Ensayo Filosófico | La Columna J por Roberto Ahumada  - LJA Aguascalientes
03/07/2024

“La felicidad sólo puede ser hallada en el interior” (Epicteto, 2024)​ 

Estimado lector de este reconocido medio LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar esta ocasión para comentarle que ante las tres posibilidades que tengo para titularme de la maestría en filosofía aplicada, he escogido el ensayo filosófico, podría hacer una tesis, o una propuesta de intervención. No obstante, las últimas dos opciones ya las he realizado en estudios. Creó que un ensayo puede coadyuvar a extender una reflexión bajo ciertas líneas. 

La filosofía ha sido casi olvidada y poco recomendada, se teorizó en demasía y algunos sistemas tuvieron la desdicha de condenarla ya que resultaba ser una amenaza ante intereses. En la generalidad a la gente no le interesa indagar, sospechar o tener pensamiento crítico. La sociedad posmoderna está sometida al constante consumismo y a la sobre productividad, es decir, no hay tiempo para replantear las cosas que rigen a la vida en los dogmas, no hay espacio para tener espacios libres, los cercanos se vuelven lejanos, los lejanos se vuelven cercanos en un rectángulo digital. 

La filosofía ha tenido todo un devenir a lo largo de la historia, en las últimas décadas ante la polarización que se ha tenido en los ritmos sociales, ha surgido su aplicación en nuevos esquemas que resultan ser por decirlo así “ajustables” al contexto social. Dichas situaciones dan un enfoque proactivo y práctico, desde mi perspectiva el buscar el conocimiento, la sabiduría y el sentido a la vida siempre han sido cuestiones esenciales y básicas, pero en el común denominador no. 

“El hombre es un ser racional y continuamente está en busca de la felicidad que espera alcanzar mediante la gratificación de alguna pasión o sentimiento. Rara vez actúa, habla o piensa sin una finalidad o intención”. David Hume (Hume, 2024). 

Lo que crea en el hombre la ilusión de su unidad o de su integralidad es, por una parte, la sensación que tiene su cuerpo físico, por otra parte, su nombre, que en general no cambia, y por último cierto número de hábitos mecánicos implantados en él por la educación, o adquiridos por imitación, al tener siempre las mismas sensaciones físicas, al oírse llamar siempre con el mismo nombre y al hallar en sí los hábitos que ha conocido, se imagina permanecer él mismo. No hay centros únicos de comando, existe la posibilidad de acceder a una semblanza de conciencia que pueda llevarnos de manera individual a la duda y por ende a un ejercicio filosófico en el cual la introspección perfila a una nueva concepción. 

La consistencia que existe sobre el ejercicio que accede a la duda, permite entender en un modo más concreto la aportación que la búsqueda del conocimiento puede darle al camino de las personas, cabe mencionar que en ningún momento se pretende expresar un discurso que direccione de manera herética a las personas por un camino correcto o incorrecto, eso no es filosofía. Cuando la crisis latente de identidad por la que pasan las personas se vincula con la automatización de la existencia pérfida, la agonía del eros, increpa a la salvedad de las búsquedas que las personas anhelan en la particularidad.  

Los absurdos de la vida son la extensión de un dogma por el simple hecho de serlo, cuando la mente se mecaniza, se inhibe de considerar nuevas posibilidades, toma un ritmo como lo ha tomado el capitalismo en los medios de producción, o como la política lo ha hecho con la simulación de la democracia bajo los polisíndetones o los soliloquios que expresa a fin de argüir y justificar su propio sistema. 

En un mundo en donde cada 40 segundos alguien se suicida (Ghebreyesus, 2024)  tal cual refiere el director general de la OMS , y propiamente el suicidio es la segunda causa de muerte de personas entre 19- 29 años, o donde el mismo director expresa que al año mueren 11 millones de personas de hambre y el sistema de producción de alimentos arroja datos de que  se desperdicia el 17 % de lo que se produce, omitiendo datos como el desabasto del agua, la brecha de desigualdad en aspectos tan representativos como los derechos humanos en cuestiones como la educación o el acceso a un servicio médico de calidad. Los datos nos llevan al sin sentido Sartreano, posiblemente a la náusea de la existencia.  


En la resignificación, la cual se entiende como un ligero cisma en la percepción ecléctica de la libertad, las personas, los individuos, los sujetos, las sociedades, requieren contemplar la esencia de la filosofía, tal vez para únicamente tomar unos segundos y replantear el proyecto de vida impuesto por la propia sociedad. 

Cuando todos van en la misma dirección, resultaría necesario voltear a ver el otro sentido. La otra contemplación, la otra conciencia, los ensayos tiene en cierta medida la intención de invitar al lector a la reflexión, a esa duda que ha permitido detener a la evolución y replantear la esencia del cronos. Es por ello y por la entera satisfacción de escribir sobre la tesitura extendida, que opte por escribir un ensayo filosófico.  

In silentio mei verba, la palabra es poder. 

Roberto Ahumada.  

​​Bibliografía 

​​Epicteto. (8 de enero de 2024). https://blogs.uoc.edu. Obtenido de https://blogs.uoc.edu: https://blogs.uoc.edu/humanitats/es/frases-felicidad-filosofia-filosofos/ 

Ghebreyesus, D. T. (9 de enero de 2024). https://www.who.int. Obtenido de https://www.who.int: https://www.who.int/es/news/item/09-09-2019-suicide-one-person-dies-every-40-seconds 

Hume, D. (8 de enero de 2024). https://blogs.uoc.edu. Obtenido de https://blogs.uoc.edu: https://blogs.uoc.edu/humanitats/es/frases-felicidad-filosofia-filosofos/ 

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