Quiero comenzar el artículo de hoy partiendo del supuesto que de que la mayoría de las personas han escuchado hablar del cambio climático (CC) que está ocurriendo en nuestro planeta, mismo que es provocado en gran medida por la especie humana debido a las emisiones de dióxido de carbono producto de la quema de combustibles fósiles como el petróleo, carbón y gas, así como resultado de la deforestación y de los métodos agroindustriales de la producción de alimentos; de allí que se diga que este cambio en la temperatura del planeta tiene un origen antropogénico y en términos geológicos se señale que nos encontramos en una nueva era denominada Antropoceno.
Los geólogos, y ahora los climatólogos, están muy conscientes de que los cambios climáticos en nuestro planeta han sido recurrentes, por lo que al parecer no tendría nada de raro el cambio actual; no obstante, es importante remarcar que esos cambios han ocurrido en lapsos de más de 100 mil años (excepto cuando un meteorito de 12 km de diámetro se impactó en la península de Yucatán provocando una extinción masiva repentina de tres cuartas parte de las especies de plantas y animales de la Tierra hace aproximadamente 66 millones de años). ¿Qué tiene de especial el cambio de temperatura actual del planeta? La respuesta ya se adelantó, pero la preciso: estos se han dado en periodos de miles o millones de años; en contraparte, el cambio actual tiene su origen en el comienzo de la Era industrial, hacia finales del siglo XVIII, en la que la cantidad de dióxido de carbono era 270 ppm; hoy supera las 400 ppm y sigue en ascenso. En suma, si bien el clima no ha sido uniforme ni lineal en la historia de nuestro planeta, el hecho de que haya más de estos gases provoca aumentos de la temperatura promedio global, y aunque el clima ha tenido y tiene numerosas mutaciones, señala Martín de Ambrosio (2014) en su libro Todo lo que necesitas saber sobre el cambio climático, “la actual es la primera en la que las causas son humanas”.
La evidencia disponible sugiere que es prácticamente inevitable un aumento de 2oC de temperatura durante la primera mitad de este siglo, con sus consecuentes impactos climáticos adicionales; además, en varios artículos científicos se comenta que ya es imposible revertir el CC, y que lo más que puede hacerse es mantenerlo en los niveles actuales, o ralentizar el incremento de la temperatura mediante acciones globales diversificadas por países con base en sus niveles de desarrollo, o más específicamente, se espera que los más contaminantes, varios de ellos agrupados en el hemisferio norte, reduzcan sus niveles de generación de CO2 disminuyendo sus altos niveles de producción y consumo, además desarrollando nuevas tecnologías que sean menos contaminantes, o como se dice eufemísticamente, verdes y amigables con el medio ambiente. Pero, dado que esto no está ocurriendo con la rapidez y efectividad deseada, e incluso se desconoce si se logre en el corto o mediano plazo, lo mejor es crear mecanismos de adaptación y prepararse para los fenómenos naturales (huracanes, sequías prolongadas, tornados, inundaciones, altas o bajas temperaturas, etc.) que son cada vez más frecuentes a nivel mundial y que suelen presentar escenarios de riesgo e incluso generar desastres.
Corresponde al gobierno, a nivel federal y municipal, diseñar y crear los mecanismos sociales (educación, información, capacitación, etc.), económicos (fondos y partidas especiales) y de infraestructura (refugios, hospitales, centros de acopio) con los que puedan soportarse los embates que puedan ocasionar los fenómenos relacionados con el CC de manera previsoria antes de que estos se presenten. En este sentido puede consultarse el documento elaborado por el Gobierno Federal, la SEMARNAT y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático titulado Adaptación al cambio climático en México: visión, elementos y criterios para la toma de decisiones (https://shorturl.at/kDFT8).
En este documento, como su nombre lo indica, se establecen las líneas de acción a seguirse previamente y frente a los desastres naturales con base en las necesidades de cada región de México, también señala que adaptarse a las condiciones cambiantes del clima requerirá continuos ajustes en el comportamiento de la sociedad para reducir los impactos negativos del CC y en la relación con el medio ambiente de manera que podamos seguir aprovechando los servicios que este nos ofrece.
A continuación se señalan algunas prácticas que podemos implementar como ciudadanos en nuestros hogares y sitios laborales para contribuir a la generación y propagación de CO2, principal responsable del CC.
- Apagar las luces cuando no se ocupen y usar focos LED de bajo consumo. Con esta medida se ahorra energía, pero sobre todo ayuda a que se produzca menos CO2 en la fabricación de electricidad.
- Desconectar aparatos electrónicos, como televisores u ordenadores, cuando no los estés usando. La mayoría de estos aparatos siguen consumiendo energía incluso cuando están apagados.
- Reducir el consumo de carne. Necesitamos iniciar un cambio hacia dietas basadas en vegetales, ya que la producción y distribución de carne tiene un impacto perjudicial en las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Evitar comprar desechables. Para ello será necesario utilizar botellas o tazas reutilizables en lugar de recipientes de un solo uso.
- Comprar productos locales y de temporada. Estos son más respetuosos con el medio ambiente.
- Reciclar productos usados de papel, plástico, vidrio y aluminio.
- En la medida de lo posible, caminar, usar el transporte público o la bicicleta en lugar de ir en coche a todas partes, así contribuye a reducir emisiones.
Para concluir me gustaría señalar que la mitigación del CC y la adaptación a este es un trabajo comunitario, es decir, de todos, en el que debemos poner mucha atención en lo que hacemos evitando acciones egoístas y dañinas, social y ambientalmente; por ejemplo, instalar aires acondicionados para confort personal sin considerar que la mayoría de estos aparatos, en los hogares (y las empresas), funcionan con energía que se produce con combustibles fósiles, lo que significa que con su uso se contribuye de manera significativa a la generación de emisiones de carbono dañando el medio ambiente. Así que si cree que instalando un aire acondicionado se está adaptando al CC, le diría que hace exactamente lo contrario.