Con los párrafos 8 a 11 el gobernador Gómez Portugal concluye su discurso haciendo una alabanza de los “preciosos frutos que esperamos de ella” -refiriéndose a la Escuela de Agricultura milagrosamente creada en su primer mes de ejercicio- y exhortando a los jóvenes alumnos “a beber en las fuentes inagotables de la ciencia” para ser “ilustrados, moralizados y felices”. Creación perdurable con la que, suponemos, debería sentirse inmortalizado.
Sin embargo en 1871, tan solo cuatro años después de las carencias provocadas tanto porque los franceses dejaron vacías las arcas, como porque no podían recuperarse debido los gastos provocados por el “hombre pendenciero, violento y amigo de las parrandas” que era Gómez Portugal, como lo calificaba José Guadalupe Posada en sus grabados según Jesús Gómez Serrano.
El caso es que su popularidad se fue desvaneciendo primero y después se convirtió en franca hostilidad cuando pretendió incrementar las contribuciones.
Ante la falta de recursos el Dr. Ignacio T. Chávez, a quien Gómez Portugal había designado como Director de la Junta de Instrucción Pública y posteriormente en otros cargos: Director de la Escuela de Agricultura, del Hospital civil y de la Escuela Industrial de Huérfanos; para poder atender sus necesidades, Chávez empezó a cobrar cuotas a las que de inmediato se opuso Gómez Portugal.
Chávez respondió de inmediato con su renuncia y eso provocó, entre otras cosas, la paralización de las actividades de la Escuela de Agricultura cuando los mejores maestros siguieron el ejemplo de su director.
Gómez Portugal montó en cólera; pero el Dr. Chávez, sin amilanarse, ante la amenaza de represalias por parte del gobernador organizó la oposición en lo que se conoció como el “Club Chávez” encontrando respuesta inmediata en el apoyo popular, lo que coincidió con la celebración de elecciones a nivel nacional, que en Aguascalientes estuvieron plagadas de anomalías por el afán de Gómez Portugal de mantenerse en el poder al inclinarse por apoyar el Plan de la Noria lanzado por Porfirio Díaz, traicionando así a Benito Juárez, que fue quien prácticamente lo había designado gobernador.
Una de esas manifestaciones de apoyo popular al Dr. Chávez consistió en la distribución de un volante publicado en la imprenta de Trinidad Pedroza, que se empezó a vender los domingos a la salida de misa.
José Guadalupe Posada. En edad temprana, nuestro posterior grabador de fama mundial empezó a asistir a la imprenta de Pedroza para aprender el oficio; pero como pronto se dio a conocer como un artista plástico de excelentes alcances críticos de carácter social, Pedroza le propuso ilustrar el volante que fue lanzado con el significativo título de “El jicote” (término que el Diccionario de la Academia de la Lengua Española nos define como 1. m. C. Rica, Guat., Hond., Méx. y Nic. Avispa gruesa de cuerpo negro y abdomen amarillo, provista de un aguijón con el cual produce unas heridas muy dolorosas. )
Reproducimos el Jicote con el grabado “La Cotorra 2” y pie de grabado redactado por nuestro profesor de Historia, don Alejandro Topete del Valle.
Continuamos el viernes próximo.
Por la unidad en la diversidad
Aguascalientes, México, América Latina