En la tercera etapa de su gobierno, Lázaro Cárdenas del Río (1895-1970) consolidó la Expropiación Petrolera, decisión histórica fundamental que independizó a México de empresas extranjeras que tenían concesión sobre el petróleo y le devolvió al pueblo este recurso natural, relató el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Ya que la gente, sobre todo los de abajo, están con él y hay organización, entonces empieza a recuperar los bienes que se habían entregado durante el porfiriato a extranjeros y así es como se lleva a cabo la Expropiación Petrolera”.
La medida anunciada el 18 de marzo de 1938 tuvo el respaldo de la mayoría de la gente. En la primera clase sobre Cárdenas, el jefe del Ejecutivo expuso que el expresidente atendió las demandas de campesinos y obreros e impulsó la formación de sindicatos nacionales.
Durante la segunda sesión en conferencia matutina detalló que las fotos de la época muestran el apoyo excepcional de mujeres y hombres indígenas, campesinos, obreros, maestros, empleados e integrantes de la clase media baja.
“Fue el pueblo raso el que apoyó y cooperó con el gobierno para el pago de las indemnizaciones a las compañías petroleras extranjeras. Cómo olvidar que tantas mujeres pobres donaron parte de sus bienes hasta animales de patio y sus humildes alhajas que poseían”.
Además del respaldo popular, el sexenio del general Cárdenas (1934-1940) contó con una circunstancia externa favorable: el gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Franklin Delano Roosevelt, explicó el mandatario a partir de la lectura del capítulo ‘El Humanismo Mexicano’ de su último libro: ¡Gracias!
Roosevelt impulsó una política de buena vecindad con países del continente americano, lo que quedó demostrado en el respeto a la soberanía de México durante la Expropiación Petrolera, acotó el mandatario en la cápsula de historia.
Un personaje que abonó a esta buena relación entre naciones fue el embajador de Estados Unidos en México, Josephus Daniels, quien afirmó que el presidente Cárdenas tuvo razón al promover que la riqueza del subsuelo se convirtiera en parte de la economía mexicana y que la crisis petrolera se debía a la negativa sistemática de empresas extranjeras a modificar su visión.
Al ser un político visionario, el presidente Cárdenas puso en práctica una política eficaz, supo administrar el tiempo y entender las coyunturas políticas y sociales que vivía México en el contexto internacional previo al decreto de la Expropiación Petrolera, indicó el jefe del Ejecutivo.
“Hicimos consideraciones de las circunstancias que podrían presentarse si Gobiernos como los de Inglaterra y Estados Unidos, interesados en respaldar a las empresas petroleras, presionaban al Gobierno de México con medidas violentas; pero tomamos también en cuenta que se presenta ya la amenaza de una nueva guerra mundial con las provocaciones que desarrolla el imperialismo nazi-fascista, y que esto los detendría de agredir a México, en el caso de decretar la expropiación”, anotó Cárdenas en su diario después de una conversación con su maestro, amigo y compañero, el general Francisco J. Múgica.
La decisión del general Cárdenas fue extraordinaria para el desarrollo de México. Sin embargo, enfrentó el cuestionamiento de conservadores que se opusieron a la expropiación del petróleo, aun cuando no afectaba a intereses privados nacionales.
Mañana, 26 de marzo, el presidente López Obrador abordará este momento en la tercera y última clase de historia sobre Lázaro Cárdenas del Río.
Ante representantes de medios de comunicación reiteró que las clases de historia exaltan la grandeza cultural y la excepcional historia política de México. “El actor, el protagonista principal de toda esta historia, siempre ha sido el pueblo de México; es el motor del cambio, pero ha habido dirigentes excepcionales, que también no los tienen en otros países. Por eso tenemos que recordarlos porque todos ellos nos dejaron enseñanzas que son muy valiosas para enfrentar el presente y tener un mejor porvenir”, aseveró.