“La dominación perfecta es aquella en la que todos los humanos solamente juegan. Juvenal caracterizó con la expresión ‘panem et circenses’ aquella sociedad romana en la que ya no era posible la acción política. La gente se calla con comida gratis y juegos espectaculares. Renta básica y juegos de ordenador serían la versión moderna de ‘panem et circenses’”: Byung Chul Han.
Estimado lector de este reconocido medio LJA.MX con el gusto de saludarle y sobre todo agradeciendo en demasía su tiempo y su atención, nuevamente continuamos la reseña de la modernidad líquida, como anticipé la semana pasada en esta ocasión expresaremos una ligera reseña de los temas referentes a la religión y la velocidad con la que interactúa la sociedad.
Hace 70 años éramos 200 veces menos productivos de lo que somos ahora, no obstante, la posibilidad de que las nuevas generaciones puedan generar el mismo patrimonio que una persona hace 70 años se reduce a un 15 %. Tal vez el mejor ejemplo para poder increpar la velocidad con la que funciona la sociedad es la comida rápida, ya que refleja todo un esquema sistematizado para poder proveer una de las primeras necesidades del ser humano bajo una presentación estética y con un contenido precario, que el ser humano no tenga tiempo para sentarse a comer y preparar y masticar sus alimentos es una paradoja irónica. Existe la constante necesidad de que todo salga rápido, las canciones en Spotify optan por formatos de 3 minutos porque así pueden tener más canciones de menor tiempo y evidentemente de menor calidad, sin aludir a Peso Pluma.
Las redes sociales demandan que prácticamente todos los días subamos contenido, de lo contrario, simplemente no existimos. Las modalidades educativas no están muy lejanas: “termina tu licenciatura ejecutiva en un año”, lo que antes tardaba cinco años hoy se ha reducido a uno, sin increpar en la consistencia. Es decir, se ha creado un sistema de velocidad verdaderamente irónico ¿Para que se pretende vivir más rápido, para morir más pronto? La vida contemplativa ha quedado como una reseña metafórica de los Vedas.
“El big data sugiere un conocimiento absoluto. Las cosas revelan sus correlaciones secretas. Todo se vuelve calculable, predecible y controlable. Se anuncia toda una nueva era del saber. Según la lógica de Hegel, la correlación representa la forma más baja de saber”: Byung Chul Han.
En alusión al tema de la religión se puede observar que las religiones cada día pierden adeptos y seguidores, considero que tiene una correlación con el tema de la identidad y del mismo modo con el sentido individualista de las personas que les da igual o no el hecho de tener un meta discurso que le dé sentido a su vida. Las necesidades materiales y consumistas permean sobre las religiosas, la liberalización de la sexualidad, la equidad de género, la inclusión de minorías ha ido resquebrajando poco a poco el sentido de pertenencia de las personas a un tema religioso.
“Europa occidental es menos religiosa que Estados Unidos, aunque el porcentaje de cristianos en el último país pasó de 78 a 63 en 15 años y de personas sin religión creció de 16 a 29 por ciento (de 2007 a 2022). Los países donde va tomando menor importancia la religión son España, Canadá, Australia, Holanda, EU, Gran Bretaña e Italia, entre otros; con un descenso medio de importancia a lo religioso se registran en Túnez, Francia, Sudcorea, Hungría, México, Sudáfrica y Argentina; y a menor velocidad descienden quienes se adscriben como judíos, islámicos, hinduistas y budistas” (Rodriguez, 2023).
Existe un punto adicional que me gustaría expresar sobre el tema de la religión agregando la variable de la inteligencia artificial y la tecnología. Yuval Noah Harrari en su libro Homo Deus refiere que prácticamente los humanos estamos teniendo el rol de dioses, y es que prácticamente ya podemos crear vida a partir de la genética y sus avances, la meta dimensión que se está generando está marcando una pauta un punto de inflexión en nuestra historia.
Partiendo de este hecho, las religiones poco sentido tendrían, sería como el diálogo que manifiesta Dostoievsky en Los hermanos Karamazov cuando se aborda la controversia de si Dios creó al hombre o si el hombre creó a Dios. Un punto que ya casi no será debatible o sujeto al pensamiento crítico puesto que en esta modernidad bastará preguntarle a Alexa y su palabra será ley moral, lista para publicarse en una red social y que alguien lo replique como una verdad absoluta y con esto crear una cámara de eco.
Para ir cerrando con esta columna y sobre todo nuevamente agradecerle por el tiempo que le dedica a esta columna, cito al filósofo surcoreano. “Nos encaminamos hacia una era trans y poshumana en la que la vida humana será un puro intercambio de información. El hombre se deshace de su ser condicionado, de su facticidad, que, sin embargo, lo hace ser precisamente lo que es. El hombre procede del humus, esto es, de la tierra. La digitalización es un paso consecuente en el camino hacia la anulación de lo humano. Es probable que el futuro humano se halle preestablecido: el hombre se anula para hacerse absoluto”: Byung Chul Han.
Pan y circo sistematizados son el entretenimiento fatídico que vence y convence a la masa, en las distintas facetas que tiene la materia, después de haber sido sólida, se hace líquida, lo interesante aquí es que la próxima faceta es la evaporación, tal vez en unos doscientos años alguien escriba sobre la sociedad evaporizada.
In silentio mei verba, la palabra es poder.
