Crear proyectos de producción, investigación y creación de arte medioambiental, son una oportunidad de involucrar a los jóvenes artistas en ciernes que cursan estudios de nivel licenciatura en arte, para presentar propuestas en entornos citadinos o rurales, que apoyen a elevar la conciencia ecológica, al tiempo que, su perspectiva, se plantee el mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
Este enfoque, invita al acercamiento de la sociedad al goce estético y al disfrute del arte contemporáneo, así como a la co-creación entre los artistas y la sociedad, y del mismo modo, perfila a los estudiantes como agentes coadyuvantes mediante una visión que aspira a mejorar sus entornos.
Es decir, se operar una intersección en una práctica artística que se afilia al arte público de nuevo género el cual propone entre otros aspectos la democracia participativa, que toma distancia de imposiciones de todo tipo, donde el arte se nutre de las características identitarias de las comunidades que son portadoras de su propio sello, impregnadas por el conocimiento ancestral y tradicional, así como del lugar donde viven.
De aquí que esta mirada, por un lado, pueda propiciar procesos de cambio y transformación creadora e incidir en las políticas públicas y pensar que estamos en un momento ideal de replantearnos la forma en cómo nos relacionamos con la naturaleza y con el otro para cambiar nuestra visión del mundo.
Por esto es nodal reconocer como ya lo hacen los pueblos originarios del sur de país, afianzar los aspectos y elementos que definen su ser cultural e espiritual, como el sistema de valores y las formas de organización comunitaria, las cuales se encuentran en sincronía en tiempo y espacio, en armonía con la naturaleza, por encima de la visión antropocéntrica y colonialista de saqueo de los recursos naturales, de la explotación de la fuerza de trabajo y de las imposiciones de estilos vida ajenos a sus culturas y de ideologías necrófilas contrapuestas a la vida.
El arte medioambiental ofrece un amplio horizonte a la investigación multidisciplinaria por medio de proyectos artísticos con base a variadas miradas y aspectos relacionados con la naturaleza que se traducen en la manera en que nos apropiamos de los servicios ambientales que prestan a la humanidad y a todas las formas de vida en los hábitats en los que todos coexistimos.
Es por esto que esta forma de expresión artística, informa, comunica, avisa, alerta y denuncia sobre la fragilidad y el rompimiento de los círculos vitales de la biosfera a causa de la actividad antropogénica, que en la actualidad se ha tornado severa, la cual se traduce en la triple crisis planetaria que Naciones Unidas identifica con el cambio climático, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad.
Por otro lado, el arte medioambiental invita también a relacionarnos de manera espiritual con el entorno, al entrar nosotros en contacto con las variadas formas de vida y de paisajes que entendemos como la construcción de nuestra relación a lo largo de los siglos con el medio natural, que son nuestro pasado, el ahora y el devenir de nuestra especie sobre la Tierra.
Es por eso que encontrar una vocación y desarrollar un compromiso con esta vertiente del arte, supone entender las condiciones de vida de la sociedad para mojarlas y la relación que ésta sostiene con la naturaleza, mediante una simbiosis mutualista que tiene por base precisamente eso, el beneficio mutuo, y su fondo, en la interdependencia con todo lo que nos rodea.
Las propuestas de arte medioambiental, poseen el potencial de construir espacios museográficos cuando se apoyan en la instalación o la ambientación artística, considerando a esta última como un entorno envolvente, y a la otra, como una pieza que se aprecia desde su periferia, para que las personas en el espacio público establezcan una experiencia que les habla de sí y del lugar donde viven, de manera sensible y estética, relación que invita a actuar por lo que apuesta a cambiar su forma de ver y entender el mundo, cuestionando su forma de relacionarse con él.
Posiblemente una exposición de arte medioambiental, brinde la oportunidad de viajar o voltear para ver mundos que ahora parecen lejanos y perdidos, que solo se encuentran en la memoria de nuestros ancestros que los habitaron.
Por eso, este tipo de exposiciones, son concebidas y vistas como espacios de aprendizaje, de reflexión y disfrute, de aquí que cumplan una función social ya que son un medio y un vehículo que vincula a la sociedad entre comunidad y memoria, y que llaman a la reflexión, así como a la acción.
Así el arte es un vehículo, una herramienta en manos de los jóvenes artistas que alzan la voz y que actúan a través de sus piezas artísticas, cuya propuesta estética se traduce como una participación por medio de la cual se ejerce un derecho que contribuye a la construcción de políticas públicas, en el marco de la acción climática, así como activistas ante la crisis planetaria.
Estas propuestas, materializadas en las instalaciones artísticas, expresan los puntos de vista de los integrantes del grupo a cargo del diseño y de la ejecución de la pieza, siendo premisa fundamental informarse e investigar sobre determinados temas ambientales por lo que hay que revisar los contextos, económico, político, histórico, social y cultural.
Al revisar y conocer estos contextos, ya sea a nivel de comunidad, local, nacional o global, permitirá visualizar, informar y sensibilizar por medio de las propuestas artísticas, sobre los riesgos de la degradación y la justicia ambiental; en ellas se hará patente, que para transmitir esa urgencia hace falta un diálogo y acuerdos entre todos los actores de la sociedad ante estos desafíos.
Diseñar y proponer por parte de los creadores un arte participativo e informado, que exprese la preocupación por el estado actual del planeta, ya sea en nuestras inmediaciones o más allá, es actuar desde lo individual y lo colectivo.
Ello representa igualmente, una oportunidad que se abre a las instituciones educativas, culturales y universitarias de educación en artes, como un campo por descubrir y cultivar, un laboratorio que otorga e incentiva experiencias reales entre sus estudiantes que transfieren conocimiento a la sociedad para el mejoramiento de la calidad de vida. Proyecto que requiere de financiación proveniente de instancias públicas y privadas, así como de la participación de la llamada sociedad civil.
Así será posible generar nuevos espacios y acciones en artes en el plano local, que contribuyen a fortalecer entre la sociedad procesos educativos e incrementar capacidades a partir del acceso a la información ambiental, que conduce a la de toma de decisiones como un derecho humano, para la gobernanza, que integra y promueve la colaboración, así como el aprendizaje.
La esencia radica en que desde un laboratorio de proyectos artísticos medioambientes, se adopten y adapten los documentos de Naciones Unidas, sobre desarrollo sostenible para crear una guía que fortalezca esta vertiente del arte público, mediante la cual se consideraría abordar la sostenibilidad medioambiental, económica, social y cultural, desde el arte contemporáneo.