La Enfermedad Renal Crónica (ERC) entre las principales causas de muerte en México. Diabetes, hipertensión y estilo de vida poco saludable podrían detonar ERC
Bajo el lema “Mi salud, mi derecho”, el Día Mundial de la Salud de este año (7 de abril) enfatiza el derecho fundamental de todas las personas a recibir atención médica adecuada, especialmente, aquellas que viven con Enfermedad Renal Crónica (ERC), una condición que se encuentra entre las diez principales causas de mortalidad en México.
El doctor Sergio Hernández, médico nefrólogo, enfatizó la importancia de la prevención y el tratamiento temprano de la ERC para mejorar significativamente la vida de los pacientes y disminuir la carga para el sistema de salud. “La ERC no sólo afecta la salud del paciente, sino también su bienestar emocional, su capacidad para trabajar y, por ende, el sustento para su familia”, apuntó el especialista.
“La Enfermedad Renal Crónica lleva consigo varios retos, desde el desafío de obtener diagnósticos oportunos, hasta la lucha por acceder a tratamientos de calidad y excelencia médica”.
Expuso que este escenario provoca una brecha preocupante en el derecho a la salud especialmente, en un país donde la diabetes presenta una prevalencia del 18% en la población adulta, lo que equivale a 14.6 millones de personas; asimismo, estima que el 47.8% de los adultos mexicanos, unos 39.7 millones, sufren de hipertensión, por ello la detección oportuna mediante análisis de sangre y orina, junto con el manejo adecuado de las condiciones subyacentes, puede significar una diferencia sustancial en la progresión de la ERC.
“Es muy importante mantener informada a la población sobre cómo prevenir la enfermedad renal y las opciones de tratamiento existentes”, añadió el doctor Hernández.
Apuntó que este conocimiento no sólo es vital para quienes ya padecen ERC, también puede ayudar a reducir su incidencia en general.
El Día Mundial de la Salud representa una gran oportunidad para analizar cómo se debe cumplir con el derecho inalienable a la salud, para lo cual, es imprescindible seguir aumentando la inversión pública que se destina para estos fines y con ello proporcionar una cobertura que garantice a todos los pacientes el acceso a la atención médica y los tratamientos necesarios, para cumplir así con su derecho fundamental de acceso a la salud.