Confesionario
Fuera de sí, el presidente Andrés Manuel López Obrador en un arranque de sinceridad o cinismo, transformó la conferencia matutina de púlpito a confesionario cuando se le pidió que especificara cuál es el papel que ha jugado la Fiscalía General de la República en el caso de la resolución de Emilio Lozoya y que al exdirector de Pemex se le permita seguir su proceso fuera de la cárcel. Antes que mencionar la ineptitud o ausencia de Alejandro Gertz Manero, el presidente decidió emprenderla en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en especial contra de la ministra presidenta Norma Piña Hernández y acusarla de encabezar una mafia.
Cabildeo
La pregunta a López Obrador era si no ha sido suficiente el trabajo de la Fiscalía de Gertz Manero, la respuesta del presidente fue otra cosa; si el chaleco que usted viste es de color guinda, lo que el presidente reveló fue que desde el Poder Ejecutivo se cabildea con la Suprema Corte en aquellos casos que le parecen de interés público; que cuando Arturo Zaldívar presidía la SCJN bastaba una llamada telefónica para llamar la atención y el fan número uno de Taylor Swift le diera un empujoncito a los jueces para que no se equivocaran. De acuerdo al morenaje, lo que confesó López Obrador no es nada que no se hiciera antes y nada que esté fuera de la ley, porque, como él dijo, fue respetuoso de la autonomía de la Corte.
Otro chaleco
Si el chaleco que viste es de cualquier otro color que no sea guinda, entonces lo que confesó López Obrador fue que intervenía en las decisiones de la Corte y confirmó que Arturo Zaldívar nunca fue empleado de Felipe Calderón (como él mismo ha señalado) pero sí vasallo del actual presidente; en su revelación, el presidente exhibió que le pedía un trato especial a Arturo Zaldívar, violando la ley, y que cuando Norma Piña llegó ya no había quién le ayudara, alegando autonomía; sin recordar que quien canceló la comunicación entre Presidencia y la Corte fue López Obrador.
Reprobado
En un posicionamiento de la Barra Mexicana de Abogados se indica: “Reprobamos el conflicto de intereses entre el Ministro Arturo Zaldívar y el Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cual, especialmente durante la gestión del entonces Ministro como Presidente de la SCJN, subraya la ausencia de controles éticos por parte del Ejecutivo Federal y representa un ataque deliberado a la independencia judicial”.
Por la boca muere
Lo que López Obrador dijo fue (la cita tiene que ser extensa, para que no nos acusen de eliminar contexto): “Cuando el ministro Zaldívar estaba de presidente de la corte había más recato. Todavía, cuando había un asunto así de ese tipo, de este tipo, nosotros respetuosamente interveníamos, porque es que no sólo es la libertad, aun cuando se trate de libertad domiciliaria, para políticos, sino la delincuencia organizada, con mucho poder. Acaban de suceder casos así, en donde los jueces protegen y ordenan que se libere a un delincuente en horas, no 72 horas, en 24 horas y un sábado, y tenemos que andar pendientes para ver si no tienen otras órdenes de aprehensión, en algunos casos sí y ya no salen. Pero cuando se daban estos hechos y estaba Zaldívar, se hablaba con él y él podía, respetuoso de las autonomías de los jueces, pero pensando en el interés general, pensando en la justicia, en proteger a los ciudadanos ante el crimen, hablaba con el juez y le decía: ‘Cuidado con esto’. Si viene mal la averiguación, porque el ministerio público en vez de poner que detuvo a la persona, detuvieron a la persona a las 9:00 de la mañana, encontró de que lo detuvieron a las 11:00, y con ese hecho podía dictar la libertad. No reponer el procedimiento, no llamar al ministerio público. ‘Oye, a ver, explica’, porque estamos hablando de un señor que se dedicaba al secuestro, un señor homicida. No es nada más así de que, por un error lo vamos a dejar en libertad, porque usan como excusa todo ese tipo de cosas, ¿no? Entonces, él ayudaba. Llega la señora Piña y dice: ‘Los jueces son autónomos’, o sea, licencia para robar, o sea, hagan lo que quieran, porque así tiene fuerza al interior del Poder Judicial; o sea, es una relación de componendas y de complicidades, como si se tratara de una mafia”.
La mejor opinión
Por supuesto, la tendrá usted carísimo lector, si escribimos que la confesión de López Obrador es la revelación de un ánimo autoritario que confunde autonomía con sumisión, ya sabemos qué nos van a decir, después de llamarnos ingenuos, que no entendemos nada de la realpolitik y que sí, pero el PRI robó más, porque Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Ernesto Zedillo hicieron lo mismo, y como diría Jaime Maussan: y nadie hizo nada. A todo esto, ¿dónde está el cuestionado Alejandro Gertz Manero?, seguramente haciéndole compañía a Arturo Zaldívar, a quien como americanista cuando pierde su equipo, se le cayó el internet. Mucho tendrán que explicar este par, en especial porque con la salida de la cárcel de Emilio Lozoya, ya se compara este caso con lo que no se hizo con Rosario Robles y Jesús Murillo Karam.
Tómbola
Otros que están reprobados, al igual que su líder moral y Jefe Máximo (en el sentido de Plutarco Elías Calles) son los de Morena, que ayer revelaron una lista de más 300 aspirantes que pueden ser integrados en la lista de candidatos plurinominales a la Cámara de Diputados y al Senado, como para el morenaje los métodos de elección de sus representantes son un juego, eligieron hacerlo mediante una tómbola y, siguiendo su tradición, todo les salió mal, se equivocaron con los números, con las asignaciones… Así que si usted ya se había apurado a felicitar a los ungidos, tendrá que aguantar un rato más a las listas oficiales.
Palomeados
La lista de Morena es larguísima incluye a Elena Poniatowska, Epigmenio Ibarra, Paco Ignacio Taibo II, Adán Augusto López, Rafael Barajas Durán, Armando Bartra Vergher, Óscar Cantón Zetina, Jorge Gómez Naredo, Ignacio Mier Velasco, Enrique Semo, Nora Ruvalcaba, Ricardo Sheffield Padilla, y Leonel Godoy Rangel, entre muchos otros, con pocas sorpresas, como el hermano del presidente: José Ramiro López Obrador, que es la que más destaca al momento.
Tres tristes tigres
Al cierre de esta edición no hay nada para nadie, Morena no ha difundido la lista definitiva y oficial, por eso le decíamos que aguantara las carnitas, incluso para felicitar a los tres políticos locales que fueron inscritos en la Circunscripción 2: Ivone González Martínez, Gilberto Gutiérrez Lara y Aldo Ruiz Sánchez; lo que para nosotros define la falta de fe en sí mismos que tiene el morenaje en ganar la elección local, porque otorga premios de consolación a lo que se supone que son sus mejores cuadros, se tira al abismo en la elección de la capital imponiendo a Martha Márquez y “reconoce” el trabajo territorial que ha realizado Arturo Ávila Anaya y su equipo mandándolos a sí hacer campaña.
La del estribo
Otros tres tristes tigres que ya fueron premiados en Aguascalientes, ante el disciplinado silencio del priismo local son Kendor Macías, apuntado como diputado plurinominal, mientras que como regidora en el municipio capital iría Margarita Orta, actual secretaria técnica del CDE y Juan Manuel Gómez Morales, hasta ahí llegó la influencia de Augusto Gómez Villanueva. Mucho que comentar, pero ante el silencio vergonzoso de los tricolores con méritos, ¿pa qué echarle gasolina a esas cenizas?
@PurisimaGrilla