“…el arte de la guerra exige no hacerle frente a un enemigo que ocupa una posición elevada; no ir al encuentro de un rival que tiene una colina a sus espaldas; no seguirlo en su huida; no atacar a sus soldados de élite; no morder su señuelo; no obstruir su retirada; no asediarlo sin dejarle una vía de fuga; no forzarlo si está apurado.”
Sun Tzu, El arte de la guerra.
Prácticamente lo que va del mes de febrero y quizá unos días más, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha debido afrontar una situación muy complicada desde que inició su gobierno en diciembre de 2018. La prioridad del mandatario, más allá del mero cumplimiento de sus obligaciones como jefe del Ejecutivo Federal, es su nivel de popularidad, para ello, ha concentrado en su persona todas las acciones sustantivas de la información pública generada por su administración, en las famosas “mañaneras”, y sobre lo que él llama “información circular” hace girar todos los temas, sean de interés público o sólo su interés personal.
Veamos los números. En la encuesta (tracking poll) que elabora la agencia Consulta Mitofsky del 11 de febrero de 2024 y publicada en el diario El Economista destaca que, en el porcentaje de aprobación del presidente, el 56.6% está de acuerdo con su gestión, mientras que el 44.3% está en desacuerdo. Estas cifras han sido consistentes prácticamente durante el último mes, aunque habría que señalar un par de datos de la misma encuesta y que son de interés general. En materia económica, los encuestados aprueban su desempeño en un 39.4%, y lo desaprueban en un 33.5%, cifras lejanas al nivel de popularidad presidencial. Ahora bien, respecto al tema de la seguridad pública, el 46.8% lo desaprueba y sólo el 28.7% lo aprueba, casi un 28% de la población está lejos de la política de “abrazos no balazos”, sólo recordemos que más de 178 mil personas han sido víctimas mortales de esa fallida estrategia.
El pasado viernes 9 de febrero, el presidente López Obrador, en el marco de su mañanera, se quejó de los 170 millones de vistas de lo que en las “benditas” redes sociales se le llama “Hashtag” o, en español, etiquetas, con la mención de #NarcoPresidenteAMLO, y señaló que ya metieron hasta a Claudia (Dalia Escobar, Proceso, 9 de febrero del 2024), y a todo esto acusa al reportaje del periodista norteamericano Tim Golden de ProPublica del 30 de enero pasado, que refiere que la campaña presidencial de López Obrador del 2006, recibió del narco 2 millones de dólares a través de uno de sus operadores más cercanos, el señor Nicolás Mollinedo, sin señalar sí el propio candidato sabía del hecho. Este reportaje se nutre de información recabada por la Agencia Antidrogas de los EU (DEA), y que obra en una investigación que se dice “cerrada”.
Sumado a lo anterior, el diario The Economist, cuestiona la lucha de AMLO contra la corrupción, el periódico inglés enlistó varios episodios que llevan a cuestionar lo que ha hecho el presidente López Obrador para combatir la corrupción en el país, y cita el caso de la “casa gris”, los contratos a los amigos de Gonzalo López en el Tren Maya, el desfalco multimillonario de Segalmex, entre otros.
Y por si fuera poco, entre el miércoles 7 y el sábado 10, fueron asesinados dos familiares del senador Ricardo Monreal, víctimas de la violencia desbordada en el estado morenista de Zacatecas, por cierto, gobernado por su hermano David. Por si fuera poco, el propio sábado 10, en las calles de Ecatepec, Estado de México, también fueron asesinados el candidato morenista a diputado federal por el distrito 16 de esa entidad, y sí, también gobernada por Morena, Yair Martín Romero y su hermano Joan, a plena luz del día ¿Vamos bien? ¿La gente está feliz? ¿Todos los morenistas están felices?
Como respuesta premonitoria a este asedio de una realidad que diría el propio López Obrador, neoliberal y enemiga de la 4t, el lunes 5 de febrero, en su bunker Palacio, el presidente anunció la entrega a la Cámara de Diputados de 20 iniciativas para reformar la Constitución Política de México, en la inteligencia de que no cuenta con los votos necesarios para su aprobación, pero eso no le importa, el punto es estar en medio del proceso electoral, y seguir conduciendo la campaña de su candidata, y, de paso, pretender dar un raspón a la oposición con sus demagógicas propuestas, sobre todo por su inviabilidad financiera. Siguiendo el tercer principio de Goebbels, gurú de Jesús Ramírez propagandista estrella de la 4t: “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Todo lo anterior, debe sumar la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 1 de febrero que declaró inconstitucional la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica aprobada por el Congreso en marzo del 2021, por aceptar que la CFE incurría en prácticas monopólicas en el sector; y, como remate, la agencia Moody´s rebajó la calificación crediticia de PEMEX de B1 a B3 señalando una peor calidad de crédito para la empresa petrolera mexicana, a sólo un nivel de caer en lo que se denomina “especulación de alto riesgo”. (El Economista, 10 de febrero).
No podemos negar el rol que se ha autoasignado el presidente López Obrador como jefe de campaña de la candidata oficial Claudia Sheinbaum. La candidata opositora Xóchitl Gálvez, ha entendido esta realidad de manera clara y responsable, y esta semana realizó una intensa gira de trabajo en Washington y Nueva York, en los Estados Unidos, visitando diversas dependencias gubernamentales, organismos multilaterales y empresariales, así como organizaciones civiles de paisanos en esas ciudades para informar acerca del alto riesgo de las elecciones en México, por lo que les requirió estar muy atentos al proceso. Asimismo, viajó a España, con el mismo propósito además de entrevistarse con actores del gobierno español y agrupaciones de mexicanos en ese país europeo.
El asedio ya comenzó, ahora es asunto de la sociedad sostenerlo y definir su direccionamiento.
