sola abstracción estadística o demográfica. Es imperativo, una vez más, situar al hombre en su historia, sobre todo si queremos interpretar su “línea de vida” (pasado, presente, futuro). 

En aras de este imperativo histórico, o espacio-temporal, ofrezco una breve recuperación histórica cultural de Aguascalientes, para “situarla en su Historia” y, de esta manera poner en evidencia su opción vital, a la hora de escoger una alternativa de futuro. Evidentemente, este enfoque y aproximación es válida para cualquier otro estado o región autonómica de la Nación, que en justicia se rehúsan y resisten a ser literalmente “borradas” de su identidad propia, para ser enmascaradas bajo el paño único y absolutista del morado de Morena-4T. Iniciemos, pues, con el caso prototípico de Aguascalientes. 

Acto Fundacional.- Cédula Real en que consta la fundación de la ciudad, (Ref. LJA.MX Opciones y Decisiones. Año 441 Ab urbe condita. Sábado 29 de octubre, 2016). 

Título para la Fundación de una Villa en el sitio de Aguascalientes. Don Felipe, por la gracia de Dios, Rey Castilla, de León, de Aragon, (…), de las Indias, islas é tierra firme del mar Oceano, Conde de Flandes y de Tirol, &c. Por cuanto por Juan de Montoro por sí y en nombre de Gerónimo de la Cueva, y Alonso de Alarcon y otras muchas personas nos fue fecha relación, diciendo que ellos querían poblar una Villa en el sitio y paso de que dicen de Aguascalientes, (…) lo cual visto y consultado con el doctor Gerónimo de Orozco, nuestro Presidente de la nuestra audiencia é cancillería real que reside en la dicha ciudad de Guadalajara, nuestro gobernador de todo el reino de Galicia del nuestro Consejo, se proveyó é mandó se hiciese el asiento y traza de la dicha Villa á la cual pusimos y ponemos por nombre la Villa de la Ascension, é fecho se trujese ante nos para que visto se proveyese lo que mas conviniese á nuestro real servicio, (…) y dalle el título de Villa para que gozasen de las preeminencias, prerrogativas é inmunidades que las demás Villas de estos nuestros Reinos gozaban y les debían ser guardados, (…) por la presente es nuestra merced y voluntad que agora y de aquí adelante para siempre jamas la dicha población é sitio de Aguascalientes se llame y nombre la Villa de la Ascension, (…) e como tal Villa pueda nombrar en cada año para la administración y de la nuestra justicia, dos alcaldes, cuatro regidores y un síndico procurador del Consejo de ella (…); dada en Guadalajara á veintidós de Octubre de mil y quinientos setenta y cinco años. -El Dr. Orozco,- Yo luis Velez Cherino, escribano de cámara de la audiencia y cancillería real del nuevo reino de Galicia é de la gobernación de él, lo fice escribir por su mandado con acuerdo de su presidente é gobernador. – Registrada.- Pedro Martínez.- Canciller. (Fuente: Documentos Antiguos relativos al Estado de Aguascalientes. Boletín A.8 de la Sociedad de Geografía y Estadística de la República Mexicana. Segunda Época. Tomo III. México. Imprenta del Gobierno, en Palacio, a cargo de José María Sandoval. 1871.// Archivo General de la Nación). 

A partir de ese año 1575, como consta, se crea el fondo de población de Aguascalientes, ligada al nuevo reino de Galicia -Guadalajara-, cuya evolución para alcanzar autonomía territorial y ser declarada como un auténtico Estado de la Unión, habrá de transcurrir por los siglos subsecuentes hasta bien avanzado el siglo XIX, ya en el México Independiente, para alcanzar su reconocimiento como Estado Libre y Soberano de Aguascalientes. Para el 22 de octubre de 2018 la ciudad de Aguascalientes celebraría con gran bullicio y eventos de cultura popular su 443 Aniversario de fundación. (Cfr. LJA.MX Opciones y Decisiones. CDXLIII Aniversario. Sábado 20/10, 2018). 

Evolución.- Es en el curso del siglo XVIII, que se van sucediendo en la Villa de la Ascensión eventos con auténticos tonos fundacionales, como se puede constatar en la obra del historiador Dr. José Antonio Gutiérrez, investigador y maestro de la UAA, quien recupera la memoria de dos destacados eclesiásticos del siglo XVIII que contribuyeron activamente a fincar un legado arquitectónico y cultural invaluable para la ciudad y ulteriores generaciones. Gracias a la publicación Ágora del Archivo General Municipal, en su No. 8, del año 2013, tenemos una compendiosa y pulida narrativa de aquellos hechos históricos que verdaderamente dan nombre a nuestra entrañable villa. (Retomo fragmentos del capítulo: “Dos Benefactores de Aguascalientes en el siglo XVIII”).

La sociedad de Aguascalientes vivió importantes cambios político-sociales durante este siglo; iniciaron en 1700 al ascender al trono español Felipe V, de la dinastía Borbón, al morir Carlos II sin descendencia, de la casa de los Habsburgo. (Opus cit. Pp. 63ss.). Y contextualiza, Aguascalientes no fue ajena a esos movimientos de cambio, pues en esos años hubo hombres dignos de figurar. Me voy a referir a dos eclesiásticos que entonces brillaron en el panorama local, los doctores Manuel Colón de Larreátegui y Mateo José de Arteaga. Para darles luego la razón de su opción: Ambos personajes cubrirán cuatro décadas de la historia de la villa, mejorarán los templos existentes y levantarán nuevos edificios; abrirán instituciones educativas y de caridad: su impronta llena muchas páginas de la historia local (O. cit. p. 65). 

Constructores del Hábitat. Y destaca un perfil de alto relieve: – D. Manuel Colón de Larreátegui era descendiente directo del Almirante Diego Colón, hijo del descubridor de América. Nació en 1700 en San Luis de la Paz, hoy estado de Guanajuato; fue alumno de los jesuitas en el Colegio de Santa María de Todos los Santos y se doctoró en Sagrados Cánones en la Universidad Pontificia de la Ciudad de México. Antes de ser nombrado cura de Aguascalientes fue abogado de la Real Audiencia de México y examinador del Arzobispado. Su nombramiento como cura de Aguascalientes, aporta una indicación valiosa para respaldar el argumento de cómo el nombre original de la Ciudad de Aguascalientes termina por adoptar el nombre eclesiástico dado al templo central de lo que será la nueva sede parroquial. 


Todo comienza con su nombramiento formal. Siendo obispo de Guadalajara su maestro D. Nicolás Carlos Gómez de Cervantes, lo invitó a colaborar en la Mitra y al poco tiempo lo nombró cura propio y juez eclesiástico de la Parroquia de la Asunción de Aguascalientes; uno de los libros de gobierno registra esta noticia: “El dos de septiembre de 1733, tomó posesión el Dr. D. Manuel Colón de Larreátegui, por muerte del Br. Juan de Larrea” (O. cit. Ibídem. P. 65). 

Sin duda su obra más importante fue terminar el templo parroquial, actual Catedral Basílica, obra que llevaba 30 años de iniciada y que recibió poco avanzada; uno de los libros parroquiales registra esta noticia: “La había recibido muy al principio, y la fabricó con muchísimos afanes y trabajos, saliendo personalmente por las haciendas y ranchos a recoger maíz de limosna para su construcción”(Archivo del Obispado de Aguascalientes, Libro Primero de la Parroquia de Aguascalientes, folio 541 vta). Sólo 5 años tardó en terminarla, pues su Dedicación fue el 4 de agosto de 1738. Hecho que en la liturgia católica es el acto fundacional de un templo, en tanto que investido con su nueva función religiosa de culto y centro administrativo eclesiástico, ahora bajo su jurisdicción. La erección de la Diócesis de Aguascalientes, ocurriría un siglo más tarde el día 27 de agosto de 1899, ya en las postrimerías de este siglo XIX cargado de sucesos transformacionales tanto del territorio como del estatuto jurídico del país. 

El talante de sus habitantes.- Y la ciudadanía refrendó una vez más su talante bullanguero, festivo, fandanguero y bailador. La respuesta social de los habitantes de la ciudad no pudo haber sido más emotiva, y representativa de los grupos sociales protagónicos involucrados, según continúa la narrativa: En los actos de consagración hubo de todo: connotados oradores, juegos pirotécnicos y de chuza, corridas de toros y obras de teatro. La semana siguiente a la bendición fue dedicada a presentar obras de teatro por los diversos gremios locales de artesanos. El 7 escenificaron los sastres la comedia “La misma conciencia avisa”; el 8 los zapateros presentaron “Negro el cuerpo blanco”; el 9 los barberos presentaron “El canto junto al encanto”; los alarifes y sombrereros presentaron el 11 la comedia “Mejor está que estaba” y el día 12 los obrajeros presentaron la obra “Los españoles en Chile y conquista del Reino Araucano”. La semana siguiente los aguascalentenses la dedicaron a corridas de toros y desfiles de carrozas. El ciclo de festejos se cerró el domingo 19 con la comedia “El secreto vacío”, que costearon y presentaron los herreros y los serenos. No por nada, la ciudad es anfitriona de la actual Feria Nacional de San Marcos. 

Autonomía Política.- Dicho lo anterior, constatamos que desde tiempos fundacionales los aguascalentenses han dado por magnificar sus momentos históricos emblemáticos, como ocurrió cuando Aguascalientes fue nombrado territorio de la federación en el año 1835. Habido el antecedente de que Santa Anna avanzaba de la capital rumbo a Zacatecas para someter a los insurrectos, en Aguascalientes se ejecutaban los primeros movimientos para fundamentar la demanda de separarlo del llamado partido zacatecano. El Ayuntamiento, valiéndose de antiguas prácticas, congregó el 22 de marzo a todo el vecindario, para exponer la situación por la que se atravesaba y la conveniencia de que Aguascalientes fuese nombrado territorio de la federación. Llegado el lº de mayo de 1835, arribó Santa Anna a Aguascalientes, y el ambiente ya estaba preparado para solicitar al caudillo lo que posiblemente él había fraguado: nuestra emancipación del susodicho partido. La historia consigna que, a su llegada Santa Anna fue recibido “como a nadie se ha recibido después”. En que autoridades, clero y pueblo en general, amantes de fiestas y celebraciones, acogieron con júbilo la promesa del presidente: Aguascalientes sería separado de Zacatecas. (Fuente: “e-ciencia.com…”, (https://shorturl.at/I7cfv). 

De manera que el antecedente inmediato proviene de 1712, en que mineros procedentes de Guanajuato edificaron la Villa de Asientos de Ibarra, misma que fue adquirida y explotada por los jesuitas hasta la fecha de su expulsión del país. En 1771 se declara la Villa del Valle de Huejúcar y en 1786 junto con Aguascalientes forman parte de Zacatecas

Institución Constitucional.- Evento que, para estas fechas decisivas, está muy aparejado y condicionado a la progresiva  consolidación urbana, sociodemográfica y política de la antigua Villa de Aguascalientes; y no acaece sino hasta que se decreta su plena autonomización del “Partido” de Zacatecas, precisamente mediante reconocimiento Constitucional que se ve consolidado tras el largo proceso emancipador del país, que se caracterizó por las sucesivas intervenciones extranjeras, notablemente la francesa y la decisiva Guerra de Reforma que da fundamento a la consolidación de la República Mexicana, mediante la promulgación de la Constitución de 1857

A este respecto es digno de mención el hecho singular de que, en el Aniversario 441 de la Fundación de la Ciudad, es celebrado un solemne acto luctuoso en honor del general Luis Ghilardi, que apenas dos años antes había cumplido su 150 Aniversario Luctuoso, aquí en la ciudad de Aguascalientes. Su biografía indica que él nació en la ciudad de Lucca, en Toscana, Italia, el 2 de agosto de 1810, y llegó a México en el año 1853, siendo militar italiano se pone a las órdenes del entonces presidente Antonio López de San Anna, quien lo señala “general al servicio del Ejército Mexicano”, participando activamente en la Guerra de Reforma en 1855. Luego de una vida de lucha en diferentes Estados de la República Mexicana, el 16 de enero de 1864 fue hecho prisionero en Jalisco y traído a Aguascalientes, donde es condenado a muerte y fusilado dos meses más tarde frente al Mesón Amarillo, parte del cual se convirtió en lo que hoy es la Escuela Manuel Carpio. Fundamento suficiente sobre el que la comunidad italiana aguascalentense hubo propuesto hermanarnos con la ciudad de Lucca (ciudad amurallada) –símbolo del municipio fundacional Romano-. Valga este acento histórico para evidenciar el arduo camino histórico de Aguascalientes para alcanzar su autonomía jurisdiccional y territorial.

En efecto, a partir de 1824, con la promulgación de la primera Constitución mexicana, nuestro país se dividió en estados libres y soberanos, uno de los cuales fue el de Zacatecas a cuya jurisdicción pertenecía Aguascalientes. En el año de 1835 se inician los trámites para que el partido de Aguascalientes se constituyera en estado libre y soberano, mediante su separación de Zacatecas, lo cual logra gracias a la pugna entre centralistas y federalistas, por lo que el gobierno central, a efecto de afianzar su poder trataba de debilitar a las entidades que defendían con mayor insistencia al federalismo como es el caso de Zacatecas que tuvo que ser sometida mediante el uso de la fuerza por el presidente de la república Antonio López de Santa Anna.

Su devenir Histórico-Político.- Bajo la vigencia de la Constitución de 1836, conocida como “Las Siete Leyes” se establece el régimen centralista, por lo que los estados se convierten en departamentos, uno de los cuales fue el de Aguascalientes. El 8 de noviembre de 1846 se instala el primer congreso del estado libre y soberano de Aguascalientes. Funcionó muy poco, ya que en el año de 1847 se restablece la Constitución federal de 1824 y en el decreto correspondiente se señala que los estados son los mismos contemplados en la constitución original. (Fuente: https://congresoags.gob.mx/congreso_del_estado/historia). La Constitución federal de 1857 finalmente reconoce a Aguascalientes como un miembro más de la Federación mexicana, por lo que bajo su amparo se instalan definitivamente los poderes locales y funciona la segunda legislatura, misma que expide la primera constitución local en octubre del mismo año, promulgada por el gobernador José María López de Nava. Esta segunda legislatura contó con algunos personajes insignes como el Coronel Antonio Rayón, quien había participado en la guerra de Independencia, don José María Chávez Alonso, quien fuera posteriormente gobernador del Estado y luchara contra la invasión francesa encabezando los llamados “lanceros de Aguascalientes”. Con la consolidación del Estado federal, luego de la caída del imperio de Maximiliano, la Sexta Legislatura del Estado integrada por nueve diputados, expidió la segunda constitución local el 18 de octubre de 1868

Treinta y un años antes de la erección de Aguascalientes como Diócesis sufragánea de la Arquidiócesis de Guadalajara, en 1899. Ambas, bastiones de la Guerra Cristera o La Cristiada -de Jean Meyer Barth (historiador, geógrafo, escritor y académico francés nacionalizado mexicano en 1979. Se ha especializado en la Guerra Cristera, historia de Nayarit y sobre la Revolución mexicana). -, iniciada en 1926 y significó una crisis nacional por los tres años de la guerra -cuyo costo humano alcanzó las cifras de 250 mil muertos y similar cantidad de refugiados hacia los Estados Unidos-, la Cristiada terminó el 21 de junio de 1929, durante más de diez años siguieron los alzamientos de grupos católicos armados contra el laicismo gubernamental mexicano. Los conflictos amainaron realmente cuando el Estado mexicano asumió, después del gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, la libertad de cultos, la extinción de una educación con fundamentos socialistas y la apertura de las iglesias a culto público. Era la década de 1940. Pasaron casi cinco décadas más para que estos puntos se asumieran a nivel constitucional. 

Hoy somos un lunar en el plano y liso manto de Morena. Y, sin embargo, esta breve recuperación histórica pone de relieve los fundamentos históricos y constitucionales que subyacen a la presente actitud anti-constitucional beligerante del movimiento oficialista, con la peregrina idea de instalar una “transformación de cuarta” identidad nacional, que no deja de ser un voluntarismo sectario y milenarista de incierto destino, ante la verdadera Historia de las entidades políticas del país. 

[email protected]


Show Full Content
Previous Pelea de gallos | Marca textos por Carlos Oros
Next México es eliminado de la Copa América tras empatar 0-0 ante Ecuador
Close

NEXT STORY

Close

A los docentes se les aplicó de forma anticipada la Reforma Hacendaria

07/01/2014
Close