¿Por qué fallamos penales? | La Columna J por Roberto Ahumada  - LJA Aguascalientes
03/07/2024

“Algo se encuentra roto y desajustado dentro de la psique del mexicano, son sus sombras y es su pasado, es una inseguridad y el deseo a que pase lo peor”. 

Estimado Lector de LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar esta ocasión para referir a la copa América, es necesario tomar la tendencia que arroja el deporte más popular del mundo. Es curioso cómo este tipo de eventos de índole internacional tienen más auge que las reseñas políticas o que los conflictos armados que hay en el mundo, y créame que soy un fiel amante del fútbol, pero eso no quita la desatención que existe a temas de mayor relevancia. 

La sociedad en su complejidad es un reflejo mayor de una serie de variables y contextos, desde lo político, lo económico, la educación, hasta el mismo deporte, y es que es inevitable poner en tela de juicio lo que está pasando con el fútbol de nuestro país. Durante décadas la selección mexicana se caracterizó por tener cierto nivel, nunca se han dado resultados espectaculares salvo los cuartos de final en el mundial del 86 y el ranking que se ha obtenido en las mediciones de la FIFA en donde se ha logrado alcanzar un 5to lugar. 

No obstante, quien es gustoso de este deporte entiende perfectamente que no se trata tanto de un ranqueo, sino de jugar bien, tener calidad y consistencia. En la década de los 90 la selección mexicana era una de los mejores equipos en América, a selecciones como la estadounidense o jamaiquina les metíamos unas golizas, pero ahora estamos muy por debajo de ese nivel, y por el contrario rara vez se aspira a ser un rival digno, ya no hablo de enfrentar a Brasil o Argentina, sino de no perder con selecciones como Venezuela o Costa Rica. Ciertamente el fútbol ha evolucionado, pero en esa misma lógica el fútbol mexicano también debió evolucionar y únicamente se ha estancado. 

“Mientras siga sin haber competencia en el fútbol mexicano (ascenso y descenso), 8 extranjeros en la cancha y torneos donde más de la mitad pasan a la liguilla, el nivel de la selección va a seguir cayendo en picada, no es el Jimmy ni los jugadores, es un sistema que no funciona”: Elías Ayub. 

El nivel de fútbol que se ve en la selección en gran medida tiene que ver con el desempeño que existe en la liga.mx, y es que del mismo modo desde hace algunas décadas se ha percibido que el nivel ha bajado, los jugadores no tienen consistencia ni identidad con los equipos, existe una cantidad impresionante de jugadores extranjeros que vienen al fútbol mexicano porque se les paga muy bien, lo cual no genera una mayor tesitura de competencia con los equipos locales, sino que quita la posibilidad a los jugadores nacionales de poder desarrollarse y aspirar a los mejores niveles.  

Los equipos que antes se habían caracterizado por tener canteras de jugadores y formación de deportistas han quedado prácticamente en el olvido, y es que ante dicha situación tal parece que la Federación y las directivas de los equipos únicamente obedecen a la lógica del capital, y cuando eso sucede el resultado es sólo uno, se maximizan las ganancias de los interesados y se reducen las capacidades y calidades de los operadores, o sea los futbolistas. 

Aunque todo el mundo sabe que el fútbol es una industria millonaria, también es el reflejo de una sociedad, los deportes así son, tienen esa capacidad, nos ilustran y nos describen en lo individual y en lo colectivo, en la disciplina, en los hábitos, en el trabajo en equipo, en el modo en el que se hacen las preparaciones. Por eso son representaciones nacionales.  

El mexicano se siente débil, inferior y poco a poco enajenado del concepto de honor, pues dicho sea de paso es algo poco valorado en el país, permean otras cosas, la popularidad ha llegado a ser más importante que la trascendencia. Las personas de este país ya han adoptado el esquema asistencialista, ya no es necesario luchar por más, pues la represión del deseo se ha convertido en deseo de represión.  


Fallamos penales por un miedo incalculable, no a fallar el penal, sino a tener éxito, fallamos penales porque la decepción ya está normalizada, la selecciona mexicana de fútbol es un ejemplo de un país en donde el deportista ya no aspira a triunfar en su competencia, aspira a tener más dinero y seguidores en las redes sociales.  

“En nuestros tiempos nos ponían a un Brasil de Romario y le jugábamos al tú por tú, un Argentina y no nos achicábamos, nos moríamos en la raya porque el fútbol estaba por encima de cualquier plataforma o fama. Estos muchachos les importa más sus tatuajes y qué carros van a comprar, o quién tiene la novia más guapa, tienen dinero y fama, pero están huecos por dentro, y como muestra, míralos en la cancha”: Jorge Campos. 

Es difícil sentirse orgulloso de un país en donde la gente va perdiendo el sentido de identidad y el deseo de progreso y desarrollo. Le deseo una excelente semana estimado lector. 

In silentio mei verba, la palabra es poder. 


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