La ética ambiental en la era de las corporaciones | Columna Ambiental por Daniela Alanis Hernández y Victor Hugo Salazar Ortiz - LJA Aguascalientes
24/04/2025

El pasado viernes 9 de febrero tuvo lugar la décimo tercera sesión del “Seminario Permanente de Ética Ambiental y Animal”, que es organizado cada mes por el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. En esta ocasión, el encargado de impartir la conferencia fue Víctor Manuel Toledo Manzur, profesor investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, quien presentó el tema “La ética ambiental en la era de las corporaciones”.

La conferencia se focalizó sobre todo en establecer vínculos entre la ética ambiental y algunos conceptos afines al área de investigación del profesor Toledo, como la conciencia ecológica (de la cual surge la ética ambiental), la educación ambiental, la sustentabilidad (que abarca una dimensión global), la ecología política y el buen vivir (concepto que, de acuerdo con el profesor, no surge de la Academia sino de los pueblos andinos de Ecuador y Bolivia, y que compite con el concepto occidental de desarrollo). A partir de esto, la línea temática se encaminó hacia la crítica contra las corporaciones del actual sistema capitalista y su papel dentro de la problemática del cambio climático y la sobreexplotación de recursos naturales.

En opinión de Toledo, la ética ambiental va ligada con la práctica o la acción ecopolítica, hecho que implica que la acción ambiental sea escalar; es decir, que comienza en el individuo, después en el hogar, luego en la comunidad o barrio, en la región, en el país y, finalmente, a nivel global. De acuerdo con el profesor, cada uno de estos escalones posee ciertas cualidades que pueden emplearse para ayudar a resolver la problemática ambiental que nos aqueja: primero, sobre el individuo, se dice está compuesto por cuatro dimensiones esenciales que son la corporeidad, el pensamiento, el sentimiento y el espíritu (este último elemento no hace referencia a la religiosidad, sino al reconocimiento de una fuerza superior o cósmica más allá de nuestro raciocinio que contiene al universo y que, en opinión del investigador, “también forma parte de una conciencia ambiental”). Quedó claro que el equilibrio de estas cuatro dimensiones es importante para que el ser humano sobreviva en el mundo actual, y quiero destacar que Toledo no dejará de lado la sensibilidad y la espiritualidad como aspectos humanos que merecen ser reconocidos e integrados a nuestra conciencia como una forma de reconsiderar y renovar nuestra relación con el mundo que nos rodea. En cuanto a la dimensión doméstica, se explicó que, para fin de lograr la autosuficiencia en el hogar, es necesario priorizar el manejo responsable del agua y la electricidad, además de la producción de alimentos, la energía utilizada en la cocina (no ser contaminante) y, finalmente, el tratamiento de la basura o reciclaje. Si bien estas soluciones son accesibles para la gran mayoría, quiero resaltar que obtener sus beneficios sólo será posible si existe  responsabilidad y voluntad del individuo para generar cambios positivos en su espacio personal, lo que implicaría renunciar a ciertos servicios o métodos prescindibles sin generar graves afectaciones mayores al estilo de vida o a la solución de necesidades básicas.

A partir de este punto, Toledo encaminó su plática hacia la exposición de los daños causados al medio ambiente por las corporaciones productoras de alimentos en todo el mundo, esto con el fin de evidenciar la inequidad social y la injusticia económica que afecta a nuestra sociedad. De acuerdo con su explicación, el capitalismo está pasando por la máxima concentración de riqueza en su historia, lo cual ha sido posible gracias a que el mundo moderno se ha erguido a partir de la industria, la tecnocracia y el sistema patriarcal, siendo todos obstáculos que impiden superar la crisis ambiental. Por medio de gráficas, el investigador comprobó que la riqueza del mundo no sólo no está dividida equitativamente, sino que se concentra mayormente en unas cuantas personas que, como monopolio, hacen uso de su poder para la explotación de los recursos naturales por el bien de sus intereses. Por ejemplo, se señaló que de los millones de responsables que producen alimentos en tierras agrícolas y ganaderas del mundo, el 97% poseen de una a veinte hectáreas (la cuarta parte de superficie agrícola del mundo), mientras que el 3% restante tiene más de veinte hectáreas; es decir, tres cuartas partes de los territorios que producen alimentos en el mundo. Aquí, el investigador planteó lo siguiente: “¿bajo qué sistemas de producción lo hace este tres por ciento? Es obvio que quien tiene más de veinte hectáreas va a aplicar el llamado modo agroindustrial; es decir, sistemas agropecuarios a partir de máquinas de petróleo, agroquímicos, pesticidas, monocultivos, agronegocios y transgénicos”. Por supuesto, las implicaciones de estos datos son tremendas. Estamos hablando de que la mayor parte de la superficie cultivable del planeta está siendo erosionada continuamente con químicos que alteran las propiedades y los nutrientes del suelo a un ritmo que la regeneración natural de la tierra no puede igualar, situación que más adelante puede generar un mayor número de sequías al convertir estos espacios en áreas infértiles (como si no fuera suficiente la aniquilación de la biodiversidad). Por todo esto, Toledo ha apuntado que “estamos en manos de las corporaciones”.

Para finalizar, la conferencia terminó con una breve reflexión del profesor invitado, quien señaló que la salida a esta difícil situación se encuentra en el poder social, en todos nosotros. Es posible que, lentamente, la sociedad ejerza presión, desde abajo hacia arriba, contra el poder político y el económico; o dicho de otro modo, contra el poder del estado y las grandes corporaciones. En este sentido, Toledo indicó que si reconocemos la sustentabilidad como poder social, “podemos definirla como la capacidad ciudadana de controlar los procesos naturales y sociales que afectan un conglomerado; es decir, que enfrentan y amortiguan el riesgo”.

En la batalla entre la vida y la muerte, nosotros tenemos el poder de elegir siempre la vida. Las palabras de Toledo nos invitan a reflexionar acerca de nuestro papel individual dentro del vasto sistema capitalista, en esta organización que se sustenta en el consumo de las mayorías para beneficio de las minorías (y para mal de todo el planeta). No debemos olvidar que tenemos el poder de cambiar las cosas. Aunque un solo individuo no parezca lograr mucho, millones unidos pueden crear un mundo diferente.

Para todos los interesados en consultar el video de la conferencia, podrán encontrarlo en el siguiente enlace: https://youtu.be/yGbfR7Z5aME


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