José Agustín | EL BANQUETE DE LOS PORDIOSEROS por RODOLFO POPOCA PERCHES - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Durante la semana que está por terminar me encontré con información respecto al delicado estado de salud del escritor tapatío José Agustín. Sí, bueno, él nació en Guadalajara, pero unas cuantas semanas después de su nacimiento su familia se trasladó al puerto de Acapulco en donde fue registrado y ahí creció, toda su obra literaria está impregnada de dos elementos: el mar y el rock. 

He sido un seguidor de la obra de este importante escritor mexicano, de sus novelas, cuentos, ensayos, en fin, todo, desde mis años de universitario, que fue cuando lo conocí, pero antes de entrar en detalles, anécdotas y todo lo que deseo compartir contigo, te comento que verdaderamente me sacudió la noticia de que se encuentra en un estado muy delicado de salud, a decir de su hijo quien informó a los medios que su padre había recibido los santos óleos de parte de un sacerdote católico, amigo del escritor, en su casa en Cuautla, Morelos, pero agregó que sigue vivo y luchando. Hace 15 años José Agustín sufrió una caída a una altura de dos metros del escenario en el Teatro de la Ciudad de Puebla que le provocó fracturas de costilla y una lesión en el cráneo que redujo considerablemente su actividad física, por lo que decidió retirarse de la vida pública; no obstante, el año pasado, en abril de 2023 el escritor regresó a la actividad para estar presente en la ceremonia con motivo de la reedición de buena parte de su producción literaria en el Sello de Bolsillo de Penguin Random House en la Biblioteca Abraham Rivera Sandoval de Cuautla Morelos, el evento fue muy concurrido y muchas personas asistieron para acompañar a José Agustín, uno de los referentes más importantes en las letras mexicanas del siglo XX, y representante de esa corriente literaria que la ensayista y crítica literaria Margo Glantz bautizó como “Literatura de la onda”, calificativo con el que José Agustín nunca ha estado de acuerdo.

La primera vez que tuve contacto con la obra literaria del tapatío acapulqueño fue en mis años de universitario, yo estudiaba la licenciatura en Investigación Educativa. Te hablo de 1986, cuando la Universidad Autónoma de Aguascalientes organizó un ciclo de conferencias en coordinación con el Instituto Cultural de Aguascalientes, este ciclo se llamó “Latín, caldera de idiomas”, y yo asistí a todo este evento que tuvo como sede una de las salas del Museo Aguascalientes. Dentro de las conferencias de este ciclo estaba programada una que se llamaba Lenguaje coloquial en la literatura mexicana, y que estaría a cargo justamente del escritor José Agustín, no tengo duda en que era imposible poder encontrar a un mejor ponente para esta charla, la experiencia resultó enriquecedora y muy amena, y se extendió mucho más de lo programado por la nutrida participación del público en la sesión de preguntas y respuestas al terminar la ponencia que acabó por convertirse en una plática de café entre amigos rompiendo con todos los protocolos, esa fue la primera vez que tuve la oportunidad de entrevistarlo, para ese momento, te recuerdo que estamos en 1986, yo tenía dos años de colaborar en Radio Instituto Cultural de Aguascalientes con un par de programas de radio. Fue entonces que tuve la oportunidad de charlar brevemente con José Agustín, quien, al percibir mi incipiente experiencia en los medios, me dio una palmada en el hombro y me dijo que el medio era difícil y frecuentemente ingrato, pero que nunca claudicara y, por supuesto, le hice caso, y mira, aquí sigo. 

Para ese momento que te platico yo había leído algunas novelas y ensayos, La Tumba, su primer libro con fecha de 1964, De Perfil, de 1966, y su enorme ensayo, La Nueva Música Clásica publicado en 1969, por cierto, que ese libro se lo presté a alguien y nunca me lo regresó, ya sabes lo que dicen de los que prestan libros. 

Pero en aquellos gloriosos años de universitario tuve la oportunidad de empaparme de toda esa literatura en la compañía de amigos con quienes compartía la pasión por las letras y por la música, Armando Ramírez, Juan Pablo y su hermano Mario de Ávila, Edmundo Gutiérrez, Jorge Partida, no quiero omitir a ninguno, escuchábamos al Rockdrigo González, y leíamos a José Agustín, Parménides García Saldaña, Gustavo Sainz, por cierto, algunos críticos literarios señalan que Gazapo de Sainz es la piedra angular del movimiento de la literatura de la onda, pero hay otros grandes libros como Pasto Verde de Parménides o Se está haciendo tarde, final en laguna de José Agustín. En lo personal me marcó El rock de la Cárcel, un texto autobiográfico, y el ya mencionado La Nueva Música Clásica, ambos de José Agustín, entre muchos más.

En una segunda ocasión tuve la oportunidad de verlo en un escenario y posteriormente charlar brevemente con él, fue en el Teatro Leal y Romero de la Casa de la Cultura, no recuerdo el año, debió ser como en 1990, en una feria del libro durante una presentación del grupo de Blues Real de Catorce, José Agustín fue invitado para leer algunos textos entre canción y canción, recuerdo que el teatro estaba abarrotado y la combinación de las letras de las canciones de José Cruz, que son verdadera poesía, y los textos irreverentes llenos de esa deliciosa cotidianeidad propia de la literatura de José Agustín, resultó muy afortunada. 

José Agustín está delicado de salud, pero todavía no le pone punto final a su obra más importante, nos mantenemos al pendiente del desarrollo de su crítica situación.


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