- A 30 años del levantamiento armado, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional anunció su nueva etapa de lucha en la que se perfilan a trabajar las tierras recuperadas en 1994
Miles de hombres, mujeres, niños y niñas, entre milicianos, milicianas y bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), así como adherentes a la Declaración por la Vida, así como simpatizantes que llegaron desde diversos rincones del país y otras naciones del mundo, celebraron el 30 aniversario del levantamiento armado, donde ratificaron que en su nueva etapa de lucha no necesitan matar a los soldados, pero que, si los atacan, se van a defender.
En voz del subcomandante insurgente Moisés, como el orador oficial de la Comandancia General del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN, (CC-CCRI) los zapatistas anunciaron la nueva etapa de lucha en la que se perfilan a trabajar las tierras recuperadas en 1994 “en común” como una nueva forma de contrarrestar el capitalismo que les impone la posesión de la tierra como propiedad privada, ejidal o comunal.
Esta es una nueva forma de lucha que proclamaron en su vigésimo y último comunicado el pasado 20 de diciembre del 2023, “El común y la no propiedad” en el que se proponen respetar las tierras que son de propiedad personal-familiar, “y las que son para trabajo de los colectivos, se crea, en terrenos recuperados en estos años de guerra, esta no propiedad. Y se propone que se trabaje en común por turnos, sin importar qué partido eres, o qué religión, o qué color, o qué tamaño, o qué género eres”.
Primero en lengua indígena tzeltal y luego “en castilla”, el subcomandante Moisés habló en aquel templete de madera construido para este festejo desde el Caracol “Resistencia y Rebeldía: Un Nuevo Horizonte”, inaugurado hace tres años en el poblado Dolores Hidalgo, un pueblo fundado por zapatistas en tierra recuperada tras el alzamiento armado del 1 de enero de 1994.
En el evento donde estuvieron miles de personas, miembros de grupos, colectivos, asociaciones, organizaciones y movimientos firmantes de la llamada Declaración por la Vida, pueblos originarios acuerpados en el Congreso Nacional Indígena, a la Sexta Mundial, así como organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos, los zapatistas reafirmaron su lucha que iniciaron hace 30 años.
En el templete estaban todos los miembros de la Comandancia General del EZLN y representantes de todos los territorios zapatistas, entre ellos el insurgentecapitán insurgente Moisés, vestido de negro y fumando su pipa, al frente de todos ellos el vocero Moisés fijó la postura del grupo armado que emergió de la Selva Lacandona desde el 31 de diciembre de 1993 y fue conocido por el mundo entero aquel 1 de enero de 1994.
Delante de Moisés y al frente de toda la comandancia, los zapatistas pusieron las sillas de los ausentes, de las mujeres, niños y niñas asesinadas, de los desaparecidos, de las madres buscadoras, de los que murieron en esta lucha hace 30 y 40 años, de todos los que luchan en el movimiento zapatista y otras luchas en otros movimientos sociales del país.
“No están las madres y los padres buscadoras. No están las desaparecidas y los desaparecidos. No están las presas políticas y presas políticos. No están las asesinadas y asesinados. No están los jóvenes asesinados y asesinadas, no están las niñas y los niños asesinados. También no están nuestros abuelos los que lucharon hace más de 500 años. Pero también no están nuestros compañeros caídos que ya cumplieron su deber compañeros hombres bases de apoyo compañeros y compañeras”, dijo Moisés.
Aunque señaló que no se trata de recordar a los compañeros zapatistas caídos en esta lucha hace 30 o 40 años, porque ellos ya cumplieron con su deber, sino para recordar a todos los que aún viven “tengan presente el deber”.
“Así es y eso nosotros las zapatistas y los zapatistas no hemos cumplido. No podemos decir que ya hemos hecho mucho. Hasta que lleguemos también como a esos compañeros que estamos hablando de ellos y de ellas de hace 30 años y de hace 40 años. No estamos buscando hacer un museo para que nos recuerden”.
“Los compañeros y compañeras zapatistas no necesitamos que nos vengan a dar explicación o clase o taller político de cómo está el sistema. Tan sencillo y simplemente se ve cómo está el sistema capitalista”, dijo Moisés. Y que quienes no quieran ver esa crisis del sistema capitalista, esa ya será su responsabilidad y que los zapatistas no necesitan clases para entender eso, con sólo ver les basta.
Y ante ello, a los zapatistas les toca trabajar en la comunidad, pero que tienen que entender todos que hay cosas que se tienen que hacer y trabajar en común y otras en las cuales no. “Para eso tenemos cabeza para pensar y para eso tenemos ojos para darnos cuenta y para eso tenemos olfato para poder sentir, cuál es común y cuáles no común”, aclaró Moisés.
Dejó en claro dos cuestiones, la propiedad de las tierras recuperadas en que debe de ser del pueblo en común y que el pueblo tiene que gobernarse en sí mismo. “No necesitamos a esos que están ahí. Ellos creen que saben todo. Deciden por los maestros deciden por los doctores deciden por este todos los sectores de trabajadores. Como quien dice que son sabelotodo son sabelotodo porque ahí ganan dinero sin trabajar sin sudar. No, por eso el pueblo es la que tiene que saber gobernarse compañeros y compañeras zapatistas”, dijo Moisés.
Planteó trabajar más en los hechos y no sólo dejarlo todo en el discurso. Que no todo debe ser obras de teatro, poesía, pintura o documentales, y que no que eso no sirva, precisó, porque eso también sirve para comunicar: “otra cosa es pasar siglos y siglos comunicándonos y no se hace nada. Como alguien que predica y predica, muere y nunca hay nada”.
Y que todo ello se debe trabajar en la práctica, porque los zapatistas no tienen un manual, no tienen un libro donde deban hallar o encontrar como se debe aplicar la nueva forma de lucha. “Nosotros lo que estamos diciendo acá es de que entonces, quién trabaja come, quien no trabaja pues que coma su billete y que coma su moneda, a ver si con eso se satisface su necesidad de hambre, es lo que estamos diciendo no necesitamos matar. Es eso lo que estamos diciendo, pero para eso se necesita organización para hacer los hechos”, indicó Moisés.
Y convocó a todos a que cada quien en su geografía y su calendario trabaje y se organice para enfrentar el capitalismo, un sistema depredador y explotador. Porque nadie va a ir a luchar por ellos ahí donde viven más que ellos mismos.
– “¿Alguien cree que se puede humanizar al capitalismo?”, preguntó Moisés.
– Noooooo -gritó la multitud.
– Lo mismo nosotros decimos no se puede humanizar al capitalismo, no va a decir el capitalismo, me rindo de explotar. Nadie desde el más pequeño no quiere dejar de engañar de robar y de explotar ni se diga a los grandotes. Así que no se necesita mucho el estudio. Lo que se necesita ya es pensar cómo cambiar esto y nadie nos va a decir somos nosotros los pueblos mujeres hombres. “Nosotros vamos a seguir en ese camino y nos vamos a defender. No necesitamos matar a los soldados y a los malos gobiernos, pero si vienen, nos vamos a defender”, sentenció.
Cuestionó la pirámide política de la sociedad y el gobierno, aquella que cuestionaron en su décimo comunicado del 14 de noviembre donde señalaron: “El principal problema es la maldita pirámide. La pirámide fue separando a las autoridades de los pueblos, se fueron alejando entre pueblos y autoridades. No bajan tal cual las propuestas de autoridades a los pueblos, ni tampoco llegan a las autoridades las opiniones de los pueblos”. “No sirve” dijo Moisés y pidió a los presentes que, si alguien cree que sí, pues que lo demuestre desde su geografía como ellos lo podrán demostrar también que esa pirámide no sirve.
“Entonces compañeros y compañeras. bases de apoyo, estamos comprometidos ahora. Compañeros y compañeras bases de apoyo estamos solos como hace 30 años, porque solos hasta ahorita hemos descubierto ese nuevo camino que vamos a seguir”, indicó el subcomandante. “A nuestros compañeros y compañeras del Congreso Nacional Indígena y al pueblo de México, aquí estamos y aquí vivimos, vamos a ir viendo y vamos a ir conociendo”.
“Es nuestra tarea compañeros y compañeras zapatistas bases de apoyo. Es lo que vamos a estar haciendo a lo largo de estos años. El pueblo manda y el gobierno obedece y los medios de producción son en común y es el pueblo el que va a ver”.
Previo al discurso de Moisés, unos dos mil quinientos milicianos y milicianas del EZLN desfilaron al ritmo de cumbia con la “17 años” y “¿Cómo te voy a olvidar?” de Los Ángeles Azules o la “Cumbia sobre el Río Suena” del Celso Piña, La Carencia de Inspector.
En esta ocasión no se cantó por vez primera el Himno Zapatista, tampoco ondeó ni se rindió honores a la bandera negra con la estrella roja de cinco puntas, la bandera de lucha del EZLN.
El evento alusivo al 30 aniversario terminó con una quema de cohetones y fuegos pirotécnicos que iluminaron la noche de en esta región de la Selva Lacandona, así como unas mañanitas y un baile amenizados por el un tecladista de la región que puso a todos a bailar al ritmo de cumbia.
En los alrededores, miles de cientos de campaña y campamentos improvisados con lonas de plástico donde esta noche pernoctaron los asistentes a los festejos del 30 aniversario del EZLN.
Frente al templete donde estuvieron los comandantes del EZLN, los rebeldes montaron un altar con las imágenes de algunos hombres y mujeres zapatistas que han fallecido en estos 30 y 40 años de lucha, entre estos destacaban la comandante Ramona, el comandante Germán, fundador del EZLN, el comandante Abel y Francisco Gómez mejor conocido como el comandante Hugo o Señor Ik.