Conflicto y justicia ambiental en el norte de México: “Agua saludable para La Laguna” | Plaza pública por Enrique F. Pasillas Pineda - LJA Aguascalientes
29/06/2024

La región de La Laguna, también conocida como Comarca Lagunera, está integrada por las ciudades de Lerdo, Durango y Torreón, Coahuila, con una población combinada de 1,434 000 habitantes en 2020 según el INEGI. Como se sabe, La Laguna es una región de gran relevancia debido a su histórica importancia económica. Por eso se le considera la capital alterna de los estados de Durango y Coahuila, respectivamente. En dicho contexto es especialmente relevante la presencia en la región de una industria lechera relacionada con una conocida marca de productos lácteos de distribución nacional bajo el nombre comercial de “Leche Lala”, que sin duda es una de las más importantes del país. Sin embargo, la disponibilidad de agua en La Laguna ha sido un problema persistente y cada vez más crítico (cuenca hídrica Aguanaval-Nazas-Torreón), donde sabemos de las crecientes cantidades de agua que se requieren para producir leche de modo industrial. Ello en un medio ambiente semi desértico, como es el del norte-noreste de México. Así, los actuales conflictos por el agua en La Laguna no solo reflejan una crisis de recursos, sino también una lucha social por el equilibrio ambiental y la salud de sus habitantes, donde la conflictividad obedece a múltiples causas interrelacionadas, como el crecimiento demográfico y urbano, la agricultura intensiva o la industria local. Y también habrá que apuntar la corrupción e ineficiencia sistémicas de las autoridades y gestores del agua. 

Pero resulta que de acuerdo al World Resources Institute, La Laguna es una de las regiones con mayor estrés hídrico de México -se dice que hay estrés hídrico cuando la demanda es más alta que la oferta disponible- (Milenio, 27-04-2023). En este marco, la sobre explotación de los acuíferos es una consecuencia directa de una demanda de agua insostenible ambientalmente hablando. Ello porque la extracción de aguas subterráneas ha llevado a una disminución creciente de los niveles freáticos, lo que provoca la degradación de los ecosistemas locales y reduce la disponibilidad. Luego habría que hablar del tema de la depuración deficiente de las aguas que al ser vertidas sin el tratamiento adecuado, contamina los mantos freáticos, volviendo el asunto un problema ambiental sistémico. Además, la gestión inadecuada y las políticas públicas al menos insuficientes, pero frecuentemente opacas o francamente corruptas, han contribuido a la actual crisis del agua en La Laguna, porque la falta de observancia de las débiles regulaciones legales, así como una planeación y gestión inadecuada, por años, sumadas a la corrupción endémica, han permitido una explotación descontrolada de los recursos hídricos que beneficia a pocos y perjudica a la gran mayoría social; de allí la necesidad imperiosa de hablar de justicia ambiental como parte de la discusión sobre el asunto.

Las consecuencias de este conflicto por el agua son numerosas. Ambientalmente, la región enfrenta procesos de desertificación y pérdida de biodiversidad debido a la reducción de zonas húmedas, contaminación y encogimiento de los mantos freáticos y degradación de los suelos. La disminución de la calidad y cantidad de agua disponible afecta directamente a la flora y fauna local, alterando el equilibrio socio-ambiental de la región lagunera. Económicamente, la crisis hídrica ha llevado a una disminución en la productividad agrícola, pero la escasez de agua también impacta negativamente a la industria, que depende de este recurso para sus operaciones cotidianas. Socialmente, los conflictos entre diferentes usuarios del agua, como agricultores, industriales y poblaciones urbanas, se han intensificado. Por ejemplo, en términos de salud pública, la contaminación del agua para consumo humano es un problema grave dada la sobreexplotación y el uso de agroquímicos que han contaminado muchas fuentes de agua, provocando numerosas enfermedades entre la población, donde asuntos tan graves como los problemas derivados de la presencia de altas dosis de arsénico en el agua han sido ampliamente documentados, afectando la salud de muchas personas en la región (Milenio, 27-04-2023). 

Ante la seriedad de dichas cuestiones, se han planteado diversas respuestas y soluciones. Las iniciativas públicas presentadas hasta el momento incluyen la implementación de políticas más estrictas para regular el uso del agua y promover su conservación, depuración y reuso. La gestión sostenible del agua demanda la participación comunitaria en la toma de decisiones, así como también lo es concientizar y sensibilizar a todos los sectores de la población sobre el uso responsable del agua para generar cambios significativos en el mediano plazo. 

Pero el conflicto por el agua en La Laguna es un problema multifactorial y complejo que requiere una respuesta amplia, puesto que la gestión integral y sostenible es fundamental para asegurar el bienestar de la región y sus habitantes. Es necesario entonces un esfuerzo conjunto de gobiernos locales, comunidades y sectores productivos para abordar las crisis y proteger prioritariamente los recursos hídricos para hacerlos sostenibles ante el cambio climático y la desertización de los territorios que afrontan evidentes riesgos por su clima padecen sequías crónicas persistentes. 

En este contexto, el plan del gobierno denominado “Agua Saludable para La Laguna” es un conjunto de obras de infraestructura integrado por una planta de bombeo, una planta potabilizadora, una presa derivadora, tanques de almacenamiento, acueductos y ramales de distribución, con un costo de infraestructura de 14 mil millones de pesos. El plan es una iniciativa que busca ser integral para garantizar el suministro sostenible y equitativo de agua, abordando tanto las necesidades humanas como las ambientales que contemplaba también la implementación de tecnologías para el tratamiento y distribución del agua, la rehabilitación de infraestructuras hidráulicas y la promoción de prácticas agrícolas e industriales que reduzcan el consumo de agua. Además, enfatiza la importancia de la educación y la participación comunitaria, fomentando la conciencia sobre el uso responsable del agua y la protección de los acuíferos. 

La crítica a dicho plan se centra en varios aspectos clave. Opacidad y dispendio en el manejo de los recursos asignados y resultados escasos, por ejemplo (Los claroscuros del proyecto Agua Saludable para la Laguna, La Izquierda Diario, 2 de agosto de 2023). Algunos expertos y activistas señalan también que el plan se enfoca en soluciones de infraestructura, pero no aborda las causas reales de la crisis hídrica como la sobreexplotación de acuíferos y la falta de cumplimiento de la regulación del uso del agua. Como se apuntaba, también existe preocupación por la transparencia y la participación ciudadana puesto que la ciudadanía considera que sus voces y aportaciones no están siendo tan consideradas. También se ha cuestionado la viabilidad financiera del proyecto, argumentando que las inversiones necesarias podrían no estar garantizadas, lo que pondría en riesgo la viabilidad del mismo. Finalmente, algunos sostienen cuestiones que tienen que ver con la justicia ambiental, puesto que el plan podría beneficiar mucho a sectores industriales y agrícolas tradicionalmente poderosos en la región, mientras que las comunidades más vulnerables seguirían enfrentando numerosas y crecientes dificultades para acceder a agua limpia y segura para el consumo humano, que como todos sabemos, es un derecho fundamental según el artículo 4º Constitucional.

Es así como la defensa social y comunitaria de los recursos hídricos frente a diversos actores dentro y fuera de la región lagunera, convierte el caso en ejemplo significativo de conflicto socio-ambiental en el norte de México frente al extractivismo hídrico, aunque es claro que la gestión de conflictos ambientales en la región es una tarea que demanda una intervención pública integral y sostenida ¿Sirve de ejemplo lo que ocurre en La Laguna para ilustrar la creciente problemática de otras cuencas lecheras importantes en el país, como bien puede ser el caso de Aguascalientes? El autor es miembro del Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) del Consejo Nacional para las Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT). 

P.S. “Si las guerras se pueden declarar con mentiras, la paz se puede iniciar con la verdad”: Julian Assange.


@efpasillas


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