El presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro (68), cuando en 2022 perdió la elección frente a Luiz Inácio Lula da Silva (78) pretendió dar un Golpe de Estado.
En su calidad de comandante en jefe de la Fuerzas Armadas citó a una reunión en el palacio de la Alvorada, su residencia oficial, al ministro de Defensa, de la Fuerza Aérea y de la Marina.
Esto con el propósito de conseguir el apoyo de los militares, para impedir que el presidente ganador en las elecciones asumiera su cargo, el 1 de enero de 2023.
El 15 de marzo pasado el Tribunal Supremo de Brasil dio a conocer las declaraciones de los generales Marco Antonio Freire Gomes, entonces jefe del Ejército, y Carlos de Almeida Baptista, jefe de la Fuerza Aérea.
Confirman que Bolsonaro intentó reclutarlos para dar un Golpe de Estado y que los dos se negaron, pero que el jefe de la Armada, el almirante Almir Garnier, abrazó el plan y ofreció a sus marineros.
En octubre de 2022, en segunda vuelta, Bolsonaro perdió la elección por el 1.8 por ciento de los votos. A partir de ahí empezó a tramar el Golpe de Estado.
El general Freire Gomes, dice que la primera reunión de la cúpula militar la cita Bolsonaro el 1 de noviembre de 2022. Ahí el abogado general de la Unión afirma que no hubo fraude.
Bolsonaro pregunta “si se puede hacer algo contra el resultado” y el abogado le responde que los comicios “fueron legales”. Entonces comparece en público, pero sin aceptar los resultados.
De acuerdo a la información de los generales Freire Gomes y de Almeida Baptista, Bolsonaro en el mes de noviembre citó a cinco o seis reuniones con claro carácter golpista, para que Lula no asumiera la presidencia.
El general de Almeida Baptista dice en su testimonio que en una ocasión, cuando Bolsonaro plantea la posibilidad de atentar contra el orden democrático, le dice que él en ese caso tendría que “detener al presidente de la República”.
Para presionar a los comandantes militares que se negaban a sumarse al golpe, desde palacio, el 16 de noviembre de 2022, empieza una campaña en redes sociales en su contra.
El 7 de diciembre de 2002, Bolsonaro le presenta al almirante Garnier un borrador del decreto golpista que ordena una intervención militar, bajo el pretexto de una operación de garantía de la ley.
En ese momento el almirante se coloca a disposición del presidente. El 9 de diciembre, Bolsonaro se dirige a sus seguidores, por primera vez desde su derrota, y apela al pueblo: “¡Quien decide hacia dónde van las Fuerzas Armadas son ustedes!”.
El 14 de diciembre de 2022, Bolsonaro presenta a la cúpula militar otro borrador de decreto, para dar el golpe. De Almedia Baptista pregunta: “¿ese documento prevé la no asunción del cargo por parte del nuevo presidente electo?”.
Y añade que de ser así no acepta recibir el documento y sale de la sala. El borrador queda en la mesa. La campaña contra el general de la aviación se intensifica en redes sociales, le acusan de “traidor a la patria”.
El general Freire Gomez declara “que el Ejército no aceptará ningún acto de ruptura constitucional”. Y advierte a Bolsonaro de que se debe respetar el resultado de las elecciones y que de otra manera “puede derivar en responsabilidades penales del presidente”.
El 30 de diciembre de 2022, Bolsonaro huyó hacia Estados Unidos. El 1 de enero de 2023, Lula inicia su tercer mandato como presidente. El respeto a la Constitución que juraron cumplir los generales Freire Gomes y de Almeida Baptista impide el Golpe de Estado.
Información tomada del artículo de Naiara Galarraga Gortázar, El País, 17.03.24
@RubenAguilar