- De manera general, los consejeros del INE celebraron al unísono la organización de la elección por parte de la institución, y remarcaron las cifras que hacen de este proceso el más amplio en la historia del país: 20 mil 708 cargos a renovar, 98.3 millones de votantes
En el arranque de la sesión extraordinaria del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), los representantes de los bloques partidistas se adelantaron al cierre de las casillas, que tendría lugar a las 6 de la tarde: el bloque opositor advirtió sobre el posible uso de encuestas de salida “amañadas”, mientras el bloque oficialista aseveró que la oposición tratará de “descalificar” el resultado.
“La defensa del resultado se da hoy en las urnas y en los próximos días en los tribunales y, si es necesario, en las calles, frente al despropósito ya anunciado por el PRIAN de impugnar la voluntad del pueblo”, planteó Hamlet García Almaguer, representante de Morena ante el INE.
Además de repetir las denuncias que han presentado desde el arranque de la campaña -sobre la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador en las elecciones y sobre la inseguridad en el país-, voces del bloque PAN-PRI-PRD advirtieron sobre la posible publicación de encuestas de salida amañadas, que podrían servir para presentar resultados inflados a favor de Morena.
“El problema no es que alguien tire su dinero para creerse un cuento, el tema es que se usa para repetir una realidad que no existe, y es un fraude muchas de las veces cubierto con fondos públicos”, dijo Rubén Moreira Valdés, uno de los representantes del PRI ante el organismo autónomo.
El representante de Morena, García Almaguer, reviró a los opositores que la derecha buscará “descalificar el resultado” de las elecciones, el cual marcará la “contundencia” del resultado de Morena y la derrota de los partidos rivales. El político se lanzó por su parte contra Norma Piña Hernández, a quien acusó de presionar a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), quienes calificarán el proceso electoral y sus resultados.
Su correlegionario, Sergio Gutiérrez Luna, denunció por su parte la existencia de una campaña en redes sociales a favor de la candidata opositora Xóchitl Gálvez, nutrida por bots y por figuras del PAN -como el expresidente Felipe Calderón Hinojosa o Max Cortázar- a pesar de la veda electoral.
En nombre de Movimiento Ciudadano (MC), la expriísta Ivonne Ortega asumió el rol de la tercera fuerza en la lucha electoral de este 2 de junio, pues repartió señalamientos hacia los dos principales bloques.
“Los grupos de partidistas polarizados han trazado el ordenamiento legal al realizar actos anticipados de campaña, disfrazándolos y simulándolos con otro tipo de actividades, llamándolas, por ejemplo, asambleas informativas, entre otros”, deploró la exgobernadora de Yucatán, en referencia a las precampañas fuera de los tiempos legales lanzadas por Morena en junio de 2023, e imitadas por la oposición semanas después.
Durante la sesión, el representante del PAN, Luis Gerardo Serrato Castell, aseveró que la elección de hoy marcará una decisión entre “el autoritarismo y la democracia”, una línea discursiva empleada por la oposición a lo largo de la campaña.
García Almaguer, de Morena, rechazó esta disyuntiva, y aseveró que las urnas definirán si los ciudadanos quieren “justicia social” o “privilegios”; “libertad” o “represión”, “respeto” o “racismo”, pero también “soberanía nacional” o “entreguismo”.
De manera general, los consejeros del INE celebraron al unísono la organización de la elección por parte de la institución, y remarcaron las cifras que hacen de este proceso el más amplio en la historia del país: 20 mil 708 cargos a renovar, 98.3 millones de votantes, 179 mil 179 casillas instaladas, 1.5 millones de funcionarios de casilla, y 2.2 millones de representantes de partidos políticos.
Solo un consejero, José Martín Fernando Faz Mora, temperó los alabos hacia la solidez de la democracia en el país: tras llamar a no caer en la “autocomplacencia” recalcó que, desde la creación del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), en 1990, se generaron esperanzas de que las elecciones libres crearían “contrapesos institucionales” que permitirían combatir la corrupción, proteger la libertad de expresión y reducir las brechas de desigualdad.
“Estas expectativas, nacidas del entusiasmo y de la culminación de una lucha generacional por la garantía de nuestros derechos, se ha topado de frente con una realidad actual que desafortunadamente le contrapone todavía”, señaló el consejero.
La consejera Claudia Zavala Pérez también dio un discurso que matizó el entusiasmo general, pues advirtió sobre la existencia de “intereses bárbaros y violentos, egoístas y ambiciosos, que deliberadamente impulsan a un deterioro de la legalidad de nuestro consenso, con el fin de sustituir el orden constitucional por una especie de la ley del más fuerte”. Y exhortó: “¡No lo permitamos!”.
Anticipando un escenario de conflicto poselectoral, el consejero Jaime Rivera Velásquez recordó a los partidos que tienen el deber de aceptar “el veredicto de las urnas, aunque no les favorezca”. Agregó que “no será legal ni democrático el rechazo genérico de los resultados ni la deslegitimación de las elecciones”.