Fuga en La Mayor | Opciones y decisiones por Francisco Javier Chávez Santillán - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Apenas iniciaba el Segundo Foro de los Diálogos Nacionales sobre la Reforma al Poder Judicial celebrado en Guadalajara, cuando ya estallaban las hostilidades de parte del grupo oficialista de Morena contra la figura de más alto nivel jerárquico de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, su presidenta Norma Piña. Fue en realidad un golpe concertado de la 4T para avasallar a los más altos mandos del Poder Judicial y con ello sojuzgar al resto de la base, para sujetarlos a sus condiciones de rendición; una réplica de la táctica ‘putineana’, primero ocupo el territorio y luego discuto su rendición incondicional. 

Este primer putsh proviene de dos flancos, uno interno y otro de la mayoría en el Poder Legislativo. El primero, desde el seno mismo de la Corte -como un áspid venenoso ingresado en una cesta de regalo-. La ministra Yasmín Esquivel, quien ha encabezado las propuestas para ajustar la reforma judicial que impulsa Morena, fue directa y pidió la renuncia de la presidenta Norma Piña. Fue un balde de agua fría en un grupo que ha tratado de trabajar en la tormenta todavía de manera colegiada, destaca Reforma. (Fuente: Redacción AN / RDG. https://shorturl.at/qBqxq). Representantes de la 4T lanzaron una ofensiva para destituir a la presidenta de la Corte, Ministra Norma Piña, en medio de la discusión sobre la reforma al Poder Judicial que impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador. 

El segundo flanco se abrió desde el Congreso. En el segundo foro sobre las reformas al Poder Judicial, realizado en Zapopan, Jalisco, el coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, afirmó que, tras el nombramiento de Norma Piña como ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la relación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial se comenzó a tensar. (Fuente: LJA.MX/ Con Piña en la SCJN se deterioró relación entre poder Judicial, Ejecutivo y Legislativo: Monreal. Post date 01/07/2024. https://shorturl.at/WmlaL). 

Y precisó: La opinión sobre temas emblemáticos de Estado y la invasión frecuente por parte del Poder Judicial a los trabajos o determinaciones del Poder Ejecutivo y Legislativo comenzaron a deteriorar la relación”. Concluido el mandato del presidente (Arturo) Zaldívar, y tras el nombramiento de la nueva presidenta (Norma Piña), comienza la relación entre Poderes y  escudándose en que se debía mantener autonomía e independencia, se empieza a tensar la relación. // Evidentemente, enmascara muy bien la indebida injerencia del Ejecutivo y fracción dominante del Legislativo sobre y en contra del efectivamente agraviado Poder Judicial//. 

El legislador enfatizó que la falta de pericia, racionalidad e inteligencia política de quien representa a la Corte rompió la relación institucional entre poderes. // ¡Vaya desfachatez y desvergüenza del propio orador! Las tres notables virtudes naturalmente ostensibles de la ministra Piña son tenidas por esta antidialógica como sus peores vicios y faltantes. De verdad se la creen que, con pronunciar sus vituperios, ya han exorcizado sus propias carencias. 

Concluye la editorial, previamente citada; – AN.RDG desglosa: – DEBERÍA PREVALECER la mesura pues, pase lo que pase con la reforma judicial, el órgano supremo de justicia no puede quedar hecho añicos antes de las deliberaciones cruciales sobre el futuro de todo el Poder Judicial. QUIENES GANAN con un Poder Judicial debilitado no son los ciudadanos ni tampoco los promotores de reformas. Entre más débil esté el Poder Judicial, más vulnerable es frente a poderes criminales que seguramente disfrutan del sainete. // Doy mi asentimiento//. 

Lo que nos sitúa en nuestro punto de análisis. Ya hemos referido en anteriores exámenes que, el recurso lingüístico favorito del discurso populista es el de “Etiquetar”/Labeling”. No se necesita un argumento sustantivo para fundar un caso, basta con endilgar (así con la peor connotación) una etiqueta a tu adversario, o al tema o punto que pretendes refutar o demostrar, para que mágicamente esa calificación produzca su efecto buscado: desvanecer, borrar, demeritar, despreciar y, yo digo como más relevante, “reducir” la dimensión cualitativa y cuantitativa de tu contrincante. Trump antes de ascender a la Presidencia de los EE.UU.AA. se dedicó a etiquetar, con vociferante fuerza oratoria, a “lo mexicano”, y más precisamente “los mexicanos” que cruzaban su inmaculada frontera, para sembrarla de crímenes innombrables y deleznables. Ah! Cómo surtió efectos y adhesiones de la opinión pública. Era ‘un genio’ de la oratoria política. 

Andrés Manuel López Obrador ha declamado con igual fiereza las “letras escarlatas” de sus etiquetas, que ya tenemos bien consabidas. Entre las últimas, incluyó a las Clases Medias como las excluidas de su “paraíso prometido”, por ser aspiracionistas, individualistas, conservadoras, discriminadoras, etc. En resumidas cuentas, una práctica discursiva profundamente arraigada en su catálogo verbal viperino, para “reducir” a sus enemigos (lo mismo que ‘adversarios’, pero callado por prurito cortesano). Al punto, deseo hacer un énfasis en esta práctica ofensiva, porque está ya muy cimentada en los “modos” de cómo se ejerce el poder por este grupo hegemónico. 

El líder cuatro-teísta -junto con todos sus corifeos- dice ser amante de los símbolos, le encanta la “cultura”. Exalta las pretendidas sabias virtudes del “pueblo” y las reproduce en sus consabidas orgías verborreicas palaciegas. Pues bien, ésta de la “reducción” es una técnica de ataque más favorecida. 


¿Qué se está ejecutando por los dos flancos antes citados? Ni más ni menos que (¿figurativamente?) la reducción de la cabeza de la ministra Norma Piña, por grosero que suene. Y tiene su antecedente etnológico y arqueológico en El origen de la macabra práctica de la tribu Shuar de América del Sur de reducir la cabeza de sus enemigos. (Fuente: Laura Plitt. BBC Mundo Ciencia. 15 junio 2017). La comunidad indígena Shuar, en la cuenca amazónica de Ecuador y Perú, es una de las pocas que los españoles nunca pudieron doblegar cuando llegaron a América. Sin embargo, no es tanto su fortaleza y espíritu guerrero lo que despierta la curiosidad popular -e incluso la de los investigadores- sino su peculiar tradición de achicar cabezas

De hecho, aunque hay otras tribus en el mundo que les cortan la cabeza a sus enemigos, los Shuar son los únicos que además le reducían su tamaño. También se conoce con el nombre de Jíbaros, un término que originalmente se usó de forma despectiva- no ha desaparecido, aunque hoy está en contacto con el mundo moderno. Al matar a un enemigo, su espíritu sigue vivo, dentro de su cabeza. Al cortarla primero y reducirla después, el vencedor se apodera del espíritu del vencido. “La idea era atrapar al espíritu demoníaco, para evitar que vengue la muerte del guerrero vencido”, le explica a BBC Mundo Tobias Houlton, antropólogo de la Universidad Witwatersrand, en Sudáfrica. “El propósito de la reducción no era destruir al espíritu sino esclavizarlo”, añade. Ellos creían que “el espíritu continuaba viviendo dentro de la cabeza, pero ahora trabajaba en beneficio del vencedor”. 

Allí tiene usted el dato etnológico, que le da sustento al concepto portador: “reductor”, y su fiel traducción simbólica, aplicable a los “enemigos” del que se cree un ente superior, ante el cual debe rendirse y serle de servicio, mientras lo comporte. Efectivamente, el mundo de los símbolos es elocuente, más que las palabras y los discursos descafeinados, para justificar una “reducción”. Valga esta presentación analógica para enfatizar lo que verdaderamente inicia un “discurso”, una “declaración” pronunciadas en la solemnidad de una Corte o una Cámara Parlamentaria. 

Profundización. (Cfr- LJA.MX/Opciones y Decisiones. Si yo te bajara el Sol. Viernes 14 de julio, 2023).  Aterrizaje de esta exploración en un caso preponderante, precisamente en la justa electoral que acabamos de terminar. La sorpresiva y ebulliciente aparición de la aspirante Xóchitl Gálvez es filibusteramente reducida a un señalamiento de Claudio X. González. Esto y los ecos recitativos de Morena pretenden reducir este surgimiento auténtico de la sociedad civil que hoy -les guste o no- les planta cara y camina con firme paso. 

Todos aquellos, entre los que yo me incluyo, que no militamos en un partido político, ni estamos insertos en un club u organización empresarial; pero, que sí creemos en la democracia y sus procedimientos, el respeto irrestricto a la Ley, y a la manifestación libre de nuestra voluntad, repudiamos estas calificaciones reduccionistas y maniqueas, por dicotómicas, absolutistas y excluyentes. Sí hay expresión genuina de voluntad ciudadana, que participamos con esperanza de cambio auténtico en un gobierno sobreviniente que garantice la viabilidad y sostenibilidad de futuro del país total. No aceptamos ser “chamaqueados”, “ninguneados” o simplemente borrados del escenario nacional. ¡Existimos! Y somos un conjunto de “espumas”/fuerzas en común; para eso vinimos al Mundo. Exhalamos nuestro grito de: Adsum! – ¡Presente!

Aplicación hermenéutica al caso de la Reducción del Poder Judicial

¿Y dónde está Claudia? Para efectos de nuestra reflexión, bastaría destacar el factor de “la prisa” que imprime un actor central -en este caso, el presidente Andrés Manuel López Obrador- quien adjudica a un solo evento o un solo actor social el carácter de único y exclusivo representante ante sí y su movimiento, como adversario solitario a etiquetar, reducir y vencer. (Cfr. LJA.MX/ Opciones y Decisiones. Etiquetas Reduccionistas. El discreto encanto de la densidad. Viernes 21 de julio, 2023).

Sin que evolucione efectivamente como tal en la colectividad, que ”madure” en la conciencia y en el ánimo de sus partidarios, y cuyo papel eclosione efectivamente con la “representatividad” colectiva que se le atribuye ‘a priori’ y anticipadamente. Comportamiento abusivo que culmina, en efecto, en un “precipitado” bioquímico del que todavía se desconocen sus auténticas propiedades. Este efecto auténticamente “espumoso” no garantiza la estabilidad final, que sólo da a un fenómeno social su proceso interno de genuina “densidad social”, es decir, de crecimiento auténtico en función del volumen de población al que se pretende representar. Así pasó, ya lo indicamos, con el Comité Electoral Ciudadano, CEC del FCN, o el Comité Organizador del Frente Amplio por México. 

Mucha de la opinión pública informada cuestionó de inmediato a su creación, la eliminación del factor “sociedad civil”, para entronizar en exclusiva a las cúpulas partidistas y a figuras relevantes del empresariado; sin dejar espacio ni tiempo alguno a la consolidación de estas mediaciones pertenecientes al colectivo social y de las organizaciones políticas.

El otro factor de impaciencia se dio por la falla inicial del sistema de captura de adherentes al Frente, como si una falla tecnológica presagiara la ineficacia o “la mala fe” de los actores intervinientes; esta “prisa” manifiesta la nula tolerancia a la evolución necesaria de un elemento crucial. Lo que muestra y demuestra la radical intolerancia al fenómeno necesariamente gradual y progresivo de “la densidad social”, propia de un fenómeno en esencia complejo, problemático y evolutivo.

Como ciudadanos concernidos, esperanzados y responsables, sí estamos urgidos por el imperativo de ser inteligentes, responsables (de nuestras opciones éticas) y raciocinantes (aunque el neo-Diputado Monreal lo niegue) de los procesos que pasan necesariamente por “la densidad” societal y política. Le guste o no le guste al orquestador principal de “la prisa” socio-política, que solo calienta y enrarece la atmósfera a lo largo y ancho del territorio nacional, induce contenciosos tribunalicios de riesgo, y exacerba los ánimos de los colectivos sociales. 

Las antedichas son sólo algunas notas simbólicas de lo que realmente pasa, sobre todo en la presente arremetida implacable contra el Poder Judicial, cuya “prisa” no se justifica, pero mucho menos la turbia y grosera manera de arrollar a una cincuentena de miles de esforzados trabajadores mexicanos del Derecho Positivo Mexicano. 

Recordemos, en la Esfera Social/Cultural. Las libertades tanto individuales como sociales son materia consagrada de nuestra Constitución Política. No están a debate, mucho menos a su expulsión de la Carta Magna. Ha sido, sobre todo en el último tercio del gobierno López-Obradorista, el objeto de su implacable ataque; que antepone a la supuesta primacía de su “investidura presidencial”. Tan desbocada hybris o soberbia de sus reales facultades, no tienen asidero alguno en su primera magistratura. Ha pretendido ser el poder sobre todos los poderes del Estado, transgrediendo explícitamente los límites Constitucionales. 

En este apartado no vemos expresión alguna del continuismo de su hegemonía absoluta sobre el Estado Mexicano, la supresión que plantea del federalismo innato a la Revolución Mexicana, probablemente su mayor incoherencia con ese movimiento histórico, hace caso omiso de por lo menos un siglo que tomó a México Independiente para la refundación de sus Estados libres y soberanos de la Constitución de 1857; cuyo fundamento quedó sellado en el Pacto de la Unión de la Constitución de 1917. Un siglo ya de preexistencia a sus devaneos autoritarios y dictatoriales. 

Una desmesurada acometida contra un Poder constitucional Instituido, ¿para qué? ¿Para quién?

[email protected] 


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