Síntesis estoica | La columna J por Roberto Ahumada - LJA Aguascalientes
03/07/2024

“En los patíbulos donde se esconden los grandes ideales, se forjan los presentes con el abrazo al dolor y la disposición de reinterpretarle”.

Estimado lector después de cuatro semanas de abordar la filosofía estoica, es necesario poder elaborar una síntesis de los temas expresados, el tiempo vuela, ya estamos en abril, el 25 % del año se ha ido en un abrir y cerrar de ojos, las campañas siguen avanzando y los devenires resultan juiciosos ante panoramas poco alentadores, por ello es importante hablar de estoicismo, no sin antes agradecerle en demasía por su tiempo y atención para leer este reconocido medio LJA.MX.

El primer estoico que vimos fue a Zenón de Citio, un hombre acaudalado que se dedicaba al comercio y que en un viaje que hacía su embarcación se hundió con toda la mercancía que tenía, es decir, con todo su patrimonio. Al encontrarse en medio de la nada tuvo a bien tomar la instrucción de Crates de Tebas, de quien aprendió la filosofía aplicada, al resignificar su situación decidió crear su escuela, la cual estaba situada en la estoa, por esa razón a sus aprendices y alumnos se les denominó “estoicos”. Ahora bien, todos en esta vida hemos pasado por una pérdida material, todos hemos estado preocupados por la materia, es por ello que la reseña de Zenón nos invita a entender que en esta vida todo pasa, que la materia perecerá, pero el dominio de nuestros sentimientos prevalecerá con el entrenamiento adecuado. 

El segundo estoico que vimos fue Epicteto, un personaje que prácticamente le tocó ser esclavo 40 años de su vida, ante esa situación siempre optó por aceptar su condición, pues no dependía de él su libertad, cuando la vida le otorgó la libertad entonces escribió una obra que se llama Manual de vida y del mismo modo fundó su escuela, la cual ayudó a inspirar a muchas personas en la era antigua. Al igual que Epicteto los seres humanos distamos en demasía de acuñar un concepto objetivo de libertad, somos presos de la economía, del sistema político, de la modernidad, lo único que nos queda es tener la claridad de que de un modo u otro todos somos libres y todos somos esclavos, partimos de la resignificación para interpretar las cosas de un modo distinto y abrazar al destino, amarle tal y como es. 

“Recibe sin orgullo, despréndete sin apego”.

El tercer estoico que refirió esta columna fue Séneca, el hombre acaudalado que estuvo vinculado toda su vida al poder y a la elite política de Roma, asimismo, siempre se destacó por ser un gran orador al punto que Calígula le envidió, fue un escritor que dejó obras que aún perduran. En él tenemos un claro ejemplo de la parsimonia que debe de imperar en las personas, considero que de lo más destacado que leí en su biografía, fue el hecho que Nerón le haya condenado a la muerte por medio del suicidio, a lo que Séneca no se rehusó, tal y como Sócrates, al momento en que llegan por él los guardias, el estoico se mostró entusiasmado y de buen carácter pues iba al encuentro con la muerte, al fin podría mirarle a los ojos. El memento mori es una expresión que extiende la reflexión y la conciencia sobre la muerte, ya que nos acecha, pero mientras haya vida no hay muerte, en tanto que debemos de vivir la vida de un modo íntegro y virtuoso, siendo conscientes de ello.

El cuarto filósofo estoico que se abordó en este espacio, fue el último buen emperador que tuvo Roma, Marco Aurelio, forjado en las lides militares y en los espacios de poder, este filósofo escribió un diario que era una especie de meditación ante las situaciones que se le presentaban, posiblemente la persona con mayor poder en sus tiempos, fue alguien equilibrado, ecuánime, parco, vivía en el justo medio. Todos en esta vida tendremos un coto de poder, una jerarquía, una responsabilidad antes más personas, el ejemplo de Marco Aurelio nos invita a ser buenos, a no dejarnos guiar por las ínfulas de poder, alejarnos de la soberbia y tener siempre en claro que todo pasa, incluso el poder absoluto también pasa. 

Ante los momentos que se viven en la sociedad, estimado lector, me queda perfectamente claro que los individuos, porque ya no somos sujetos, estamos solos ante el presente fugaz, optar por una filosofía práctica como lo es el estoicismo nos da la oportunidad de dilucidar la vida de un modo sencillo y virtuoso, la vida es, la vida se va, nosotros estamos y somos, pero las adversidades no dialogan con nuestra razón, la mente que domina las pasiones y los sentimientos abrazará la vida de un modo sublime. No malgastes más tiempo argumentando acerca de lo que debe ser un buen hombre. Trata de ser uno.

In silentio mei verba, la palabra es poder.



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