El país está sumido en una crisis de violencia como no se veía, quizás desde la Revolución Mexicana, hemos tenido el sexenio más violento en la historia contemporánea de México; tan solo en el mes de abril superamos tres veces nuestro propio récord como el día más violento en la historia del país. Las cosas no andan bien en México, por más que la mentira oficial así lo diga, y que los muchos candidatos, como merolicos lo repitan, eso no lo hace cierto.
Luis Donaldo Colosio Riojas
Candidato a senador por Nuevo León
Escasas tres semanas exactas restan para la última encuesta que dará cuenta de las verdaderas preferencias electorales de los poco más de 100 millones de ciudadanos inscritos en el padrón electoral registrados en el territorio nacional y en el extranjero y que, de manera definitiva, se manifestarán el próximo 2 de junio, y que serán las elecciones más grandes e importantes de la historia contemporánea de México, en las cuales se elegirán más de 20 mil cargos de elección popular, incluidos la presidencia de la república, 128 senadores, 500 diputados federales, 9 gobernadores, cientos de diputados locales, miles de presidentes municipales, regidores y síndicos de prácticamente todos los ayuntamientos del país.
Los criterios que habremos de considerar los ciudadanos que participaremos con la emisión de nuestro voto, estarán fundamentalmente marcados por los resultados contantes y sonantes que los titulares de los gobiernos federal, estatales y municipales ofrecieron durante el período de su gestión al frente de sus respectivos cargos. El 2 de junio del 2024, los discursos y promesas quedarán, en su gran mayoría, guardados en el último rincón de la memoria para los sufragistas frente a las boletas y la urna.
El pensamiento y las reflexiones se centrarán en los efectos y las personas alrededor del votante: ¿tuve empleo en los últimos seis años? ¿bien remunerado?; mi familia ¿tuvo acceso a servicios de salud pública, dignos y oportunos, o debí llevarlos al consultorio de la farmacia de la esquina y comprar yo los medicamentos? O bien ¿tuve que endeudarme para conseguirle atención especializada a mi esposa, a mis hijos, a mis padres? ¿Cómo me fue en la pandemia de los años 2020 y 2021? ¿Recibí atención oportuna y adecuada de las autoridades sanitarias? ¿Encontré cama para mi enfermo, para mí? ¿con mi pariente fallecido, cuál fue el trato que recibí? ¿Encontré y recibí algún apoyo económico para sortear la pandemia y mantener mi negocio a flote esos dos años de emergencia sanitaria? 300 mil muertes evitables de mexicanas y mexicanos, provocadas por la negligencia e incompetencia sanitaria del gobierno federal para evitar esa desgracia.
En educación, ¿encontré espacio en las escuelas públicas para mis hijos? ¿eran escuelas dignas, limpias, con servicios? ¿salieron bien preparados? ¿las mujeres, jefas de familia, recibieron los apoyos necesarios para el cuidado y educación de sus hijos, como escuelas de tiempo completo o con desayunos calientes para los niños?
Respecto a la inseguridad, pensará el ciudadano frente a la urna: me han asaltado tantas veces, en mi negocio, debo pagar tanto derecho de piso o protección para poder trabajar. Respecto a las muertes violentas, en lo que va del sexenio encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador la suma alcanza la cifra de 186,444 homicidios dolosos, y, otro dato terrible, son los 50,888 desaparecidos no localizados, ambas cifras al 10 de mayo pasado (según un recuento del despacho TResearch International publicado por el portal López-Dóriga Digital), cifras directamente relacionadas a la insufrible y fallida estrategia de “abrazos no balazos”.
Por otra parte, durante el primer trimestre del 2024, se registraron por las autoridades 184 feminicidios, esto es, a razón de 2 casos cada día, pero lo alarmante son el número de llamadas al 911 por violencia de género o a niñas y niños, que suman 80,384, esto es un incremento respecto al período del año anterior superior en un 5% (Ana Karen García, El Economista, 25/04/24). Quizá el ciudadano común, el que está enfocado en llevar el sustento a su casa, esté más preocupado por regresar sano y salvo al final de su jornada, no tenga las estadísticas en su mente, pero la preocupación de sortear el día a día, esa siempre está presente, y lo estará con las boletas en su mano el 2 de junio, eso es seguro.
Los próximos 21 días serán cruciales para las aspiraciones de los aspirantes a los cargos de elección popular en juego. Unos, los oficialistas, estarán apostando a la desmemoria ciudadana, a que sólo recuerden los apoyos económicos o en especie que han recibido, los dineros de los “Jóvenes construyendo el futuro” (¿cuál futuro, si sólo van al día?), los de los adultos mayores y las personas con discapacidad. Porque los apoyos al campo, a la ciencia, a las artes, todos han desaparecido uno tras otro, sin explicación alguna, y sí, con señalamientos de corrupción, sin pruebas claro, basados en “los otros datos”, y las calenturas presidenciales.
Otro enorme pendiente que estará en la memoria ciudadana, será el del “combate y fin a la corrupción”, combate desde el principio perdido ya que el principal obstáculo para derrotar ese flagelo lo constituye el propio gobierno del presidente López Obrador, a través de su protegido clan, integrado por José Ramón, Andy y Bobby López Beltrán, hijos y protegidos presidenciales, así como hermanos, primas, amigos y otros cercanos al primer mandatario, como sus candidatos, la presidencial Sheinbaum y sus Panamá Papers, los cárteles inmobiliarios de Manuel Bartlett y Rocío Nahle, su exchofer Nico, entre otros oscuros personajes. Así, la corrupción, más allá del pañuelito blanco de las mañaneras, está más presente y vigente que nunca.
Agreguemos las investigaciones que la DEA tiene abiertas contra López Obrador por la presunta entrega de al menos 24 millones de dólares a sus campañas del 2006, 2012 y 2018, que tienen en una vigencia intensa la etiqueta de #NarcoPresidenteAMLO desde el 30 de enero del presente año.
Finalmente, los apagones de los últimos días en diversos estados del país presagian quizá el próximo apagón de la 4t.